La obra mediante la que el Ayuntamiento de Málaga pretende poner fin a los malos olores en la parte baja del cauce del Guadalmedina se queda sin un calendario claro de ejecución. Las dificultades técnicas con las que se ha topado la empresa contratada, OHL, tras la avería de la draga con la que pretendía limpiar el fondo del río, ha llevado a la constructora a modificar de manera clara el método de trabajo. Tanto es así que ha puesto sobre la mesa de la Gerencia de Urbanismo un nuevo plan de actuación que prescinde de esta máquina, al no tener garantías de que un nuevo dispositivo pueda resultar nuevamente dañado dada la poca profundidad que tiene el cauce.

La citada propuesta ya ha sido remitida a los máximos responsables de Urbanismo, según confirmó el propio concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, quien está a la espera de un informe de los ingenieros del organismo municipal para aceptar o rechazar el planteamiento de OHL. Respecto al contenido de la misma, el edil del PP indicó que la idea que maneja la empresa, con el aval de sus propios técnicos, pasa por emplear "otro método mecánico terrestre" mediante el que evacuar los lodos existentes y los limos, al objeto de, en una segunda fase, extender una capa de hormigón mediante la que cubrir la base del cauce.

"Nos dicen que no se puede asegurar que otra draga no se rompiese también", expuso Pomares, que informó de que, de acuerdo con los argumentos de la firma, la alternativa señalada permitiría acelerar el plan de trabajo. "Hasta que el equipo de ingenieros de Urbanismo no elabore un informe al respecto no tomaremos una decisión", añadió.

La opción de prescindir de la draga anfibia obligaría a vaciar parcialmente el cauce del Guadalmedina, con el fin de que se pudiese realizar el trabajo planteado en el contrato. A pesar de este evidente perjuicio, Pomares dijo que la contratación de la draga no fue objeto de una mejor valoración d la propuesta de OHL en el concurso público celebrado. Cabe recordar que precisamente fue la contratación de esta máquina lo que acabó retrasando casi seis meses el inicio de los trabajos en el río, toda vez que la adjudicación se materializó a finales del pasado mes de febrero.

"El objetivo es que el procedimiento que se emplee sea igual de eficaz que el otro; si le diésemos el visto bueno podrían retomarse los trabajos de manera casi inmediata", comentó Pomares. A pesar de ello no supo precisar calendario alguno para la terminación del proyecto. El mismo ya vulnera los compromisos iniciales de la adjudicataria, toda vez que iba a desarrollar la obra en dos meses a contar desde el arranque de la misma, lo que tuvo lugar a mediados del pasado mes de agosto. La draga, con la que se iba a limpiar el fondo, apenas estuvo funcionando algo más de una semana antes de averiarse.