Este 30 de julio de 2014 va a ser para los malagueños, y también para el conjunto de los andaluces, una de esas fechas que se quedanmarcadas para siempre en la memoria colectiva. Comienza a funcionar el Metro deMálaga, que voy a tener el honor de inaugurar como presidenta del Gobiernoandaluz, juntoamuchasde las personasque lohanhechoposible.

Lapuestaenmarchade las líneas 1 y 2del Metro, hasta el intercambiador de El Perchel, supone, en primer lugar, un éxito colectivo. Cuando los vagones echen a andar, culminará una compleja y apasionante tarea que ha requerido de una combinación de esfuerzos técnicos, humanos, económicos e institucionales, bajo el impulso decidido de la Junta de Andalucía.

Los 12 kilómetros de recorrido y las 17 estaciones que abren sus puertas han requerido una inversión de 600 millones de euros. La obra ha llegado a generar puntas de empleo de más de 2.000 puestos de trabajo. Ytambién,comotoda infraestructurade gran envergadura, ha supuesto molestias a vecinos y comerciantes, a los que quiero agradecer especialmente su paciencia y trasladar que, a partir de ahora, tendrán su recompensa.

Porque Málaga recibe esta obra de ingeniería que está llamada a hacer la movilidad más cómoda, eficiente y ecológica. El Metro va a proporcionar a los malagueños un modo de transporte sostenible, rápido, fiable, accesible y confortable. Una infraestructura de vanguardia para una ciudad más habitable.

Este nuevo de transporte va a suponer un salto en la calidad de vida de losmalagueños, pero también una mejora de la

competitividad para la ciudad, ya que procurará unmayor atractivo al comercio y a la oferta turística y un espaldarazo al potencial

económico de Málaga. Además de una fuente de empleo por sí mismo: 200 puestos de trabajo para el funcionamiento y mantenimiento del suburbano. Por tanto, rentabilidad social y rentabilidad económica.

El trazado que vamos a poner en funcionamiento, y que supone el 81% del total, conecta dos de las zonas más densamente pobladas de la ciudad (Carretera de Cádiz yCruz de Humilladero); equipamientos de primer orden (el campus

de Teatinos, el Hospital Clínico, la Ciudad de la Justicia, el Palacio de Deportes Martín Carpena...) y tambiéncumple una función

intermodal, al servir de nodo con la estación de ferrocarriles María Zambrano.

En este presente lleno de ilusión que hoy vivimos ha tenido un papel determinante el diálogo institucional, que debe ser, siempre, el mejor aliado de la relación entre administraciones. Un espíritu de consenso que ha sido posible conseguir en esta primera fase y que debe prevalecer también en el futuro.

En efecto, queda trabajo por hacer y no vamos a parar ni un momento hasta tenerlo terminado. El Consejo de Gobierno de la

Junta de Andalucía ha dotado este mismo mes de julio al Metro deMálaga de los 138 millones de euros necesarios para que en

2017 podamos culminar la totalidad de la red prevista, con la llegada al centro histórico y la zona norte de la ciudad. Málaga

tendrá entonces con 14,8 kilómetros de suburbano, con 23 estaciones y paradas.

Cuando este 19% pendiente del trazado esté finalizado, habremos invertido 800 millones de euros en el Metro, que prestará

servicio a 216.000 personas en su área de influencia, es decir, con una parada a menos de 500 metros de sus casas, y contará

con 20,7 millones de viajeros al año.

Se pondrá entonces un broche de oro a una transformación que ya es palpable en Málaga y que desde este 30 de julio se hace

todavíamás patente. Esta ciudad ha ido viviendo desde 2007 una evolución sin precedentes en materia de infraestructuras y

equipamientos, desde la llegada del tren de alta velocidad; la construcción de la hiperronda, la autopista de Las Pedrizas, la segunda terminal del aeropuerto, la modernización del servicio ferroviario de cercanías o el proyecto para la integración del

puerto y la ciudad, un proceso en el que la Junta de Andalucía también ha jugado un papel esencial, con la construcción del Palmeral de las Sorpresas.

Junto a estas infraestructuras, la piel de la ciudad se ha ido mutando también con equipamientos tan fundamentales para

su competitividad como el Parque Tecnológico de Andalucía, que va camino de sus primeros 25 años, y con atractivos culturales

de tanta importancia como el Museo Picasso, que ya ha celebrado su primera década.

Con estas nuevas apuestas, Málaga es, si cabe, una ciudad más atractiva para vivir, para visitar y tambiénpara invertir.Una ciudad que es punta de lanza de la recuperación económicadeAndalucía.YelMetro está llamado a ser una palanca de progreso

que desde la política y la Administración ofrecemos para seguir avanzando en la mejora de la calidad de vida, la cohesión social

y la generación de nuevas oportunidades.

Sabemos que la movilidad sostenible se traduce en mayor bienestar y progreso y por eso mantenemos este esfuerzo en las

grandes áreas metropolitanas de Andalucía, a pesar de las estrecheces y dificultades presupuestarias. El cortoplacismo de

los recortes no debe impedirnos ver los enormes beneficios, sociales y económicos, que esta apuesta trae para los territorios

y sus habitantes.

Decía que el 30 de julio es una fecha para la historia de Málaga.Apartir del día 31, comienza la intrahistoria de los malagueños,

que incorporarán el Metro a sus desplazamientos, a sus costumbres, a su día a día. Ciudadanos que dejen el coche en casa,

contribuyendo a una ciudad más sostenible y menos contaminada, o que acorten los tiempos de desplazamiento hasta su

trabajo, hasta su domicilio o hasta cualquier lugar de ocio.

Solo cuando los malagueños disfruten de su Metro cobrará todo este esfuerzo su verdadero sentido, que es también el más

profundo y verdadero sentido de la política: mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Bienvenidos a bordo.