Málaga

"Si baja la cobertura vacunal, subirá la incidencia de enfermedades"

  • Pediatras instan a no bajar la guardia ante patologías poco frecuentes debido justamente a la inmunización

No se puede bajar la guardia. Ese es el mensaje categórico que lanzan los pediatras a ciertos padres que puedan dejarse llevar por la desidia o los movimientos antivacuna. Los especialistas recuerdan que la vacunación a más del 95% de la población infantil es lo que ha arrinconado a niveles testimoniales las patologías que hace décadas eran típicas de la infancia.

"Pero si se baja la cobertura vacunal, subirá la incidencia de enfermedades", alerta Pedro Navarro, experto en vacunas y vicepresidente del Colegio de Médicos de Málaga. "A medida que baja la cobertura vacunal, circulan más los gérmenes y hay más posibilidades de contagio. Por eso no se puede bajar la guardia; el calendario vacunal hay que cumplirlo estrictamente y con todas sus dosis", insiste Navarro. El pediatra recuerda que la inmunización de los niños alcanza en torno a un 97% en Málaga y advierte: "Pero no se puede bajar al 95% o al 92% porque mientras más aumenten los no vacunados, más aumenta la circulación de gérmenes y volverían esas patologías".

Los datos no dejan lugar a dudas. En 1982, cuando aún no se había iniciado el calendario vacunal del Servicio Andaluz de Salud (SAS) se registraron 4.128 casos de rubéola, 7.028 de tos ferina y 4.878 de parotiditis. Las mismas enfermedades en 2010 ascendían a un caso, seis y 39, respectivamente.

Navarro es muy gráfico a la hora de explicar la importancia de las vacunas: "Esto es lo mismo que ir en moto sin casco; hay más posibilidades de romperse el cráneo. Los padres que no vacunan a un niño están jugando a la ruleta rusa con él".

Un descenso en los niveles de inmunización tiene dos efectos. A título individual, que el niño no queda protegido, y a nivel general, que si hay una menor cobertura vacunal virus y bacterias circulan más y aumentan los contagios. Es decir, se resiente la salud pública, la salud de todos. Aunque en Málaga no es el caso dada la alta proporción de niños vacunados.

Pero los especialistas instan a las administraciones a estar siempre vigilantes para "no morir de éxito" y a los padres a cumplir la pauta de vacunación para proteger a sus hijos y contribuir a la salud pública.

Navarro resalta que prácticamente ya no se ven ciertas enfermedades, como el sarampión, "precisamente debido a las vacunas". De hecho, los pediatras jóvenes hay patologías infecciosas infantiles que sólo la han visto en los libros. Ya casi no se dan casos.

"Pero si baja el porcentaje de vacunación, hay más niños con posibilidades de adquirir una enfermedad y de contagiar", repite el pediatra malagueño. Es más, comenta que vacunar a los niños protege a los mayores dado que virus y bacterias no circulan casi nada y por lo tanto la probabilidad de contagio se reduce considerablemente.

Hay patologías muy graves cuya inmunización está incluida en el calendario vacunal. Pero aún otras que pueden considerarse a priori menos importantes pueden tener complicaciones fatales. Las vacunas funcionan. El niño de Olot que murió por difteria no estaba vacunado. Sus padres eran antivacunas. El bebé que falleció por tos ferina en el Materno tampoco estaba inmunizado. Aún no había cumplido los dos meses, que es cuando se pone la primera dosis. Su madre intentó protegerlo desde su vientre, vacunándose ella cuando estaba embarzada, pero no consiguió la dosis.

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