Un ir y venir de personal de sala, comandas, fogones, profesores dando pautas y alumnos moviéndose sin descanso en las cocinas. La Cónsula estaba resucitando. En el salón del restaurante, la gente empezaba a ocupar sus mesas e iniciaba un ritual conocido y apreciado por la mayoría de los presentes. El restaurante había vuelto a dar su servicio y los asiduos no quisieron perderse un almuerzo que nunca defrauda. "El disfrute de la comida en esta casa está asegurado", indicó Ricardo del Cid, antiguo director provincial de las Cortes y cliente. Aperitivos, ajo blanco con coco, langostinos y mango, merluza con almejas y emulsión de espinacas, solomillo de ternera al oporto rojo, milhojas de praliné y café con mignardises. Esas fueron las delicias que medio centenar de personas -80% de ellos extranjeros- pudieron saborear en el día de reapertura. "Avisamos a nuestros clientes habituales de que abríamos", señaló José Antonio Jiménez, profesor responsable de servicio.

El precio del menú, 35 euros con la bebida incluida. Eso sí, ayer los comensales no podían elegir: se creó una propuesta específica para estos primeros días con un plato de cada partida. "Que nos pongan lo que quieran, siempre se come muy bien", aseguró otro cliente que acudió con sus compañeros de trabajo. "Hemos estado tanto tiempo parados, había problemas con las cámaras frigoríficas y todo se ha precipitado más de lo normal, por lo que e consensuó un menú de vuelta", explicó el profesor de cocina Alejandro Zamora. "A partir de la semana que viene empezaremos con dos o tres platos por partida, pero antes hacíamos seis. Se tuvo que reducir por las circunstancias económicas", añadió Zamora.

En el salón la conversación fluía y los alumnos servían vino en un ambiente distendido y cordial. La normalidad en la Escuela de Hostelería de Málaga sería un hecho si los trabajadores cobraran sus nóminas. "Seguimos poniendo empeño para que esto siga adelante, pero hay familias que ya lo están pasando mal. Llevamos cinco nóminas y la paga extra sin cobrar y tres años de atrasos", protestó Jesús Camarero, profesor de cocina señalando que lo que desean "es que todo esté normalizado". "Entendemos que es complejo pero pedimos que cada uno haga su labor bien y si estamos en la línea hay que poner los medios", agregó.

Pero los medios propios tardarán en llegar. El miércoles se convalidó el decreto y "ya está jurídicamente diseñado el proceso de integración en el SAE". "Estamos en tránsito", subrayó el abogado José Carlos Aguilera, asesor en el proceso de liquidación. "Para que las operaciones de liquidación se puedan concluir, los ayuntamientos y la Junta tienen que ingresar sus aportaciones obligadas al presupuesto", advirtió. Pasarondos semanas desde el consejo general de La Cónsula y aún no ha habido aportación alguna.

"Se está trabajando a crédito porque ha habido empresarios malagueños que se han ofrecido a suministrar lo necesario para poner esto en marcha", apuntó el abogado. José Manuel Gallego, de Hermanos Gallego Fernández, es uno de esos proveedores. "Recibí la llamada y me pareció que pedían cosas lógicas, que se trata de formar a gente joven y es una lástima que no estuviera funcionando", explicó. Para su empresa, que exporta hasta a Arabia Saudí, unos meses de crédito "no va a ser una ruina".

Muy contentos se mostraron también los alumnos: Raúl Orejuela ,hasta sorprendido "por empezar tan pronto"; mientras que Claudia Otero pedía que "no haya parones y que siga todo en orden, como debería de ir".