Málaga

El 'WhatsApp' de los padres Una AMPA paralela

  • Cada vez más colegios advierten a las familias de que el uso irresponsable de esta tecnología afecta a la convivencia escolar Los grupos de chat acaban tergiversando las incidencias

Último día del curso pasado. La madre de un alumno de un colegio privado envía un comentario al grupo de WhatsApp -en el que participan los padres que tienen a sus hijos en la misma clase- para informarles de que esa jornada concluirá a las 13:00, dos horas antes de lo normal. Los comentarios que se desencadenan a continuación terminan por acusar a los docentes de "pegarse un banquete" a costa de sus bolsillos al suprimirle a sus hijos el servicio de comedor ese día. Una simple noticia que tenía como fin poner al tanto a los padres de un cambio en el horario acaba con un auténtico "linchamiento" hacia los maestros y la dirección del colegio, sin ni siquiera constatarse si se ofrecía a los menores la posibilidad de almorzar en el comedor en caso de que los familiares no pudieran recogerlo a la hora fijada.

Quien esto relata es una de las madres que participa en el grupo de WhatsApp, aunque hace ya tiempo que apenas envía comentarios después de la experiencia vivida los cursos pasados. Alarmas sin fundamento, incidencias tergiversadas y enfrentamientos entre familias se han convertido en el pan nuestro de cada día de un chat que en su origen tuvo un buen fin: compartir información útil del colegio. Por tal motivo, cada vez son más los centros educativos que advierten en la reunión que mantienen con los padres al inicio de cada curso del peligro que entraña hacer un uso irresponsable de esta tecnología.

En otros casos, incluso envían comunicados llamando al sentido común de las familias y a la prudencia en el uso de esta red social. "Respetando la libertad de comunicación y teniendo en cuenta las ventajas que tiene dicha plataforma, hay que ser sumamente cuidadosos con algunos comentarios que si bien no albergan mala intención, pueden llegar a crear confusión por información incompleta o errónea", pidieron a los padres desde un colegio concertado de la capital malagueña. Y subrayaban que para aclarar cualquier duda estaba el equipo docente a disposición de las familias.

"El grupo de WhatsApp es el corrillo de la puerta del colegio en versión 3.0", dice Pilar Triguero, portavoz de la Federación de Asociaciones de Padres. Triguero defiende que normalmente "se utiliza con buen criterio" pero que, en ocasiones, "corren todo tipo de rumores que no traspasan las puertas del centro, rumores sin comprobar que van creciendo y de los que se puede hacer una montaña". Pero pocas son las asociaciones de padres que han planteado en las reuniones problemas con esta útil herramienta pero que "como cualquier sistema tiene su propia perversión", apunta la portavoz de Fdapa. "Cuando algún usuario de ese grupo lo utiliza como medio para iniciar una discusión con otra familia, una crítica a los tutores o cuelga comentarios que se desvirtúan, hasta el punto de tener que intervenir de otra manera, se pervierte esta herramienta que en sí es magnífica", agrega Triguero.

Para Juan Bueno, presidente de la Asociación de Directores de Colegios de Primaria, el WhatsApp "puede alterar la convivencia si se hace un mal uso, si éste es bueno puede mejorarla". Reconoce que "sí que está ocasionando malentendidos" pero que en los grupos oficiales de clase cuyos administradores son los delegados de padres, corresponde a estos administrar y mantener la buena convivencia. "Se aclara en las juntas de delegados de familia que esta herramienta no es para el chismorreo, ni para verter cuestiones personales, ni rumores, sino para mantener un hilo de comunicación, es para aclarar y no para generar ruidos y mensajes ambiguos", considera Juan Bueno.

A veces, la celeridad con la que se trasladan al WhatsApp las informaciones, en muchos casos aún incompletas, lleva a confusiones habituales. "Un padre recibe una comunicación del colegio y de inmediato la da a conocer al grupo de chat, donde hay otros a los que aún no les ha llegado. Esto ya crea especulaciones que derivan en críticas sin fundamento al colegio, que es adonde primero se tienen que dirigir a resolver sus dudas o exponer las quejas", explica el director de un centro concertado. Este tipo de grupos llega a funcionar como un AMPA paralela, donde se cuestiona cualquier medida que el colegio o el tutor tome, aunque el mayor peligro radica en informaciones que no están constatadas. Una pelea sin mayor importancia entre niños se puede descontextualiza y acaba con un enfrentamiento serio entre padres de alumnos, según explican algunos docentes.

"Al formar parte de la privacidad de los padres no se pueden controlar estos grupos, pero de manera informal les pedimos que hagan un buen uso", afirma María José Salom, directora del colegio privado El Pinar. Salom demanda un "uso en positivo, que sirva para transmitir información" y aclara que "no deja de ser una herramienta que los pone a todos en contacto automáticamente". Finalmente, todo es cuestión de utilizar la sensatez que se le presume a los adultos.

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