La compraventa de viviendas ha repuntado con fuerza en el primer semestre del año en Málaga. Según los datos oficiales que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), entre enero y junio se realizaron 10.918 operaciones de compraventa en la provincia, lo que representa un crecimiento del 13,5% respecto al mismo periodo del año anterior y un regreso a los niveles existentes en el año 2010.

El sector, poco a poco, va recuperando la senda positiva. De hecho, la curva es ascendente desde hace dos años. Con el boom inmobiliario las ventas se dispararon y, con la explosión de la burbuja, fueron cayendo en picado hasta el año 2012, cuando se tocó fondo. Ya en el primer semestre de 2013 se apreció una recuperación que se ha mantenido este ejercicio (ver tabla adjunta).

Entre enero y junio de este año 2014 se han vendido 4.766 inmuebles nuevos, el 43,5% del total. Se han comercializado, por tanto, más viviendas usadas que de estreno, aunque esta es una tendencia que se ha repetido en varias ocasiones en los últimos años. En cualquier caso, suelen estar muy a la par.

Los promotores han parado en seco la construcción de nuevas viviendas hasta el punto que en los tres últimos años apenas se roza el millar de visados en el Colegio de Arquitectos de Málaga y este año es posible que ni siquiera se alcance esa cifra. Eso se debe a que muchas empresas han desaparecido por la crisis -los constructores estiman que unas 6.000 en la provincia-, y las que han conseguido sobrevivir tienen aún producto en stock del que se quieren desprender antes de acometer nuevas iniciativas.

Todo ha ido en cadena. Apretó la crisis, los bancos dejaron de dar créditos, bajaron los precios y las empresas empezaron a despedir personal cerrando un círculo vicioso en el que nadie podía o se atrevía a comprar viviendas pese a que los precios fueran cada vez más atractivos. Esta misma semana, la consultora Aguirre Newman ha publicado un informe en el que se señala que el precio medio por metro cuadrado se ha reducido en más de 1.000 euros en Marbella, Torremolinos o Benalmádena desde el inicio de la crisis. Lo que antes se compraba por 300.000 euros ahora se encuentra por la mitad y eso ha animado, sobre todo, a los extranjeros no residentes, que son los que lideran las compras y que, según ese informe, pagan directamente al contado en nueve de cada diez operaciones suscritas.

El mercado nacional sigue a la baja porque, si bien las perspectivas económicas son más favorables, aún hay incertidumbre sobre el mercado laboral y las entidades financieras recobran su actividad crediticia e hipotecaria de forma leve.

Las compraventas crecen y las estimaciones apuntan a que irán en aumento porque Málaga es un destino que atrae cada año a miles de personas de otras provincias o extranjeros, al margen de la propia demanda local. No obstante, se puede dar la paradoja de que cuando se finalice el stock -algo que los expertos creen que podría ocurrir en 2017-, no haya suficientes viviendas nuevas en oferta, por lo que los precios podrían dispararse de nuevo.