bernardo quintero. INGENIERO DE SEGURIDAD INFORMÁTICA

"El modelo del parque tecnológico está un poco trasnochado"

  • El emprendedor que trajo Google a Málaga lamenta que una capa de conseguidores, consultores y profesionales del emprendimiento dilapiden los recursos que deberían llegar a las 'startups'

Bernardo Quintero (Vélez-Málaga, 1973) transmite la autoridad de quien piensa todo lo que dice y dice todo lo que piensa. Sin peajes, ni compromisos. Precoz y audaz es el único español, además de su amigo Joaquín Cuenca, que ha creado una empresa (VirusTotal), ha tenido éxito y se la ha vendido a Google. La operación se selló hace ahora tres años. Desde entonces el gigante de Mountain View tiene una sede en Málaga, donde un puñado de ingenieros es referencia mundial en seguridad informática. Quintero, además, es un faro para su generación. Un líder nato que habla sin medias tintas de por qué los parques tecnológicos son un modelo obsoleto, la falta de prestigio de las ingenierías o de la causa de que Málaga Valle no solo no sume, sino que divida y reste.

-¿Qué es VirusTotal?

-Un servicio al que cualquier usuario de internet puede enviar un fichero sospechoso para que lo analicen más de 50 motores antivirus.

-¿Dónde está el negocio de su empresa?

-Todos los ficheros que recibimos van a una base de datos. Hemos hecho un buscador en el que los analistas de malware pueden buscar por ejemplo los ficheros que tienen determinadas características y pueden afectar a su entidad. Ese servicio lo hemos llamado Virtual Intelligent y es el servicio comercial que generalmente la gente no conoce.

-¿Es la razón de que Google los comprara?

-Nos compró porque tenemos mucha información a nivel mundial de lo que está pasando y por este servicio que se ha convertido en el estándar de la industria del malware.

-¿Por qué hay virus, a quién le interesan y quién los hace?

-Cuando empezó era por amor al arte. Era gente que le gustaba programar a bajo nivel y se lo planteaba como un ejercicio de superación personal o para darse a conocer en el mundillo. Eran virus que no tenían por detrás ningún interés económico. Hoy día sí hay una mafia que gana mucho dinero con el malware, virus y troyanos. Hay muchos modelos de negocio. Ahora tiene mucha incidencia en España uno que cifra todos datos del ordenador y si quieres acceder a ellos te dan unas instrucciones para que antes pagues.

-¡Como la piratería en Somalia!

-Exactamente. En España se está pagando entre 300 y 500 euros para poder recuperar tus datos, pero a nivel mundial se mueven millones.

-O sea, hay industria mafiosa.

-Hay virus porque dejan dinero. Hay también una industria nueva que es la ciberguerra en la que participan los gobiernos creando armas en este tipo de códigos, hay también mucho espionaje industrial... Son muchos los factores que hacen que esté en auge. De hecho este año hemos analizado más muestras de virus que en toda nuestra historia.

-¿Cuántos son?

-Ficheros infectados nunca vistos antes, entre 200.000 y 300.000 al día.

-Los intereses son gigantescos.

-Antes crear un virus era un trabajo manual y artesano que llevaba meses, ahora el interés es que dé dinero y no ser detectado, de modo que hay programas que crean nuevas generaciones de virus de forma automática . Hay servidores web que generan virus individualizados para cada persona. Por eso ningún antivirus tiene más de un 70% de efectividad.

-¿Qué han supuesto estos tres años siendo parte de Google?

-Nos ha ido muy bien. Hemos multiplicado por 10 la facturación. Al principio había gente que tenía un cierto miedo por si Google nos terminara absorbiendo, pero Google ha respetado desde el principio nuestra filosofía y visión de lo que tenía que ser VirusTotal.

-¿Mantienen la autonomía?

-Totalmente. De hecho damos servicio a toda la competencia de Google: Apple, Microsoft, Facebook o Twitter. Somos un caso especial porque este es el único servicio de pago que tiene Google para terceros.

-¿Qué tiene de bueno ser Google?

-Recursos casi infinitos desde el punto de vista de la computación. Eso da mucha tranquilidad a la hora de escalar un crecimiento tan grande como el que hemos tenido. Solos hubiera sido difícil. También entiendo que hemos crecido tanto porque hay clientes que confían más en nosotros por ser una subsidiaria de Google.

-¿Por qué están en este chalé tan idílico con vistas al mar en vez de en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA)?

-Las empresas se están yendo al centro. Ocurre en Málaga y en todas las ciudades. Las oficinas de Google en Nueva York están en el centro de Manhattan, en París también... El concepto del PTA creo que está un poco trasnochado. Si una empresa necesita muchos metros tiene sentido irse a un parque retirado, pero todo el movimiento de emprendedores prefiere el centro por comodidad personal, porque es más fácil el transporte, se puede ir en bicicleta...

