Málaga

Los coleccionistas del barrio

  • Dos vecinos mijeños atesoran miles de llaveros, pins y álbumes de cromos

Llaveros y más llaveros. El coleccionismo es uno de los hobbies más extendidos y la especialidad de Juan Ramos son los llaveros. En la actualidad acumula en el sótano de su casa más de 20.000 que organiza por temáticas. Una afición que comenzó a los 8 años, aunque por aquel entonces no imaginaba cuántos podría albergar en un futuro. "Me llamaban la atención, allá donde iba siempre me llevaba uno, y cuando mis padres me preguntaban si quería algo les pedía un llavero", comenta este vecino mijeño, aunque con los años estos acabaron en el olvido, guardados en una caja en el fondo del armario, hasta que el azar hizo que todo acabara en su sitio. "Un día mi mujer la sacó y desde entonces esa fue mi perdición", asegura. Y ahí empezó todo.

Desde entonces Juan ha convertido su casa en un auténtico museo, donde miles y miles de llaveros decoran las paredes del local. "El más antiguo que tengo es un llavero de Seat de los años 40", afirma este coleccionista. "Cuando entro aquí me da tranquilidad, me relaja el ver esto así. Me gusta y lo disfruto", agrega.

Pero su afición va mucho más allá. A esta le sigue una colección de más de mil dispensadores de caramelos, los conocidos como caramelos pez, que aglutina en las estanterías del sótano. "Empezamos comprándole al niño los caramelos hasta que ya se hizo mayor. Entonces tendría unos cien, decidí ponerlos en vitrinas y ahí ya me enganché", explicó. "Los más antiguos son de los años 70", aclara. Al mismo tiempo, adelanta que entre sus objetivos el próximo año le gustaría organizar un encuentro mundial de coleccionistas de dispensadores de caramelos pez en el municipio mijeño.

Juan es un coleccionista de colecciones. Alberga, además, unos 600 álbumes de cromos de todo tipo, unos 200 de ellos completos (en total serían cerca de tres millones de estampitas); unas 800 barajas de cartas; 2.300 pines; y un largo etcétera. A tan solo unos metros de distancia, también en el barrio de Las Lagunas, José Francisco Porras, o Kiko, como le conocen en la zona, comparte la misma afición. "Cuando era niño empecé con los calendarios de bolsillo, mecheros, monedas, y ahora colecciono de todo", argumenta. Este vecino mijeño ha llegado incluso a hacerse con un local que ha acondicionado a modo de museo donde organiza meticulosamente todas sus colecciones. "Allí nos reunimos para hacer intercambios y también llevo a gente para que lo vea", afirma.

Este coleccionista alberga unos 13.000 mecheros, 12.000 llaveros, 400 máquinas pez y, a lo que más tiempo dedica en estos momentos, a figuras de animales. "Puedo tener unos 450 diferentes", manifiesta. También colecciona álbumes desde 1966, cupones de lotería (el más antiguo data de 1954), cajas de cerillas, muñecos del roscón de reyes, botellas de cerveza, pines, bolígrafos, lápices y monedas del mundo entero. "De pequeño me gustaban mucho las monedas y todo lo que cogía, fueran pesetas, gordas o reales, los guardaba en una cajita. Ahora tengo monedas incluso del Congo o Tailandia", comenta. La más valiosa de su colección, asegura, podría ser una moneda de 50 euros de Dalí. "Siempre me ha gustado mucho, no sé lo que habría hecho sin coleccionar porque he coleccionado desde que era un niño", concluyó.

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