El día amenazaba con lluvia y los densos nubarrones que cubrían el campus de Teatinos desde primera hora de la mañana hicieron peligrar la jornada lúdico-festiva que el Consejo de Alumnos de la Universidad de Málaga (Ceuma) había preparado para la inauguración del curso oficial. Al final quedó en eso, en un amago de agua que no llegó a concretarse y a las 10:00 los participantes de la gymkhana se lanzaron a las pruebas que abarcaban todo el campus, incluida la zona de la ampliación.

Pruebas de destreza, imaginación e ingenio se sucedieron hasta la hora del mediodía con la vista puesta en conseguir uno de los premios destinados a los tres más rápidos: tabletas para el primer equipo, packs culturales con entradas para museos para el segundo y packs de la UMA con productos de la tienda del campus para los terceros. Aunque premio final hubo para todos; sólo por participar camiseta y paella gratis. Y el objetivo principal se dio por conseguido: disfrutar, dar a conocer el campus a los alumnos de primero y relacionarse con estudiantes de otras facultades.

Con el hashtag #gymkhanaceuma la red social Twitter daba cuenta en directo de los retos a los que se iban enfrentando los participantes mientras en la zona de los aparcamientos -justo entre la Facultad de Psicología y la de Derecho- ya olía a paella y los grupos de música daban los últimos retoques al sonido. Eran las 13:30 cuando la barra del bar servía a los primeros estudiantes que acudían a la fiesta. El sol pegaba fuerte, las nubes habían desaparecido por completo, por lo que tocaba pedir rápido y buscar uno de los pequeños árboles que rodean el aparcamiento en busca de algo de sombra. Las únicas bebidas alcohólicas vendieron fueron cerveza y tinto de verano a un precio asequible -0,50 euros-.

El que durante años fuera un icono de la Facultad de Periodismo, su conserje, Cristóbal, le echaba a la paella los últimos ingredientes cuando el reloj se acercaba a las dos y los primeros participantes de la gymkhana llegaban con hambre y con sed. Cristóbal se jubiló hace cinco años, por lo que para las últimas promociones de Periodismo su nombre les dirá bien poco. Sin embargo, todas las anteriores lo recuerdan con cariño; no había Navidad que dejara la entrada sin decorar ni problema al que no encontrara solución al instante. Y ahora que está retirado sigue siendo el protagonista de cualquier evento de la UMA que lleve aparejada una paella.

Acompañando el plato los alumnos intercambiaban sus impresiones tras estos primeros días de clase, un repaso los nuevos profesores e incluso a los tests que les hacen rellenar para conocer sus gustos, aficiones o rutinas diarias. La música en directo empezaba ya sonar de verdad, dejando atrás las pruebas de sonido. La apuesta era cien por cien universitaria: Virginia Elósegui, Cosa Mala, Paco Ariza, G-Rock, Chicken Stampede y The Lost Moustache. Y se alargó hasta prácticamente las 22:00, hora hasta la que tenían permiso para el evento.

La de ayer fue la primera vez que los alumnos de la Universidad de Málaga (UMA ) celebraron su inauguración oficial de curso, en una fiesta bastante menos encorsetada que el acto que hace unas semanas realizaron los académicos. La organización estudiantil adoptó una serie de medidas para evitar que la fiesta degenera en un botellón. El recinto de la fiesta estuvo acotado, no se podía acceder con bebidas de fuera y contó con servicio de seguridad proporcionado por la UMA ; además de llamamiento al civismo y la responsabilidad realizado por Consejo de Alumnos de la Universidad, conscientes de que si se llegaba a producir, el inicio de curso no se volverá a celebrar.