-¿Son las tecnópolis un modelo fallido?

-No. Antes tenían sentido porque necesitabas una estructura especializada, pero ahora el ancho de banda llega a cualquier parte y el cloud computing hace que si necesitas máquinas estén en lugares que ni ves. Aquí, por ejemplo, tenemos portátiles y poco más.

-Se decía que los parques aportaban sinergias por la concentración de empresas innovadoras.

-Tampoco. Con la burbuja emprendedora hay un montón de eventos y la gente que empieza casi se ve forzada a ir porque supuestamente va a tener contactos o le van a ayudar a lanzar su proyecto. Yo casi que soy contrario. Si empezara otra vez lo que necesitaría es concentración, foco en lo que estoy haciendo y apartarme de todo lo que surge alrededor.

-Usted ha criticado que se venda el potencial tecnológico de Málaga con la ecuación buen clima y buenas comunicaciones con sueldos bajos.

-Ese es el modelo que ha vendido el PTA. Los dos primeros puntos, perfectos, pero el tercero ha sido un enfoque equivocado. Ha tenido mucho impacto en el prestigio de las ingenierías. Yo viví el boom. Desde finales de los 90 hasta 2000 los alumnos con mejores notas luchaban por entrar en Teleco e Informática. Ahora no. Ha calado que esos alumnos que estudian carreras que no son fáciles después encuentran en el PTA salarios que no llegan a 1.000 euros. Esto provoca mucha fuga de talento y gente [frustrada] que se queda con unos sueldos y una vida que no está a la altura de lo que esperaba.

-Aludía a la burbuja del emprendimiento, explíquese.

-Vamos a ver, solo tiene éxito el 10% de todas las startups que entran en el programa de Y Combinator, primera aceleradora de Estados Unidos y la referencia de todas las que han surgido después. Ninguna otra en el mundo consigue mejores resultados. Se vende que emprender es la panacea, pero hay que ser responsable y contar también que ser emprendedor es una de las profesiones más arriesgadas que hay.

-Gracias a los fondos Feder las aceleradores han crecido como setas.

-El año pasado vino a Málaga algo más de un millón de euros y la estrategia fue diversificar. Se crearon cuatro aceleradoras. Mi crítica es que no había tantas startups para llenarlas porque no es una cuestión de cantidad, sino de calidad. Esta conversación la tuve en su día con los responsables y me dijeron que ellos tenían otro criterio, pero se ha demostrado que ese modelo ha fracasado.

-Da la sensación de que los recursos se dispersan y diluyen.

-Hay una capa interna de gestión, de consultoras y profesionales del emprendimiento que consumen los recursos. Necesitan que haya emprendedores y startup porque ese es su negocio, pero de los recursos públicos que llegaron, las startup recibieron cero.

-¿Cómo se puede promover una cultura de innovación eficaz?

-Por mi experiencia y por los emprendedores que conozco, como Joaquín Cuenca, que vendió Panoramio a Google, o Luis Hernández, de Uptodown, programando desde pequeños. Joaquín empezó con ocho años, yo con 10 y Luis con 12. Los tres estamos de acuerdo en que eso nos marcó. Es imprescindible invertir en la educación de los niños. Decimos que son nativos digitales porque manejan la tableta o el ordenador, pero lo que realmente hacen es consumir tecnología, cuando lo que necesitamos son creadores de contenidos. Si queremos hacer de Málaga una ciudad tecnológica de la que salgan emprendedores la mejor inversión es introducir la programación a los seis o siete años. Yo tengo dos niñas de seis y 10 años que están programando. Hoy día es muy fácil enseñar a los niños. Cuando descubren que pueden crear sus propias historias y juegos les cambia el chip completamente. Creo que la programación es importante no solo para que haya más ingenieros, sino porque es una asignatura básica. En el futuro no saber programar será como saber leer pero sin saber escribir.

-¿Los colegios dan clases de informática o de ofimática?

-Exactamente. Mi hija tiene ahora el mismo material que antes, solo que en pdf en vez de en papel. Cambian el papel por el ordenador pero no la metodología.

-¿Cómo fue su experiencia universitaria?

-Para los que empezamos con un cierto bagaje fue un poco traumática. Cuando llegas tienes matemáticas, bastante duras, física y ciertas asignaturas que no te esperas porque crees que todo va a ser informática y programación. Nosotros no destacábamos por nuestras buenas notas, salvo en asignaturas como programación donde éramos unos linces.

-La academia defiende ese modelo de dos primeros cursos con mucha teoría y materia abstracta.

