Málaga

C's rechaza la contraoferta de De la Torre para desbloquear los terrenos de Repsol

  • El partido naranja cree "innegociable" que el Ayuntamiento renuncie a sus tres torres en el sector

La hoja de ruta trazada por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en el intento de mantener intactas las torres proyectadas en los antiguos suelos de Repsol se ve definitivamente alterada. La idea del regidor de convencer a su socio de investidura, Ciudadanos, de apoyar la actuación a cambio de ampliar a hasta 100.000 metros cuadrados la superficie del parque, ocupando los suelos delimitados para equipamiento, se topa con la negativa inicial del partido naranja.

La contrapropuesta elaborada por los técnicos de la Gerencia de Urbanismo, que permitía sumar a la zona verde los 26.000 metros de suelo actualmente pintados en el planeamiento de amarillo (color de equipamiento), fue expuesta ayer al concejal de Ciudadanos Alejandro Carballo. Si bien el edil asumió el compromiso de estudiar el planteamiento realizado, confirmó que el mismo no le convence. De hecho fue categórico al reafirmarse en la necesidad de que al menos tres de las cuatro torres planificadas sean eliminadas del sector. "Eso es sí o sí; es innegociable para nosotros", ratificó.

Carballo, según explicó a este periódico, incidió durante el encuentro mantenido con los técnicos del ente municipal en la posibilidad de que si no el 100% sí una buena parte de los aprovechamientos que corresponden al Ayuntamiento puedan ser reubicados en algún otro sector de la ciudad. Y, apuntó, se trata de una cuestión que va a ser analizada por Urbanismo. "Me reconocen que técnicamente lo que decimos nosotros se puede hacer pero que no les gusta", añadió.

Lo que, a juicio de este grupo municipal, ha de mantenerse en el espacio es la torre propiedad de la Sareb (banco malo), así como los aprovechamientos para la ejecución de 400 VPO, con los que el Ayuntamiento compensó a los propietarios de parte de los suelos de Arraijanal. Todo ello en la idea de evitar que afrontar compensaciones económicas millonarias. Ambas actuaciones serían desplazadas, según el modelo de Ciudadanos, a la parcela situada más al norte.

La posición de partida del equipo de gobierno del PP pasa por mantener intacta la actual edificabilidad programada en la parcela, que da la posibilidad de levantar unas 1.300 viviendas, 400 de ellas de protección oficial, así como un gran zócalo comercial y terciario. Ante la necesidad de contar con el apoyo al menos de Ciudadanos, los populares han rebajado sus pretensiones iniciales, en el sentido de ganar más superficie verde.

Para Carballo, la variante introducida ahora por Urbanismo es positiva en cuanto a que amplía la superficie del parque, pero la misma quedaría dividida por el paso del bulevar sobre los terrenos ganados tras el soterramiento del ferrocarril. Frente a esta opción, Ciudadanos insiste en la idea de que sea la gran parcela localizada al sur la que recoja un gran bosque urbano.

El apoyo de Ciudadanos es clave para poder avanzar en la tramitación de uno de los grandes proyectos fijados en el actual Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), dada la actual situación de minoría en la que se encuentra el PP en el Consejo de Administración de Urbanismo. Es precisamente este órgano el que tendrá que, llegado el momento, aprobar definitivamente el proyecto de urbanización del sector.

La principal reserva expuesta hasta el momento por el equipo de gobierno reside en que cualquier alteración sustancial del plan actualmente concebido, como sería la eliminación de las torres propiedad del Ayuntamiento, obligarían a recomponer el trámite urbanístico, lo que podría necesitar de varios años. A esto se suma la intención del Ejecutivo local de sacar rendimiento económico al aprovechamiento que ya tiene en sus manos, a través de su venta. Incluso, sostiene que modificar el actual proyecto tendría un coste para la ciudad entre 78 y 155 millones, entre lo que dejarían de ingresar las arcas municipales y lo que se tendría que pagar por obtener el resto de la finca. Cuestionado por ello, Carballo fue claro al recordar que la supresión de los aprovechamientos municipales supondría "un no ingreso, ya que es un dinero que el Ayuntamiento no tiene".

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