Enrique urkijo. director de la obra del Metro de Málaga entre 2004-2009

"Cuando llegue al centro, los malagueños dirán 'cómo podíamos vivir sin Metro"

  • Urkijo reconoce que asiste a la inauguración del suburbano con un "sabor agridulce" por las oportunidades perdidas de transformación urbanística

-Usted fue el primer responsable director de la obra del Metro de Málaga. ¿Qué recuerdos tiene de esos años previos al inicio de los trabajos y de ese momento en que la maquinaria arrancó?

-Mi recuerdo, después de aceptar la oferta de Málaga, fue el ver que se abría un desafío ilusionante como es colaborar a construir una infraestructura tan importante. Málaga, como dice su escudo, siempre fue muy hospitalaria conmigo y la gente me recibió con los brazos abiertos, aunque como escribió Javier Gómez en El Prisma (11-03-2007), quizá uno no sabía del todo dónde me metía, ni preveía las luchas interinstitucionales que luego iba a tener que sufrir.

-El proyecto, tal y como estaba concebido, se presumía que iba a estar finalizado y puesto en servicio en febrero de 2009. Se abre cinco años después y de forma parcial. ¿Qué reflexión le merece este hecho?

-Lo que se sacó a licitación antes de mi llegada y se adjudicó no fue el proyecto sino un anteproyecto, lo cual no es una referencia muy válida ni para el plazo ni para el precio, sobre todo en una obra subterránea en una ciudad. Hubo bastantes modificaciones como las bocas de las estaciones en Carretera de Cádiz que estaban previstas en el centro de la calzada o soterramientos no previstos inicialmente. También ha influido de un modo importante en el retraso las continuas negativas a abrir tramos de obra cuando se acercaban períodos electorales. A esto hay que añadir en esta última fase los recortes presupuestarios. Pero fundamentalmente la causa que ha sobrevolado sobre todas estas otras causas ha sido la falta de acuerdo interinstitucional sobre una obra de esta envergadura. Nunca lo conseguí entender.

-En una obra de esta envergadura siempre hay sobresaltos y el Metro no ha sido una excepción. De su etapa como director, ¿qué episodios recuerda principalmente como los más complejos?

-La verdad es que no recuerdo grandes sobresaltos y nos debemos felicitar todos, porque se hizo un gran esfuerzo por la seguridad con acuerdo con los sindicatos mayoritarios, y podemos decir con satisfacción que a día de hoy no ha habido un solo accidente mortal, que es frecuente en obras de este tipo, y que los índices de siniestralidad están muy por debajo de los del sector en España. En la obra sí tuvimos preocupación por algún movimiento en la parte final de Carretera de Cádiz y algún socavón, pero todo estaba muy controlado.

-A usted, antes de llegar a Málaga, le avalaba su experiencia en Bilbao. Por su amplio conocimiento de lo que supone una infraestructura de este tipo, ¿qué cree que va a representar para Málaga?

-Al principio, no se va a notar demasiado porque no llega al centro, por eso recomiendo que no se hagan lecturas el día 1 de agosto. Después, cuando llegue al centro, los malagueños dirán "cómo podíamos vivir sin Metro" y querrán que llegue a más sitios.

-¿Es optimista sobre el uso de este medio de transporte por parte de los malagueños?

-Claro que soy optimista pero cuando llegue al centro. Pero ésta es una condición necesaria aunque no suficiente; luego hará falta que los responsables de todo lo que tiene que ver con el transporte público se pongan las pilas y no traten de hacer la competencia al otro, todos ellos con dinero público.

-Usted afirmó en 2006 que no le preocupaba tanto el retraso en los meses que ya en aquel momento se acumulaban como la pérdida de ilusión colectiva. ¿Hasta qué punto cree usted que es un proyecto que ilusiona?

-Lo mantengo y me da mucha pena. Yo he asistido a inauguraciones de Metros nuevos en ciudades como Valencia, Bilbao, Sevilla … y en todas he visto más ilusión que aquí; todas las instituciones lo empujaban. Todavía la semana pasada en este periódico leí a un dirigente político que no había que haber hecho el Metro, esto no ilusiona. Afortunadamente existen las hemerotecas, y entonces exigían Metro como Sevilla y además subterráneo. No obstante, el pasado día 20 leí las opiniones de 58 personas relevantes de Málaga y la opinión mayoritaria era favorable y entre ellos, la del presidente del Partido Popular, lo cual me alegró mucho.

-¿Es el Metro que necesita Málaga?

-Vamos a ver, fuera del Metro también hay vida. Quiero decir, que lo que hay que concebir es un plan de movilidad consensuado que dé vida y articule un sistema de transporte no sólo para la ciudad sino para el área metropolitana. ¿Podría el Metro salir de la ciudad para servir a zonas cercanas? Es una opción, pero también puede articularse esa opción con trenes de Cercanías con buena conexión entre modos. Por ejemplo soy más partidario de llevar el Cercanías (L2) hasta el parque Tecnológico que el Metro porque para una demanda tan fuerte en hora punta tiene mucha más capacidad y el tiempo de recorrido es mucho menor porque el Metro tiene muchas paradas.

-¿A usted le hubiese gustado ver más tren en superficie de lo que hay hoy?

-Sin duda, pero este análisis se debe hacer contemplando todos los aspectos, desde coste, riesgo en construcción, riesgo en explotación, modelo de ciudad...

-Haber invertido ya más de 650 millones de euros en la obra, previéndose superar los 800 cuando toda la obra esté concluida, ¿le sorprende?

-No, por las razones que he apuntado. El proyecto modificó muchas cosas del anteproyecto. No obstante, es un tema no sólo de esta obra sino de las obras en España, que en mi opinión debería tener un debate interinstitucional y ciudadano mucho más amplio antes de empezar, por lo que después no debe haber modificaciones que no sean por causas nuevas. Por ejemplo, decidir que el Metro vaya en superficie o subterráneo no puede ser una causa nueva.

-Cuando esté en el acto de apertura del Metro, ¿qué cree que sentirá?

-Tendré un sabor agridulce, porque por fin verá la luz un proyecto que iniciamos hace ya demasiados años, pero por otro lado me dará pena las oportunidades perdidas de transformación urbanística, en sitios tan necesitados como la Carretera de Cádiz y la calle la Unión, por ejemplo.

-¿Se acordará de alguien en particular?

-Me acordaré en primer lugar de los vecinos y comerciantes que sufrieron las obras, de mi equipo cuya base fundamental fue Miguel Ángel García Cañizares, de dos personas que ya no están en el tema, como el director General de la concesionaria Gonzalo Blanc y el responsable de la asistencia técnica que puso todo su empeño en la alta calidad de todos los aspectos del Metro, Manolo Barrio (fallecido). No quiero dejar de recordar a Pepe Cruz, jefe de bomberos, que siempre se comportó con una profesionalidad exquisita en todos los temas de protección civil.

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