Málaga

La lógica borrosa dibuja 18 territorios en Europa

  • Jaime Gil Aluja, honoris causa de la UMA y precursor de la lógica borrosa, reivindica el análisis científico de las diferentes europas

¿Una Europa? ¿Dos europas? ¿Varias? Jaime Gil Aluja, profesor emérito de la Universidad de Barcelona y precursor de la teoría de lógica borrosa, lamentó ayer en su discurso de investidura como honoris causa de la Universidad de Málaga que la "investigación científica" haya evitado entrar en analizar Europa y sus diferentes territorios con más rigor del que merece una tertulia de café.

Experto en el desarrollo de lógicas multivalentes en economía, según las cuales tanto una afirmación como la contraria pueden ser ciertas dependiendo del punto de vista, defendió la necesidad de abordar el análisis territorial de Europa para comprender si el impacto de las medidas económicas es uniforme.

Gil Aluja trató ayer de resolver este vacío académico a través de una descripción numérica de los territorios que forman la Unión Europea partiendo de cuatro elementos identitarios: nivel económico, grado de religiosidad, envejecimiento de la población y seguimiento de los valores históricos, a los que asigna un valor comprendido entre cero y uno en función del nivel de cumplimiento observado en cada zona.

El resultado de esta fórmula es que, en realidad, no hay ni una ni dos europas, si no que se pueden hacer seis agrupaciones y un total de 18 territorios según se ponga el acento en unos u otros criterios.

Si se tiene en cuenta la economía, la religión y los valores históricos por una parte aparecen Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca y Francia, y por otra Gran Bretaña y Francia. Sin embargo, si la agrupación se hace teniendo en cuenta la religión, los valores históricos y el envejecimiento de la población, aparecen tres bloques: el constituido por Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca y Francia, más el que formarían Italia, Portugal, España, Grecia, Chipre y Malta y, finalmente, el conformado por Rumania y Bulgaria. No obstante, si las variables son economía, religión y envejecimiento Suecia y Finlandia surgen como un bloque homogéneo con rasgos que no comparten con ningún otra zona de Europa.

Otra manera de observar y de agrupar territorialmente a Europa es teniendo en cuenta religión y valores históricos. En este caso, Suecia y Finlandia serían los únicos que no estarían incluidos en ese grupo. Sin embargo, si se valoran exclusivamente la economía y la religión surgen tres nuevos grupos diferenciados: el formado por Suecia y Finlandia, el correspondiente a Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca y Francia y, finalmente, Gran Bretaña e Irlanda.

Finalmente si se aplica la perspectiva de la religión y el envejecimiento se pueden establecer cinco grupos: Suecia y Finlandia por una parte, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca y Francia por otra, el tercero es Portugal y los mediterráneos (España, Italia, Grecia, Chipre y Malta) y, en quinto lugar Rumania y Bulgaria.

A través de esta fórmula Gil Aluja llega a la conclusión de que, en realidad, todos los territorios europeos comparten un único elemento identitario: el grado de religiosidad.

El ya doctor honoris causa de la Universidad de Málaga subrayó que solo si se lleva a su nivel más bajo cada uno de los cuatro valores utilizados se conseguirá "una única Europa". En cualquier caso, defendió que lo "imprescindible" no es conocer los rasgos identitarios que generan las diferencias entre los territorios, sino también el grado de diferencia y homogeneidad, y ahí está la clave de su fórmula.

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