Málaga

El Ayuntamiento asegura que el 'caso del parchís' no ha sido la primera queja por ruido

  • El Consistorio afirma que la asociación de vecinos del barrio avisó de las molestias en las comisiones de trabajo del distrito

La sanción interpuesta a unos jóvenes por comer, beber y jugar al parchís en el barrio de La Purísima, de la que informó ayer este periódico, no ha dejado indiferente a nadie, y el Ayuntamiento no ha querido mantenerse al margen de la polémica. Desde el Consistorio malagueño se asegura que desde hace meses los vecinos de la zona vienen quejándose del ruido producido por grupos de jóvenes a altas horas de la noche, que han escogido esta plaza como su lugar de reunión. "Lo de que estuvieran jugando al parchís es un dato meramente anecdótico", subraya Julio Andrade, concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga.

Los hechos se produjeron el pasado jueves cuando ocho jóvenes, de entre 20 y 30 años, se encontraban reunidos en la plaza del barrio. Cuatro de ellos jugaban al parchís, mientras los demás hablaban. "La Policía ya ha avisado en otras ocasiones a los grupos que se reúnen allí por las quejas de los vecinos", afirma Andrade. Pero esta vez, no sólo les advirtieron, sino que los agentes sancionaron a cada uno de ellos con una multa de 101 euros. "No se puede olvidar que esto ocurrió un día laborable a las 2:00 de la madrugada", apostilla el concejal, que añade que este tipo de episodios se dan casi a diario en el mismo lugar. "Los vecinos están ya muy quemados", subraya.

La sanción a los ocho jóvenes corresponde al incumplimiento de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana en la que prevalece el derecho al descanso de los vecinos. "A priori jugar al parchís en la calle es algo inofensivo, pero cuando se reúne un grupo de personas y se ponen a hablar empieza siendo un murmullo y al final se eleva el tono de voz sin darse cuenta", declara el edil, a lo que agrega que además se agrava cuando esta práctica se repite durante muchas noches.

La asociación de vecinos del barrio se ha quejado del ruido producido por los jóvenes en las comisiones de trabajo del distrito en reiteradas ocasiones. Según indica el edil, el tono elevado de voz no es el único problema de la zona, ya que en otra ocasiones los agentes han sancionado a diferentes personas por consumir drogas en este mismo lugar. "La mayoría no son ni siquiera del barrio, pero eligen esta plaza para sus actividades", manifiesta.

Asimismo, la sede de la asociación de vecinos también ha sufrido algún que otro acto vandálico. "Hace poco la entidad se quejó de que se encontraban orines en su puerta por las mañanas", dice el concejal.

Una de las características de este barrio es la población envejecida del mismo. Debido a ello, el centro municipal que se encuentra en la zona ha reducido su horario de apertura de las 22:00 a las 20:30 por las numerosas quejas de las personas mayores que residen en calles aledañas.

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