Málaga

La pálida desnudez del futuro hotel

  • La fachada sur del edificio, libre ya de andamios, deja ver su atractivo

El Hotel Miramar sigue desnudando su piel. Con lentitud, casi con pudor, el histórico edificio deja entrever algo más de su atractiva palidez. El blanco de sus fachadas, sustituto del viejo albero, es protagonista indiscutible de la transformación impulsada por Grupo Santos en la antigua sede judicial. El calendario de liberación del andamiaje queda marcado por los plazos de terminación de los trabajos de rehabilitación y por la apertura del nuevo establecimiento hotelero, un cinco estrellas gran lujo. Si bien oficialmente se mantiene el propósito de alcanzar este hito a finales del presente ejercicio, no puede darse por seguro.

Fuentes próximas a la iniciativa empresarial admiten ya las dificultades de que se cumpla esta previsión temporal. Si la imagen exterior constata el avanzado estado de los trabajos de adecuación, extrapolables al interior, a esta fase habrá de seguirle una prolija tarea de mobiliario y decoración, que podría demorar algo más la terminación. El proyecto afecta a un inmueble de 13.000 metros cuadrados, obra del arquitecto Fernando Guerrero Strachan, en el que se dispondrán los salones originales históricos del viejo hotel Príncipe de Asturias, inaugurado por el rey Alfonso XIII en 1926. Asimismo, se ampliarán las terrazas y jardines para acontecimientos al aire libre.

El inmueble dará cabida a 198 habitaciones, 23 suites con salón independizado. Otros detalles del proyecto desvelan la existencia de cinco espacios dedicados a restauración, SPA, zona de guardería y servicio de mayordomo, aparcamiento con 84 plazas, centro de convenciones con capacidad máxima de 700 personas y 15 salones independientes. Tras su primer uso hotelero, fue sede de un hospital en la Guerra Civil, hasta que 1939 volvió a retomar sus orígenes bajo el sobre nombre del Hotel Miramar. Este destino concluyó en 1967, para convertirse entre los años 1987 y 2007 en Palacio de Justicia.

Precisamente, en el intento de adecuar el entorno del inmueble, la Gerencia de Urbanismo impulsó días atrás el concurso para reurbanizar la calle Keromnes, con una inversión prevista cercana a los 600.000 euros y un plazo de ejecución de seis meses. El proyecto apuesta por dar prioridad peatonal a la vía, ahora abierta al tráfico.

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