Los vecinos de la urbanización Sacaba Beach están "desesperados". Después de un año con problemas de presión en el caudal, llevan una semana sin suministro de agua en 56 viviendas. Los residentes piden una solución provisional hasta que se firme un convenio que tienen pendiente con Emasa, para pasar de totalizadores a contadores individuales.

"Nos sentimos coaccionados por la empresa de aguas. El viernes pasado se podría haber realizado un arreglo temporal, pero el gerente de Emasa, José Luis Rodríguez, se negó", afirma indignado el vicepresidente de la comunidad de vecinos, José María Gómez. Según explican están dispuestos a firmar el acuerdo que les propone la entidad de abastecimiento, pero piensan que mientras tanto no pueden seguir sin agua. Las viviendas de la últimas plantas no tienen suficiente presión por lo que tienen que bajar a las residencias de los pisos inferiores para coger cubos con los que subsistir. "Yo lavo los platos con cuatro litros y me aseo en las duchas públicas de la playa", declara Encarnación Ruiz, una vecina que vive en la octava planta.

Además de la solidaridad de los vecinos, cuentan con un pozo de agua no potable, que debido al uso continuo del mismo se ha dañado y ha quedado inutilizado. "Aquí han alquilado un piso unos turistas de Zamora y se van a ir porque no se puede vivir", comentan. El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez, asegura que no tuvo constancia del problema hasta la semana pasada. "Se fue a medir la presión y estaba bien. Ahora se ha vuelto a calibrar y se ha detectado que hay una gran fuga". Esta pérdida se empezó a localizar y subsanar ayer por la tarde y se prevé que esta mañana haya realizado un arreglo provisional hasta la firma del convenio. Entonces se pondrá en marcha la red de abastecimiento nueva que está terminada desde diciembre.

Por su parte, la concejal del grupo socialista, Begoña Medina, criticó ayer la pasividad del equipo de gobierno en este asunto y afirmó que estudiará el convenio para que se cumplan las condiciones que se ofrecieron a los vecinos desde el principio. "El concejal me ha dicho que la localización nos la cobrarán a un precio simbólico, pero vamos a perder mucho dinero, sobre todo, por el agua que se ha gastado en la fuga sin que nosotros lo supiéramos", afirmó Alberto Ferrer, presidente de la comunidad de vecinos.