Málaga

Pioneras que cumplieron su fantasía

  • Cuatro mujeres que estudiaron Medicina cuando aún era una profesión mayoritariamente de hombres dicen que no se han sentido discriminadas, pero piden más apoyo frente a la maternidad

Cuenta Anabel Heiniger que su padre quería que fuera abogada. "Pero yo tenía la fantasía de ser médico", relata. Finalmente, esta mujer cumplió su sueño, se especializó en Hematología y hoy dirige ese área de los hospitales Regional y Clínico, que comprende a unos 300 trabajadores y ha triplicado en dos décadas los trasplantes de médula ósea. Fue la primera directora mujer de esta unidad. Heiniger no fue la única soñadora. Como ella, otras mujeres abrazaron hace ya varias décadas el camino de la Medicina, cuando todavía era una profesión de hombres; no como ahora, en que las estudiantes de la carrera representan algo más de la mitad del alumnado.

"A mí, hacer Medicina me costó un disgusto porque mi padre quería que heredara la farmacia familiar", confiesa María del Carmen Hernández. También se especializó en Hematología. En la actualidad, es la responsable técnico del Banco de Tejidos, que engloba el Banco de Sangre de Cordón Umbilical de Andalucía -el cuarto del mundo- y la Unidad de Terapia Celular; dispositivos que han ido incorporando técnicas en su día muy innovadoras, pero que ya son rutina para los centros.

Para Carmen Puentes, la familia había pensado que también fuera abogada. Pero ella, tenía sus propios planes. No sólo estudió Medicina cuando aún no muchas mujeres se atrevían con esta carrera, sino que además eligió Medicina Nuclear, una especialidad con fuerte presencia masculina. "En mi grupo de prácticas éramos nueve varones y yo", recuerda. Ahora, Puentes es jefa del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Regional. Ha sido la primera mujer en dirigirlo. Hace un par de décadas, los pacientes que necesitaban de esta especialidad, debían trasladarse a Granada o ser derivados a un centro concertado. Ahora, disponen de cuatro gammacámaras en el Regional y 20 profesionales, un balance del que se enorgullece.

Marina Tirado es otra médico pionera. Hizo la especialidad en Rehabilitación en 1979, en el Hospital Regional, cuando aún no existía ni el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Años más tarde, formó parte del equipo que abrió el Hospital Comarcal de Vélez, fue directora de atención primaria de la provincia de Granada, subdirectora de atención sanitaria del Clínico granadino, gerente del Hospital de Antequera y también del Clínico de la vecina provincia. "Nuestra vida profesional tiene que ser la misma que la de cualquier hombre", defiende.

Ante la proximidad del Día de la Mujer, este reportaje es un homenaje a aquellas jóvenes que abrieron camino en un mundo mayoritariamente de hombres. Ellas dicen que no se sintieron pioneras, sino que solo atendieron a su vocación. Afirman que nunca se consideraron discriminadas de forma negativa, sino al contrario. "Yo me he sentido arropada por mis compañeros", afirma Hernández.

Heiniger comparte la misma idea. No obstante, lanza una crítica: "Yo no he sentido nunca la discriminación, al contrario; pero es cierto que en los cargos de poder, en la mayoría de los casos siguen estado los hombres". Además, la hematóloga deja una reivindicación a las administraciones: que siempre sustituyan las ausencias de las trabajadoras por maternidad o lactancia. Solo así, sostiene, no habrá reticencias a la hora de contratar a mujeres. "Si quieren ayudar a la mujer, el embarazo y la lactancia no tienen que ser un hándicap", argumenta. "Hay que facilitar que se cubran esos puestos de trabajo por situaciones de embarazo y lactancia porque si no, echa para atrás contratar a una mujer".

Hernández, que tiene tres hijos, reconoce que la conciliación laboral y familiar no ha sido fácil. "Cuando estaba haciendo la tesis, tuve que hacer la base de datos tres veces porque pasaba el tiempo y se me quedaba obsoleta". Puentes, Tirado, Hernández y Heiniger no solo han alcanzado cargos de relevancia en el SAS. A su labor asistencial, suman tareas de gestión e investigación. No fueron lo que sus familias habían previsto para ellas, pero igualmente han llegado lejos.

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