La Costa del Sol se ha convertido en uno de los puntos clave para el tráfico ilegal de vehículos. Así lo han constatado las fuentes policiales consultadas, que destacan el incremento de robos detectado, tanto en la zona occidental como oriental, tras la elevada demanda de turismos de lujo en Marruecos.

El procedimiento responde a un entramado delictivo en el que cada integrante del grupo tiene repartidas sus funciones. Mientras unos se encargan de la sustracción de automóviles y la alteración de los elementos identificativos, otros proporcionan material logístico de la venta y del transporte que después envían a la zona en la que el coche ha sido demandado. "Primero interviene una persona que solicita desde países como Marruecos, Senegal o Mali un determinado modelo. Como en África no se vende, busca enlaces en la organización, que se encarga de buscarlo, falsificarle las placas de matrícula y alterarle los números de bastidor. Después se contrata a alguien que intente hacer llegar el vehículo al demandante, quien lo adquiere por algo menos que si lo comprara en Europa ya que está robado", explicó Darío Pérez, un agente de San Roque (Cádiz) que la pasada semana se desplazó a la Jefatura de Arroyo de la Miel para impartir un curso de formación organizado por el Sindicato Independiente de Policía de Andalucía (SIP-AN) para casi medio centenar de policías locales de distintos municipios de Málaga.

Este tipo de bandas cuentan con personas repartidas por distintas zonas. El papel de la Costa del Sol, zona de paso para los puertos de Algeciras y Tarifa, es fundamental. En palabras de Jesús Cabrerizo, otro de los efectivos que participó en las jornadas, la provincia se encuentra "a la cabeza de Europa", sobre todo en época estival, puesto que se erige en el "centro neurálgico para las vacaciones de los europeos". "Es un negocio muy lucrativo. El típico caco, que ya ha desaparecido, da paso a miembros de la delincuencia organizada, que roban el vehículo, lo maquillan y lo desplazan hasta el continente africano", precisó. De ahí la importancia de que los policías estén preparados para interpretar la documentación que identifica al automóvil, sea del país que sea.

Según los agentes, el elevado número de extranjeros que reside en localidades como Marbella da lugar a que los coches, perfectamente camuflados y con apariencia legal, tengan más facilidad para pasar desapercibidos. "Las organizaciones traen vehículos desde Holanda, Alemania y Rusia. Muchas, además, los matriculan en este último país para ocultar la identidad lo máximo posible porque la Policía no puede hacer la gestión en cinco minutos, sino que necesita días o incluso una semana", señaló Pérez, quien aseveró que el control en los distintos puertos es "mínimo". "Hay vehículos robados en Europa que están llegando en contenedores y barcos a Sudamérica. Interesa más que el buque salga a comprobar lo que hay. Si se retiene, se pierde dinero porque la mercancía llega tarde y alguna es perecedera. El problema es el mismo que existe con las drogas", resaltó el funcionario, quien precisó que "de 100 pueden controlarse tres". El resto sale sin someterse a ningún tipo de inspección.

En Torremolinos se intervino recientemente un automóvil robado en Holanda y matriculado en Gibraltar. Las dificultades, resaltó, son similares en todos los países "ya que no hay formación específica para controlar".

El fenómeno preocupa a los investigadores. "Nosotros detenemos al último eslabón de la cadena, pero hay que llegar hasta arriba. Recuperamos el vehículo sustraído y tratamos de obtener la máxima información posible para las fuerzas y cuerpos de seguridad, que después profundizan en las actuaciones acotando los círculos", detalló el policía local.

Curiosamente, los conductores de este tipo de automóviles, aunque forman parte de la red, a veces sólo conocen a la persona que le ha pagado, por ejemplo 1.000 euros, para cumplir una de las funciones de la trama. Es posible que ni siquiera tengan constancia de que el automóvil está robado. Suele tratarse de personas que son sorprendidas conduciendo solas y cuya situación económica, en muchos casos, no se corresponde con el vehículo que llevan. "Es como si un indigente viajara en un Ferrari. No tienen el poder adquisitivo necesario para mantenerlo. Es una pista que nos llama la atención. Hemos recuperado coches con una mujer de 80 años al volante que iba a pasarlo a Marruecos. Pueden ser incluso familias con niños", dijo el agente.

En palabras de Cabrerizo, las modalidades de tráfico ilícito son variadas. "Por nuestras carreteras circulan vehículos que están dados de baja o que no gozan de los elementos de seguridad. Algunos no aparecen como sustraídos en ningún sitio porque pertenecen a una empresa de alquiler o rent a car", remarcó.