Málaga

El 20% de los profesores de la UMA tiene contrato de investigación con empresas

  • El número de acuerdos y convenios se mantiene pero baja el importe por efecto de la crisis

El 20% de los profesores de la Universidad de Málaga hizo el año pasado investigación aplicada para empresas. De los 2.330 profesores de la institución académica (1.255 funcionarios y 1.056 contratados), 467 participaron en proyectos de I+D encargados y financiados por empresas. Además, el 52% de los científicos involucrados en estos contratos son investigadores principales de grupo y, de ellos, 48 son mujeres.

En conjunto se firmaron 485 contratos con compañías privadas, la mayor parte en el campo de las ingenierías. El sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) ha sido históricamente el que más ha trabajado para la iniciativa privada, si bien en el último año ha empezado a activarse también el vinculado a las tecnologías industriales.

El perfil de las empresas que acuden a los grupos universitarios a buscar soluciones a medida es variopinto, si bien hay un marcado acento local que comprende desde la multinacional sueca Ericsson, que tras comprar Optimi se ha convertido en una de las más importantes firmas que contratan I+D en la UMA, hasta Aeorum, firma que en 2012 ganó el premio Spin Off de la Universidad de Málaga y que ya figura en su panel de clientes.

Aeorum desarrolla en la actualidad tres proyectos valorados en 10 millones de euros apoyados con fondos Feder de la Unión Europea. Para la ejecución de los tres tiene firmados contratos por importe de 272.000 euros con el grupo Diana (Diseño de Interfaces Avanzados) de la Universidad de Málaga.

El primer contrato está vinculado al proyecto Efleet para la gestión de flotas de vehículos eléctricos. El segundo forma parte del proyecto Sysrobotic que explora el uso de drones en la seguridad y control de infraestructuras críticas con estos aparatos y, finalmente, el tercer contrato está relacionado con el proyecto Extingue que desarrolla un sistema de detección de incendios en tiempo real con capacidad también para actuar en tiempo real.

Jesús García, cofundador de Aeorum junto a Francisco David Trujillo y Manuel Ruiz de Quintanilla, subraya la oportunidad de trabajar con la universidad porque "garantiza la captación de talento". "¿Quién si no la universidad te va a proporcionar talento?", se pregunta.

Además, pone en valor las ventajas de una relación en la que las dos partes se aportan prestigio. "Ambos ganamos", concluye.

La contratación de I+D a demanda ha retrocedido frente a los registros de 2012. En ese ejercicio se firmaron 480 contratos por importe de 10 millones de euros. Esta evolución no deja de ser reflejo del impacto de la crisis económica y del severo freno a la inversión en I+D. De hecho, el mejor año para la Universidad de Málaga fue 2008, justo en los albores del desbarajuste económico. Aquel ejercicio los grupos científicos rubricaron 339 contratos con empresas que reportaron 12,2 millones de euros. A partir de ahí se ha experimentado una evolución singular en la que cada año ha aumentado el número de acuerdos y convenios con compañías privadas pero, al mismo tiempo, el importe se ha reducido.

Desde la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación se apunta, además, otra explicación para entender la caída registrada en 2013: la falta de inversión pública y, expresamente, el hecho de que el Ministerio de Economía y Competitividad se haya saltado en 2013 la convocatoria que proporciona financiación a los proyectos colaborativos que desarrollan conjuntamente empresas e investigadores universitarios.

El previsible repunte de la economía, por el momento, no tiene un reflejo directo en el número ni en el importe de los contratos de I+D, aunque sí ha empezado a detectarse "interés. Muchos empresarios empiezan a acercarse, preguntan y tantean", concluyen desde la Oficina de Transferencia de Resultados (OTRI) de la Universidad de Málaga.

La proximidad entre la empresa y la universidad es un aspecto relativamente nuevo en el campo académico español hasta el punto de que históricamente no solo no se ha valorado en la carrera académica, sino que ni siquiera ha gozado de prestigio en la comunidad universitaria. La Universidad de Málaga fue, de hecho, pionera en la creación de una OTRI que sirviera de puente entre el cuerpo científico y el tejido empresarial. Evidentemente el horizonte anglosajón, donde hay oficinas de transferencia de resultados como la del Imperial College que cotiza en la Bolsa de Londres, todavía queda muy lejos.

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