-Hay una corriente que defiende que las ingenierías tienen que tener una base genérica amplia y después será el mercado laboral el que dé la práctica. Luego sucede que cuando entrevistamos a un recién titulado para un trabajo, aunque tenga unas notas excelentes, no está al día. Al final las grandes empresas contratan a personas con inquietudes, que están al día en las últimas tecnologías. Existe desconexión entre la universidad y el mundo real

-¿Qué le diría a un alumno de bachillerato que duda entre estudiar Informática o no?

-Que estudie, pero que si en mitad de la carrera le surge un proyecto o una oportunidad laboral que no lo dude y se lance.

-¿Está en Málaga Valley?

-Este es un asunto largo, pero te lo voy a contar. Cuando estaba en Hispasec [la primera empresa que fundó y donde forjó la idea de VirusTotal] era desconocido y nunca nos llamaron. En cuanto apareció la noticia de que habíamos sido adquiridos por Google recibí un email de Cremades [Javier, presidente de Málaga Valley] invitándome a formar parte del club. Eran unos días en los que tenía mucho lío y creo que ni llegué a contestar. Después es cierto que me han invitado en muchas ocasiones, pero no he ido nunca.

-¿Y eso?

-Quiero que quede claro que siempre que he acudido al alcalde, a Mario Cortés [concejal de Nuevas Tecnologías] o a Antonio Quirós [director de área], siempre han estado disponibles , han sido afables y creo que incluso estamos de acuerdo en lo que hablamos. Además, hay que alabar el interés que tienen por las nuevas tecnologías, pero en el caso de Málaga Valley, y esta no es una crítica política, sino técnica e independiente, creo que es una marca que resta y divide.

-¡Esa no es una frase cualquiera!

-Se han dicho cosas que a mí y al sector nos dan vergüenza ajena. Un caso concreto: se publicó en 2010 que la marca Málaga Valley valía 1.000 millones de euros. Se había estimado esta cifra porque decían que tenía dos millones de referencias en Google. Pero si buscas una marca formada por más de una palabra tienes que escribirla entre comillas, si no aparecen todas las páginas donde figuran las palabras Málaga y Valley en cualquier orden y lugar.

-Eso lo sabe todo el mundo.

-Pues verás, si buscas Málaga Valley entre comillas, a día de hoy, hay 13.100 resultados en Google. Entonces, solo caben dos posibilidades: o el que hizo el estudio, que después reprodujo Cremades, el alcalde y todo Málaga Valley, o no tenía ni idea o mintió, y no sé qué es peor. Esas cosas restan. Los ingenieros estamos hartos de ver estas cosas. Hay iniciativas que si me ponen Málaga Valley delante me generan dudas. Son conscientes de que hay una corriente de emprendedores como Joaquín Cuenca o yo que no acudimos a estos eventos. Intentaron acercarnos y hemos ido a reuniones, pero planteamos que se quitara esta marca para hacer algo nuevo y fresco, porque además no compartimos el concepto de traer grandes empresas de fuera. Aceptaron, pero a las dos semanas apareció como Málaga Valley Innova. Esto me hizo pensar que tenía que haber algo más y me puse a buscar.

-¿Qué encontró?

-Que Málaga Valley tiene secuestrado al Ayuntamiento. Hay un convenio con la asociación que obliga al Ayuntamiento a utilizar esta marca en todos los ámbitos vinculados con las tecnologías. El Ayuntamiento no puede lanzar ninguna iniciativa sin esta marca que, además, no es del Ayuntamiento, sino del club que preside Javier Cremades. Si se quiere reconducir Málaga Valley lo primero que pido es que sea una marca del Ayuntamiento, de los ciudadanos.

-¿Por qué suceden estas cosas?

-El problema, creo yo, es la red de conseguidores, esa capa de gestión que se llevan los fondos públicos y venden una moto que no se corresponde con la realidad.

-¿Tiene relación con los empresarios?

-Con muchos a raíz de Barcamp.

-¿Qué es?

-Una reunión de emprendedores. Está Panoramio, está Uptodown, Resultados de Fútbol, Freepik, Quehoteles... Nos juntamos sin agenda y básicamente nos contamos nuestras penas más que nuestros éxitos. Se trata de analizar los problemas que tiene cada uno, intentar ayudarnos y retroalimentarnos en un entorno de mucha crítica y mucha confianza.

-¿Cuántos son?

-Cuarenta o cincuenta. Hay gente que solo acude a esta reunión. He conocido ahí a personas que no aparecen en los medios, facturan grandes cantidades y están ocultos. Hay, por ejemplo, un par de chavales que facturan solos más de millón y medio al año que no van a ninguna otra reunión, congreso o evento de emprendedores, solo a la Barcamp, pero claro esto es útil.

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