La senda iniciada hace ahora dos semanas por la Gerencia de Urbanismo con el Palacio del Marqués de la Sonora y con Salsa, propietaria del inmueble, tendrá su continuación previsiblemente en pocas semanas con otro de los edificios más significativos del casco antiguo, el ubicado en la Plaza del Teatro, 1 y 2. De estos bloques, antiguamente en manos del grupo Baensa, otrora referente de los nuevos proyectos residenciales del Centro histórico, apenas se mantienen en pie las fachadas.

La firma vasca se hizo con esta finca, antes de Evemarina, para el desarrollo de una promoción residencial de lujo que fue valorada, incluyendo el valor del suelo, en unos 50 millones de euros. La quiebra económica de Baensa, protagonista también de la operación de los antiguos cines Astoria y Victoria y de una promoción fallida junto al mercado de El Carmen, hizo que los edificios pasasen a manos del bautizado como banco malo, la Sareb.

La nula actividad por parte de los dueños de los inmuebles hizo que Urbanismo acordase el pasado 23 de julio la inclusión de ambos edificios en el registro de solares, buscando con ello forzar a la propiedad a reactivar la edificación de los mismos. Sin embargo, ello sigue sin tener lugar, con lo que se prevé que el próximo consejo de administración del ente acuerde el incumplimiento del deber de edificación. O lo que es lo mismo, dé luz verde al procedimiento que puede culminar con su subasta.

La advertencia llegó a ser notificada a principios de julio por el Ayuntamiento a la entidad Basenci, como propietaria en ese momento (nombre de la firma tras el concurso de acreedores en el que se vio inmersa Baensa) y a la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), titular hasta ese momento del derecho real de la hipoteca sobre los inmuebles. De acuerdo con las explicaciones municipales, la inclusión en el registro de solares se produjo por la falta de solicitud de licencia e inicio de las obras previstas en ambas edificaciones.

De otro lado, fuentes municipales señalaron que la intención de Urbanismo es que el próximo consejo pueda aprobar el pliego de condiciones para la puesta en subasta forzosa del edificio de la calle Carmelitas, número 12. En este caso, el organismo declaró el incumplimiento de la función social de la propiedad el pasado 28 de julio, después de que transcurriese el año en el que está obligado a activar el proyecto de construcción o adecuación del inmueble tras ser incluido en el registro de solares.

Como consecuencia de ello, se abrió la vía a la enajenación forzosa de la parcela, con un valor inicial de 18.791 euros. El acuerdo daba la opción a la propiedad a realizar observaciones a la maniobra de la Administración local. Sin embargo, según indicaron desde Urbanismo, tales precisiones no han tenido lugar, lo que allana la terminación del procedimiento a través de la subasta. En caso de que se materialice, será la primera que se realice en el entorno del Pepri Centro después de que Urbanismo hiciese lo propio con los edificios de calle Mariscal, 3 y 5. Entre ambos episodios han transcurrido siete años, periodo en el que el Ayuntamiento ha excluido el uso de esta herramienta legal para forzar el mantenimiento de ciertos inmuebles. En el caso de Mariscal la experiencia no fue excesivamente buena, dado que quedó desierta ante la ausencia de compradores interesados.

El registro de solares incluye 67 edificios

Los datos 'colgados' en la página web de la Gerencia de Urbanismo constatan que actualmente hay incluidos en el Registro de Solares y Edificaciones Ruinosas un total de 67 edificios cuyos propietarios vienen incumpliendo, en algunos casos desde hace años, el deber de mantener en buen estado los inmuebles o edificar en las parcelas. De acuerdo con este documento, hay varios expedientes que datan del año 1999, sin que los mismos hayan sido aún objeto de subasta. A esta información hay que añadir otros 12 casos de construcciones en proceso de edificación o rehabilitación y 6 fincas incluidas en el convenio suscrito en 2005 por la Junta y el Ayuntamiento para el impulso de las denomiadas 'tecnocasas'.