Málaga

Los robos en el campo se estabilizan tras 6 años de imparable subida en Málaga

  • Las sustracciones en las explotaciones agrícolas y ganaderas bajaron un 15% en 2013 y se atisba otra bajada de en torno al 8% en los datos de los primeros seis meses de 2014

Desde que comenzó la crisis económica en 2008, la espiral de los robos en el campo ha sido imparable. Pero la tendencia podría cambiar este año, ya que se observa una ligera bajada o, al menos, una estabilización del número de sustracciones. En el primer semestre del año fueron denunciados 276 robos y hurtos de frutos, animales o maquinaria en las explotaciones agrícolas y ganaderas de la provincia. En todo el año pasado fueron 609.

Este dato supone una media de algo más de 1,5 robos diarios, similar al año anterior, según los datos ofrecidos por el Gobierno central en una respuesta parlamentaria al diputado socialista Miguel Ángel Heredia. La puesta en marcha de un plan de seguridad en el campo por parte del Ministerio del Interior, con la creación de los equipos ROCA de la Guardia Civil hace justo un año, ha tenido mucho que ver como medida disuasoria en la bajada de la tendencia al alza que mantenían estos delitos en los últimos años.

Los robos en campos y fincas se dispararon desde finales de la década pasada, coincidiendo con la crisis económica. Desde entonces, en la provincia de Málaga el número de robos no ha parado subir cada año, excepto en 2012 que bajó ligeramente.

Así, la estadística policial comenzó en 2008 cuando se registraron 347 sustracciones en el campo malagueño. Un año más tarde la cifra subió hasta los 356 y en 2010 fueron 442 las sustracciones denunciadas. El mayor aumento se produjo en 2011, ya que ese año se produjeron 631 robos que bajaron ligeramente un año después cuando se produjeron 571.

Cuando ya parecía que la tendencia iba a cambiar al cierre de 2013 la realidad se impuso puesto que se contabilizaron 609, si bien la mayoría de estos sucesos se quedaron en hurtos, es decir, cuando lo robado tiene un valor inferior a los 400 euros lo que supone que los ladrones se enfrentan a una mera falta administrativa.

Pero por más numerosos que puedan parecer, Málaga es la provincia andaluza con menos robos registrados, sólo por delante de Cádiz y Jaén con 449 y 520, respectivamente. Andalucía es, por su propia extensión y morfología, la comunidad que acumula más denuncias, con 3.966, lo que supone un tercio del total del país.

En el ámbito nacional, y según los datos extraídos de la respuesta parlamentaria al PSOE, la provincia malagueña no sale tan bien parada en comparación con el resto y ocupa el número 13 del ranking de las más afectadas por los robos en explotaciones agrícolas y ganaderas. Y eso sin tener en cuenta que en muchas ocasiones estos delitos ni siquiera se denuncian, sobre todo cuando se trata de pequeñas sustracciones de cosechas.

La situación es desesperante para el sector, ya que los ladrones no dudan en destrozar explotaciones enteras si pueden hacerse con piezas de metal que puedan luego refundirse o venderse. La subida del precio del cobre, hierro y demás metales hizo que los delitos en el campo se multiplicaran en la mayoría de demarcaciones españolas. Este repunte desmesurado obligó al Ministerio del Interior a reforzar la vigilancia de los campos creando unidades especiales de la Guardia Civil llamadas ROCA conocidas así por las siglas de las llamadas patrullas de lucha contra el robo en el campo y que en la provincia de Málaga tienen su sede en Antequera y Coín.

Su principal misión es vigilar que no se produzcan delitos en las explotaciones agrícolas y ganaderas y eso no resulta tarea fácil teniendo en cuenta que, por ejemplo la de Antequera, abarca 18 municipios de toda la zona norte de la provincia de Málaga. Sin embargo, los propios agricultores reconocen que como medida disuasoria está teniendo efecto y al menos las cifras tienden a estabilizarse.

Aún así, atajarlos por completo no resulta tarea fácil porque la mayoría se estos robos se producen por la tarde-noche cuando ya los agricultores y temporeros han terminado su jornada laboral. Según la Guardia Civil, hay veces incluso en que son los propios jornaleros contratados en una finca los que después de terminar su día de trabajo se dedican a ir a otras para sustraer todo aquello que después puedan vender y sacarse un dinero extra.

Los ladrones se llevan todo lo que encuentran en su camino. Los grupos electrógenos, por las bovinas de cobre que tienen, son algunos de los objetos más codiciados, además de los sistemas de riego y los cortijos de donde se llevan herramientas, aperos, remolques y cualquier maquinaria.

El material sustraído por los ladrones, que suelen actuar en grupos muchos de ellos procedentes de países del Este y la mayoría son itinerantes que vienen de otras provincias como las de Sevilla, son vendidos luego en el mercado negro. Eso hace que los agricultores exijan mayores controles en los puntos de venta.

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