Málaga

Una mirada maestra al pasado

  • Jubilados de la UMA recuerdan el inicio de la institución, marcado por la escasez de medios

Prepararon durante años a la generación de relevo que después les sustituiría y ahora les toca rememorar las vivencias de sus comienzos en la Universidad de Málaga, fundada en 1972 en una época que estaría marcada por la escasez de medios, el ocaso del primer régimen político y la Transición. Cinco años después de esa inauguración se elegía al primer rector, José María Smith, que ayer recordaba con humor su toma de posesión: "Nos preguntaron a mi mujer y a mí si teníamos una jarra de agua digna de poner en la mesa presidencial". De aquellos años siguen también grabados a fuego la creación de la Facultad de Medicina, los encierros de estudiantes y encierros en las aulas, en la Catedral, en el Colegio San Agustín... Y, paralelamente, las reivindicaciones de profesores no numerarios (PNN) por una autonomía universitaria.

Pero pese a que se trataba de tiempos convulsos, los profesores que en su día cedieron el testigo a la generación siguiente coincidieron en destacar "que merecieron la pena". Guillermina Martín, alumna de la segunda promoción de la Facultad de Económicas, que entonces dependía de Granada, explicó que "había que inventarlo todo" y que la vida universitaria de entonces era "mucho más participativa que ahora". La institución se había consolidado como el único lugar en el que se podían verter opiniones "sin correr demasiado peligro". No se consiguió la democracia tripartita que se exigía, pero el profesorado gozaba de independencia. Negociaba con sus alumnos y trataba de convencerles de que su criterio era bueno. Sólo el 11% de estudiantes lo formaban mujeres y el 30% procedía de Málaga. Guillermina también se pronunció sobre la actual fuga de cerebros. "Mi ilusión es que vuelvan y nos ayuden a levantar el país", expresaba.

La primera mujer que impartió clases en la UMA, Consuelo Gámez, también presidenta de la Asociación de Profesores Jubilados de la Universidad de Málaga, Asprojuma, reconocía los obstáculos que sorteó para ser catedrática: "Me ha costado sangre. Hoy en día hay más medios y la mujer llega con las mismas facilidades que el hombre".

Para Adalberto Martínez, catedrático jubilado de Historia de la Música, los recortes de ahora poco o nada tienen que ver con la situación vivida anteriormente. "Nunca hemos nadado en la abundancia. Hemos mejorado muchísimo", manifestaba.

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