Málaga

El Ártico, el infalible termómetro del cambio climático

Todo lo que ocurre en el Ártico es utilizado por los científicos como un eficaz sistema de alerta temprana capaz de indicar que es lo que va a pasar en el resto de las zonas afectadas por el cambio climático en un futuro próximo. Un grupo de profesores de la Universidad de Málaga ha tenido la oportunidad de comprobarlo directamente en la última década viajando a un remoto lugar, perteneciente a Noruega, llamado Ny-Alesund y situado a apenas mil kilómetros del Polo Norte.

El profesor titular de Ecología Francisco Javier López Gordillo es uno de los afortunados que acude cada año a la base de investigación científica cual periodista en busca de la noticia desde que en 2002 surgió la oportunidad por primera vez de viajar hasta allí con ayuda europea. "Me quedé enamorado de aquel sitio y supe que tenía que ir si quería saber lo que realmente pasa con el clima".

Su objetivo es el análisis de las algas que viven en aquel particular medio marino y que pueden arrojar un importante información sobre los cambios que se están produciendo. En los sistemas polares el ecosistema terrestre cuenta muy poco porque la gran parte del año está cubierto de nieve. Las algas marinas, en cambio, son las que sostienen el ecosistema marino y parte del terrestre.

En colaboración con el Instituto de Investigación Marina y Polar Alfred-Wegener de Alemania, ya que España no tiene sede en el Ártico, los expertos malagueños han sido testigos n la última década de una transición climática preocupante puesto que la temperatura media anual ha subido entre tres o cuatro grados con respecto a los años 90. "Es un cambio brutal que demuestra que en el Ártico es donde más rápido se están produciendo esos cambios por ser una zona expuesta a las corrientes cálidas que llegan del Atlántico", señaló.

Prueba de ello, es que es el décimo invierno que no se congela el fiordo donde van a investigar y "eso es ya relevante e indica el cambio que se está produciendo sin necesidad de hacer mediciones", según López Gordillo.

Su trabajo allí consiste en la incubación de macroalgas para hacer simulaciones y estudiar cómo reaccionarán al dióxido de carbono, el aumento de la temperatura y la radiación ,y ver que le espera al sistema hasta finales de siglo. Pero las especies tienen un comportamiento distinto y la respuesta será heterogénea. Así, aseguró que se han identificado las especies que no van a sobrevivir porque no van a aguantar los cambios y las que incluso se beneficiarán, aunque "potencialmente toda la cadena trófica se verá afectada y falta por saber hasta qué punto". En el Ártico ya se ha producido la invasión de especies de ambientes más templados que corresponden a 600 kilómetros más al sur, como larvas de bacalao. Eso sirve de alerta de lo que va a ocurrir en otras latitudes donde irán llegando especies tropicales, mientras que las especies de aguas muy frías van a ver su rango claramente mermado.

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