Educación · Homenaje

Pepe, querido maestro

  • La comunidad educativa rinde homenaje a José López, docente durante 36 años en un colegio Palma-Palmilla y personaje clave en la transformación de este barrio malagueño.

Palabras que no se lleva el viento, sentimientos que dicta el alma, agradecimientos sinceros. A una labor bien hecha, con constancia y osadía, con paciencia y el máximo de los afectos, a un trabajo tantas veces difícil y frustrante, tantas otras transformador de realidades poco afortunadas. José López, Pepe, poco amigo de actos grandilocuentes, tuvo ayer un baño de multitudes más que merecido. Se va el maestro de la Palmilla, el director del colegio Doctor Gálvez Moll, el referente para muchos, y toda la comunidad educativa, las entidades, las administraciones quisieron rendirle un justo homenaje a una trayectoria de 36 años.

Y no sólo por su "extraordinaria labor docente" sino más aún por su calidad humana y su entrega. "Pepe era maestro del aula taller, ya desaparecida, y luego director, pero también ha sido zapatero, carpintero, enfermero, relaciones públicas, consejero, ha sabido escuchar los problemas con paciencia y cariño", dijo ayer Paqui López, directora en funciones de su colegio desde que una parada cardiaca le dio a Pepe el susto de su vida el pasado 6 de enero. "Pepe ha llevado a los niños al médico, ha buscado audífonos y gafas gratis, incluso, tarjetas de autobús para que los padres pudieran ir al centro a arreglar algún papel", relató la directora y amiga en su discurso.

Pepe supo convertir su centro "en un hogar", como explicó su compañera. Como buen anfitrión abrió las puertas a las familias, las hizo partícipes del aprendizaje de sus hijos y responsables de su futuro. Ha conseguido que bajen las cifras de absentismo, ha peleado para que a sus niños no les falten ni el desayuno ni la merienda en su colegio, para que tengan el mayor apoyo educativo posible, ha conocido la situación de cada uno de sus alumnos, ha visitado sus casas, ha hablado con sus padres, sus abuelos... "Todo esto ha sido obra tuya, tú eres muy grande", afirmó Paqui López, que aseguró sentirse "perdida, sin apoyo y sin guía" cuando el infarto dejó a Pepe durante tres días en coma. "Pero despertaste y aquí estás porque todavía tienes muchas cosas buenas que hacer", subrayó y concluyó que aunque se jubile y se vaya del centro, "en el Moll todo está lleno de ti".

Gema, madre de cinco alumnos de Pepe, algunos ya van al IES Guadalmedina, emocionada articuló pocas pero enormes palabras. "Siento gratitud, admiración por una persona tan excelente como Pepe, pocas veces en la vida nos encontramos con gente de tanta grandeza". Y Tamara Esteve, coordinadora de la Fundación Secretariado Gitano, destacó que su trabajo "sin Pepe hubiera sido imposible". "Hace todo lo que está en su mano para que las familias avancen y hoy todos estamos aquí para agradecer, Pepe es un ejemplo a seguir", señaló.

"Has hecho que la educación sea capaz de transformar un barrio como Palma-Palmilla", reconoció David Márquez, jefe del Servicio de Ordenación Educativa de la Delegación Territorial. Y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, destacó su entrega, su esfuerzo, su constancia. "Me incluyo entre los que te admiran y como alcalde tengo que agradecer ese trabajo, vosotros los maestros hacéis ciudad", dijo.

"Esto es para sentirse abrumado", comentó al inicio de sus palabras el protagonista de la velada, que no quiso hacer suyo este homenaje sino extensivo a todo el colectivo con el que ha trabajado codo con codo en estas más de tres décadas y media. Y la gratitud fue agradecida, no cabía esperar menos de un corazón tan limpio. Y reconoció que la pasión, el compromiso y la dedicación le hicieron todos los días saltar de la cama y, tras encomendarse a su Virgen de la Concepción, emprender la nueva lucha, el reto inesperado de la jornada que le aguardaría al atravesar la verja del Gálvez Moll.

"He intentado ser pedagogo de aula, no de despacho", dijo, en un entorno donde lo afectivo tiene un papel fundamental que jugar junto a lo cognitivo. Siempre amando, siempre siendo solidario y conjugando en todo momento los verbos dialogar, compartir, animar, apoyar, sumar, ayudar... con enseñar y aprender, como explicó en sus palabras dirigidas a un Salón de los Espejos repleto de compañeros, familiares y amigos. "He intentado construir desde la cercanía, el afecto y el respeto", declaró. Y fue valiente en su particular desierto, y se atrevió a hacer cosas, a "trabajar mucho para conseguir un poquito". Por las muestras de calor y los aplausos en pie no cabe duda, que no fue poco todo lo que ha conseguido. "Pepe es nuestro Pepe" y todos saben que sin irse del todo ha dejado ya una gran huella.

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