Tras varios meses de negociaciones casi en secreto, la Junta de Andalucía desveló ayer que ha vendido la compañía tecnológica malagueña AT4 Wireless, pionera en el PTA y emblema de la tecnología andaluza, a la multinacional alemana Dekra. El importe de la operación ha sido de 44,5 millones de euros, de los cuales la Junta recibirá 21,98 millones (poseía el 49,40% de las acciones a través de Soprea y Veiasa), Grupo Sando y Caixabank obtendrán 10,9 millones cada uno (tenían el 24,525% cada uno), y Ayesa se embolsará 689.000 euros al desprenderse del 1,55% de las acciones. Cabe señalar, por ejemplo, que Sando invirtió seis millones de euros al incorporarse en 2007, por lo que la plusvalía es evidente.

AT4 Wireless mide la radiación de productos electrónicos y se ha caracterizado en los últimos años por dar buenos resultados económicos y por apostar por un gran despliegue internacional, por lo que competía con las grandes multinacionales del sector. Eso ha provocado que recibiera numerosas ofertas de compra de empresas norteamericanas, asiáticas o europeas y, al final, se ha llevado el gato al agua la alemana Dekra, que se compromete a trasladar su sede social en España a Málaga y a mantener la actual plantilla de la empresa, que cuenta con unos 200 empleados en Málaga y en torno a un centenar en el extranjero.

Puede resultar llamativo que se venda a una multinacional extranjera una empresa andaluza que está funcionando bien. Hay varias causas que están detrás de esta operación, que el consejero de Empleo, Empresa y Comercio, José Sánchez Maldonado, calificó de "manual de libro de economía" o "de gran calado para Andalucía". Por una parte, la mayoría accionarial corresponde a la Junta de Andalucía desde la creación de la empresa en 1991 y, como explicó ayer Luis Fernando Martínez, ya ex director general de AT4 Wireless, "la Junta sabía que en algún momento tenía que salir y ese día ha llegado hoy [por ayer]". El hecho de que el Gobierno autonómico fuera el mayor propietario también suponía una traba a la hora de crecer o tomar decisiones con rapidez. Por otra parte, Caixabank -que se quedó con las acciones que tenía Cajasol- también estaba obligada a vender su parte antes o después por la nueva normativa bancaria.

En tercer lugar, si bien AT4 Wireless ha realizado una gran inversión en los últimos años y se ha hecho un hueco a escala internacional, su tamaño es reducido para dar nuevos saltos. "Sin músculo financiero te apartan rápido", indicó Ivo Rauh, director de la unidad de negocio de la rama industrial de Dekra.

La multinacional alemana cumplirá este viernes 90 años, es la cuarta compañía mundial en ensayos, certificación e inspección, trabaja en 50 países, tiene 35.000 empleados y facturó el año pasado 2.510 millones de euros, lo que da idea de su músculo. A través de ella, la ya ex empresa malagueña tendrá mucha más capacidad para ser un gigante en el mercado de la certificación de tecnología inalámbrica, podrán adquirir otras empresas e incluso es probable que aumenten su plantilla también en Málaga. Rauh no dio un número concreto, pero sí destacó que han duplicado su facturación y empleados en una década y que podrían seguir la misma tendencia.

Dekra está especializada en la prestación de servicios para la seguridad vial, laboral y en el hogar -el año pasado hicieron, por ejemplo, 26 millones de inspecciones técnicas de vehículos- y en España tienen oficinas en Madrid, Barcelona y Valencia con 250 trabajadores. "Ahora movemos el centro de atención a Málaga", enfatizó Rauh. De hecho, quiso tranquilizar a la plantilla en Málaga, con la que se reunió en un edificio de Promálaga en el PTA al mediodía, afirmando que "no somos una empresa de altos y bajos, apostamos por las tecnologías de futuro y reinvertimos todo en la empresa". Este directivo hizo hincapié en que la decisión de comprar AT4 Wireless responde a su estrategia de ser más fuertes en certificación de productos móviles e inalámbricos y recalcó que "vamos a fomentar el empleo aquí en Málaga".

Andalucía pierde la propiedad de una empresa emblemática, aunque Sánchez Maldonado defendió la venta afirmando que "se garantiza el empleo y se le abre un futuro mucho más espléndido del que pudiera tener por sí solo". El dinero obtenido por la Junta de Andalucía irá a parar, según el consejero, a "nuevos procesos industriales".