La venta de cigarrillos de contrabando ha vuelto a experimentar un crecimiento en la provincia de Málaga. Según las últimas estimaciones de Altadis, el consumo de tabaco ilícito ya alcanza el 53,3% en la provincia, por encima de otras ciudades andaluzas como Córdoba (41,5%), Cádiz (38,8%) o Sevilla (38,8%). Este elevado porcentaje se traduce en un acusado descenso en las ventas de cigarrillos en los estancos. "Llevamos tres años con importantes bajadas en las ventas, el sector está muy preocupado, hay estancos que están al límite de la resistencia y que podrían desaparecer", argumentó Mario Espejo, presidente de la Asociación de Estanqueros de Málaga. Aunque en Málaga aún no se ha producido el cierre de ningún establecimiento no ocurre así en la provincia de Cádiz. "Hasta hace poco en la Línea de la Concepción había nueve estancos, ahora solo quedan tres, y con perspectivas de cerrar", añadió. Asimismo, según datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos, dependiente del Ministerio de Hacienda, las ventas de cigarrillos en Málaga fueron de 72,6 millones de cajetillas en 2013 frente a los 88 millones del año anterior. Hasta marzo de este año, las ventas  fueron de 14,7 millones, 1,1 millón menos que en los tres primeros meses de 2013.

Espejo subrayó que Gibraltar continúa siendo la principal vía de entrada de tabaco de contrabando en Andalucía. "En el año 2011 se lanzó la voz de alarma en la provincia de Cádiz, en 2012 esa alarma se extendió a Sevilla y Málaga y en el 2013 a toda Andalucía. En estos primeros meses de 2014 ya empieza a haber signos preocupantes en otras ciudades cercanas fuera de Andalucía como Ciudad Real o Murcia", aclaró. No obstante, a pesar de tratarse de un fenómeno que se irradia desde Gibraltar existen otros puntos, como las Islas Canarias, o países del este como Bulgaria, Rumanía, Polonia o Bielorrusia.

Mientras en España la media por una cajetilla de tabaco es de 3,2 euros de impuestos, en el país vecino no supera los 16 céntimos. "Si Gibraltar entrase en el espacio fiscal europeo y aplicase unos impuestos como los que tenemos el resto de países europeos gran parte del problema habría desaparecido", expresó Espejo. "Esa podría ser una solución, pero me da a mí que es política-ficción", espetó. No obstante, los estanqueros aluden a la colaboración entre la policía gibraltareña y la Policía Local malagueña para evitar este fenómeno. Además, la directiva europea sobre productos del tabaco  propone la creación de códigos que permitan el seguimiento de cada cajetilla desde su fabricación hasta la llegada al establecimiento, conociendo de esta manera las empresas que adquieren, transportan y almacenan cada cajetilla. "Eso nos da esperanza a nivel internacional de poder erradicar este fenómeno", apuntó.

Por su parte, Rocío Ingelmo, directora de Asuntos Corporativos de Altadis, señaló a la crisis económica, "que ha ocasionado un menor poder adquisitivo en los consumidores, junto con el elevado precio del tabaco", como los principales detonantes de la proliferación de puntos de venta ilegales. Según el estudio, realizado en diferentes países entre las cuatro grandes compañías de tabaco, el 34% de la población andaluza encuestada reconoció comprar tabaco a través de canales ilegales. Por esta razón, Ingelmo recordó que los únicos puntos en los que se puede adquirir este producto es en los estancos y a través de las máquinas expendedoras autorizadas. "El objetivo es concienciar a los consumidores y en general a la sociedad de dónde se debe comprar tabaco y del prejuicio que tiene la compra de cigarrillos de contrabando, tanto para la salud como para el sector y la Hacienda pública", expresó. El concejal de Seguridad en el Ayuntamiento, Julio Andrade, insistió en la venta de tabaco de contrabando puede entenderse como un delito contra la salud pública. "El asunto es más grave de lo que creen, porque pueden estar intoxicando, muchos de estos productos no son puros, vienen mezclados y pueden generan prejuicios para la salud", argumentó.