Nunca antes en la historia del Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (Crema), dependiente del Aula del Mar de Málaga y creado en 1994, se había dado un caso tan curioso de varamiento. Una tortuga boba macho de unos 25 años de edad aparecida en la playa de Valle Niza de Vélez-Málaga a principios de octubre no solamente supone un hito para este hospital marino, sino que abre la puerta a un proyecto de investigación pionero con repercusión internacional para intentar reproducir en cautividad a esta especie de la que su forma de vida sigue siendo prácticamente un enigma.

Este ejemplar adulto puede ser la clave para conocer más detalles sobre el comportamiento reproductivo de una especie con serios problemas para encontrar zonas donde nidificar en un litoral como el andaluz, seriamente mermado por el exceso de construcciones. De poder conseguir financiación para continuar con el proyecto, que ya inició hace unos años la estación biológica de Doñana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en colaboración con la Junta de Andalucía y algunos centros de recuperación y acuarios como el Aula del Mar, Málaga sería el escenario elegido para llevar a la práctica el intento de reproducción en cautividad de tortugas marinas.

Las instalaciones del Museo de Alborania, situadas en el Palmeral de las Sorpresas, han sido consideradas por los expertos integrantes de este proyecto como las más idóneas para recrear lo más naturalmente posible un espacio de playa en el que las tortugas puedan nidificar.

Pero antes, explicó el director del Crema, José Luis Mons, habrá que conseguir un patrocinador ya sea público como privado con interés por impulsar este proyecto "ambicioso con el que también se pretende impulsar campas de concienciación y formación para que los ciudadanos sepan reconocer los nidos de estas tortugas y protegerlos después de que se hayan encontrado algunos en el litoral español".

El más llamativo y que logró llegar a término de forma satisfactoria fue en 2001 en Vera (Almería), aunque el pasado verano también en el litoral almeriense hubo un intento frustrado por culpa de las máquinas de limpieza de las playas.

Lo curioso es que, según Adolfo Marco, investigador de la estación biológica de Doñana y uno de los promotores de este proyecto, es que "Andalucía reúne unas condiciones excelentes para que esta especie anide aquí, aunque las amenazas que tiene hacen que sea muy complicado".

Tanto es así que hace unos ochos años se tuvo que recurrir a traer huevos de tortuga boba procedentes de Cabo Verde, ya que las condiciones de aquella zona son más similares a los del litoral andaluz, para comenzar el proyecto de cría en cautividad y que está arrojando importantes resultados puesto que se espera que las crías nacidas en esta zona vuelvan cuando sean adultas a nidificar. "El objetivo es ver si es viable su reintroducción aquí, aunque la investigación no tiene fronteras y si lo conseguimos se podrá hacer en otros sitios", dijo el científico, que aclaró que según la procedencia de una tortuga es más o menos viable su reproducción en una u otra zona.

Es la razón por la que antes de decidir si el macho encontrado por el Crema es el idóneo para la reproducción en cautividad hay que determinar su origen mediante un estudio genético. Lo ideal es que proceda de Cabo Verde, en cuyo caso sólo habrá que buscarle una pareja de su mismo origen y empezar a investigar el que se plantea como un hito científico.