Málaga

El coste final del Metro de Málaga se dispara 1.400 millones sobre lo previsto

  • Un informe de la Cámara de Cuentas sitúa en 2.622 millones la carga que supone la obra y la explotación, hasta 2042, un 113% más de lo estimado

La envergadura económica del Metro de Málaga y el evidente desajuste existente entre lo que el proyecto iba a suponer para las arcas públicas y la carga final vuelve a quedar de manifiesto. En esta ocasión es la Cámara de Cuentas la que en un reciente informe eleva a casi 2.622 millones de euros el coste final del suburbano una vez culmine el periodo de explotación, previsto para el año 2042.

El montante, de acuerdo con los datos manejados por el ente autonómico, supone el doble de lo previsto antes de que el proyecto fuese sometido a numerosas modificaciones en su construcción y sufrido variaciones constantes en el plazo de puesta en servicio. Conforme a los datos incluidos en el citado informe y aportados por la Agencia de Obra Pública, la losa prevista sobre las arcas autonómicas es fruto de la suma de los 425,4 millones estimados en la fase de construcción (incluyendo las aportaciones ya programadas para 2015, 2016 y 2017 para la culminación del proyecto) y casi 2.200 euros para el periodo de explotación.

Tomando sólo como referencia este último apartado, el desglose concluye cómo, siempre citando como fuente a la Agencia de Obra Pública, en el año 2041 el coste de explotación alcanzará los 110,3 millones de euros, cuantía que supone casi 60 millones más que los marcados para la presente anualidad, en la que el Metro entró a funcionar de manera parcial entre el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena y la estación de El Perchel (junto a Renfe) y desde este punto hasta los Asperones, donde se localizan los talleres y cocheras.

Estos datos, además, tienen carácter provisional, al menos en lo tocante a los trabajos de ejecución. Al respecto, los autores del documento precisan que para la determinación de estas cuantías se consideraron los gastos "efectivamente realizados" hasta la fecha de elaboración del mismo, "sin considerar la conclusión de la construcción" y basadas, en lo que se refiere a la explotación, en los parámetros del contrato.

Sobre ello, cabe recordar que quedan aún por concretar las operaciones de ejecución de dos de los tramos pendientes de inicio por parte de la Administración regional, el Guadalmedina-Atarazanas y el Guadalmedina-Hospital Civil (ambos pueden sumar otros 100 millones) y la terminación del Renfe-Guadalmedina.

El informe de la Cámara de Cuentas, bajo el título Análisis de las actuaciones público-privadas de la Agencia de la Obra Pública, pone de relieve la incidencia de los numerosos modificados introducidos en el proyecto que fue objeto de adjudicación en el año 2004. Variaciones que, a juicio de los autores del documento, "evidencian un defecto en el proyecto primitivo y por tanto en el presupuesto que sirvió de base" para la contratación de la obra.

"Desde un principio se observa que de forma ordinaria se han venido adoptando soluciones técnicas distintas a las iniciales y han surgido igualmente nuevas necesidades además de las inicialmente demandadas, hasta el punto de haber transformado la excepcionalidad con la que debe ocurrir una causa de modificación contractual en algo común, no excepcional en la ejecución de la obra del metropolitano", sentencia.

En número redondos, la cuantía vinculada al Metro pasa de los 403,7 millones de euros en los que se adjudicó la construcción y explotación (41 millones de ellos correspondientes al material móvil) ha pasado, al menos a 31 de diciembre de 2013, a 678,3 millones, lo que supone un incremento del 70%. Este gigantesco crecimiento en las facturas del proyecto incluye el resultado de 19 modificaciones en la intervención, así como el pago de 76 millones de euros correspondientes a contrataciones con otras empresas, algo "no previsto en el contrato de concesión".

Como se señala en la literatura del documento, el continuo crecimiento del factura relacionada con la ejecución de las líneas 1 y 2 del suburbano llevó a la entonces Consejería de Obras Públicas a renegociar con la concesionaria una variación significativa del contrato. La trascendencia de ello fue tal que la Junta asumió la construcción de tres de los seis tramos en los que originalmente estaba dividido el trazado completo: el tramo en superficie de la Universidad, el Renfe-Guadalmedina (aún en obras) y el Guadalmedina-Malagueta. Este tajo ha sido eliminado, siendo sustituido por un ramal de 295 metros, soterrado, desde el río hasta la mitad de la Alameda Principal, y por una prolongación de la línea de Carretera de Cádiz, en superficie, hasta el entorno de los hospitales Civil y Materno Infantil.

Todo ello tiene una incidencia más que apreciable sobre el papel que asume en la financiación de la obra la Junta, a la que correspondía aportar el 33% de la misma. De los 135 millones en los que se fijó esta aportación en los orígenes del proyecto se pasó a finales de 2013 a casi 425 millones, un 214% más. En esta cifra se incluyen las proyecciones para 2015, 2016 y 2017, fondos con los que culminar los trabajos.

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