Málaga

La Guardia Civil trata de aclarar el uso y destino del arsenal de armas

  • El principal sospechoso reparaba armas desclasificadas y las ponía en el mercado

La Guardia Civil trata de establecer la ruta que ha seguido cada una de las armas y municiones hasta llegar a las viviendas de Rincón de la Victoria y Alhaurín de la Torre en las que fueron intervenidas a comienzos de mes, aclarar si han sido utilizadas en algún hecho delictivo y comprobar cuál era su destino.

El arsenal está compuesto por 148 armas de fuego (55 pistolas, 39 revólveres, 11 fusiles de asalto, ocho subfusiles y siete rifles), tres minas anticarro, 55 granadas, un mortero de 120 milímetros, un cohete de artillería, 440 armazones y 47 cajones de mecanismos de subfusil Z45, y 20 cañones para rehabilitar pistolas. También se han aprehendido más de 16.000 cartuchos metálicos de diferentes calibres. Por el momento, los investigadores no descartan ninguna hipótesis incluida el terrorismo, aunque creen más factible que su fin fuese el suministro de armas cortas a grupos delictivos.

La Guardia Civil subrayó ayer la pericia con la que el material ha sido manipulado. La mayor parte había sido comprada legalmente por tratarse de armas previamente descatalogadas e inutilizadas, destinadas exclusivamente al coleccionismo. La particularidad reside en que el hombre detenido en Rincón de la Victoria, cuya identidad corresponde con las iniciales A. H. A., disponía de fresadora, torno y herramientas para trabajar el metal, además de los conocimientos suficientes para conseguir que esas armas desclasificadas volvieran a funcionar.

En este sentido, los expertos de la Guardia Civil señalaron ayer en una comparecencia de prensa que sólo con las piezas sueltas tenía capacidad para montar 45 subfusiles perfectamente utilizables.

Los libros intervenidos durante el registro en la vivienda de Rincón de la Victoria, donde se localizó la mayor parte del alijo, también son fundamentales en estas pesquisas puesto que reflejan "de forma pormenorizada" la venta de armas y municiones a terceras personas.

El decomiso del considerado uno de los alijos más importantes de armas y munición intervenidos hasta ahora en España se produjo de forma casual. El Seprona había comenzado a investigar hacía ya más de un año una serie de actuaciones urbanísticas en Churriana, tras detectarse abancalamientos que resultaron sospechosos.

La causa, que en sus inicios dio origen a diligencias de oficio en la Fiscalía de Málaga, derivó después hacia otros delitos, entre ellos el blanqueo de capitales, por el que fue detenido e ingresado en prisión preventiva a finales de mayo el empresario Luis Andrés F., y no por tráfico de armas como se publicó ayer por error. Durante un registro en el domicilio de este hombre, sobre el que giraba la investigación inicial, se descubrió una pistola. El arma, aunque estaba en perfecto estado de uso, formalmente figuraba como inutilizada y a nombre de una persona que no tenía nada que ver con este empresario y su entorno. Fue entonces cuando la Guardia Civil comprobó que esa persona era la titular de ocho armas desclasificadas.

A partir de ese momento se incorporaron también a las pesquisas agentes de la jefatura de Información de la Guardia Civil.

De esa forma dieron con el paradero de A. H. A., quien ya ha ingresado también en prisión preventiva por tráfico y tenencia de munición y armas. Los investigadores siguieron tirando del hilo hasta dar con M. A. G. R., un hombre que en la actualidad se encuentra en la cárcel cumpliendo condena por delitos ajenos a estos hechos. En su domicilio de Alhaurín de la Torre se encontró parte del material de guerra decomisado.

En este momento la investigación se ha reorganizado en dos causas judiciales. En un procedimiento está imputado Luis Andrés F., familiares y personas de su entorno empresarial, además de dos inspectores de la Gerencia de Urbanismo de Málaga y un agente de la Policía Local. En total son nueve los acusados. En este caso se tratan de esclarecer hechos relacionados con el blanqueo de capitales, entre otros. El principal imputado, además, está acusado de tenencia de armas.

La segunda causa judicial pretende aclarar la magnitud del presunto tráfico de armas. Determinar qué armas se han vendido, a quién y para qué, así como si algunas de estas piezas se han utilizado en algún hecho delictivo que todavía esté sin resolver.

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