Málaga

El Ayuntamiento buscará otras velas más fáciles de limpiar

  • Las pruebas realizadas ayer en la calle Larios demuestran que sigue siendo necesario usar un producto antiadherente

La búsqueda de la vela perfecta no está resultando tarea fácil. Las pruebas realizadas ayer por técnicos de la empresa mixta de limpieza Limasa en la calle Larios, tras los resultados poco concluyentes obtenidos en la procesión del pasado domingo, tampoco terminan de convencer y está previsto seguir experimentando tanto en la mejor forma de retirar la cera del pavimento como en encontrar otros modelos de cirios más limpios.

Ayer, se probaron en la calle Larios tres tipos de cera. Las dos seleccionadas tras el experimento inicial llevado a cabo por la Empresa Municipal de Agua (Emasa) y otra que utiliza normalmente una cofradía malagueña que resulta fácil de limpiar y con la que se pretendía comparar. En una zona de la calle se fue aplicando el producto anticera, que se usa en la Semana Santa, y en otra no.

La conclusión, según explicó a este periódico el concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez, es que "si bien es verdad que la vela tipo A (traída de Sevilla) es ligeramente más fácil que la B para limpiar con espátula y que éstas dos generan menos cantidad de gotas, la aplicación del producto anticera sigue siendo determinante para una mayor facilidad para su limpieza".

Ante los resultados obtenidos, tanto Limasa como Emasa tienen intención de continuar con el experimento para buscar otra vela que sea más fácil de limpiar, aunque para ello haya que modificar la composición de parafina y cera virgen. Pero también habrá que incidir en la mejora del producto anticera, ya que el informe de los técnicos de limpieza concluyó ayer que "si nadie lo pisa es eficaz al máximo y se quita con un simple barrido mientras que cuando el producto es pisado pierde su eficacia".

Al menos, sí se ha podido verificar en la calle lo que se dedujo en el laboratorio y es que efectivamente la composición de los dos modelos de velas elegidos entre los diez que se probaron hace que se consuman más despacio y que por tanto generen menos cera. El problema es que la cera no se comportó de igual modo en los distintos tipos de pavimentos de las calles por las que discurrió la procesión que sirvió de experimento y hubo que recurrir finalmente al agua caliente a presión para ablandar la cera antes de retirarla.

La clave, según el estudio realizado por Emasa, está en la cantidad de estearina -un tipo de grasa- que se utiliza para fabricar el cirio y que se ha demostrado que no debe superar el 18%, ya que en ese porcentaje se reduce sensiblemente la lágrima de la vela y hace que se consuma más despacio. Hasta un 80% menos que el resto.

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