Málaga

La venta de tabaco continúa su caída en picado desde el inicio de la crisis

  • Apuntan al contrabando como causa del descenso El 53% de los cigarrillos se venden de forma ilegal Fumadores se decantan por productos más económicos, como las picaduras

El negocio de la venta de tabaco presenta los peores números de su historia. La subida del precio de las cajetillas, la menor renta disponible de los compradores y la apuesta del fumador por productos alternativos han propiciado el incremento del contrabando de este producto, principal enemigo de los estanqueros. Mientras que la compra de cigarrillos por la vía legal ha experimentado una bajada de manera progresiva desde el inicio de la crisis, el 53% del tabaco que se vende en la provincia de Málaga ya se hace de forma ilegal. Según los datos del Comisionado de Mercado de Tabaco, de enero a mayo de 2014 los euros recaudados por la venta de cigarrillos, puros, tabaco de liar y de pipa apenas alcanzan los 140 millones, mientras que en 2008 superaba los 512 millones. Es decir, un 72,6% menos.

Así, los 27.391.712 de cajetillas de veinte cigarrillos que han salido de los estancos malagueños durante los cinco primeros meses del año se traducen en 119.971.359 euros, muy por debajo de las más de 180 millones de cajetillas vendidas hace ya siete años, con la que se recaudaron un total de 472.887.234 euros. Según Mario Espejo, presidente de la Asociación de Estanqueros de Málaga, la reducción mensual es de un 2,5%. No obstante, asegura que la situación no alcanza los niveles de Sevilla o Cádiz, principales provincias afectadas por la caída de las ventas en casi la misma proporción en la que crecen las actividades fraudulentas vinculadas al contrabando. Por el contrario, otras provincias, como Jaén, presentan números positivos en la facturación.

Esta tendencia a la baja preocupa no solo a los estanqueros, sino también a la administración, ya que el 80% del precio de cada cajetilla que se vende en España son impuestos directos. "En los últimos tres años el Estado ha dejado de ingresar más de mil millones de euros anuales por la caída de la venta del tabaco", apostilló. En Gibraltar, por donde entra buena parte del tabaco ilegal, los impuestos son del 1%. Además, el incremento del precio de este producto ha dado lugar a que los fumadores se decanten por productos alternativos más económicos. "Ahora se venden menos paquetes y más picadura, es lo que está a la orden del día. Un sobre normal te puede salir a 2,7 euros aproximadamente y te da para 30 cigarrillos mientras que un paquete de tabaco cuesta más de cuatro euros y solo trae 20", explicó Antonio, encargado de la expendiduría número 34, en calle Ollerías. "Se ha vendido siempre, pero no en la misma cantidad que se vende actualmente. De hecho, ahora hay muchísimas más marcas que antes no existían", añadió María, de la número 33, en calle Martínez.

Espejo insiste en que el contrabando "es la principal causa del descenso de las ventas". Ya que éste, además, se adapta a las necesidades del mercado. "La picadura tiene una carga fiscal menor que la del cigarrillo, por eso es cierto que muchos fumadores se están refugiando en productos alternativos como este, y por eso también ahora se vende más picadura de contrabando que antes", alertó. Al mismo tiempo, añadió que la persecución al contrabando por parte de las fuerzas de seguridad es constante, "pero no hablamos de los mismos contrabandistas de otras épocas, si no de mafias internacionales de crimen organizado, con lo que la lucha ahora es más difícil que hace unos años", argumentó. El tabaco se vende de manera clandestina y sin control en domicilios particulares, lo que hace que estos no puedan ser registrados sin una orden judicial, en establecimientos orientales, en algunos quioscos e incluso "hay personas que van por la calle ofreciéndolo con una mochila de puerta en puerta". Espejo recuerda a los fumadores que solo tienen autorización para vender tabaco legal con recargo los estancos, establecimientos de hostelería, quioscos y las tiendas de conveniencia ubicadas en las gasolineras. Subrayó que este tipo de producto ilegal no pasa ningún tipo de control sanitario, "con lo que pasa a ser un delito contra la salud pública". "Siempre hay gente a la que después de probarlo le da dolores de cabeza, problemas de estómago, mareos, y al final, prefiere pagar la diferencia", concluyó Antonio.

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