Playas · Intervenciones

Los socorristas rescatan a más de 300 bañistas en dos semanas

  • Aseguran haber superado "todas las expectativas". Sólo en Torremolinos ha habido unos 80 en un mes.

Unas 320 personas han tenido que ser rescatadas en las últimas dos semanas y medias. La mayoría de ellas, pese a que los socorristas les habían advertido de que el baño estaba prohibido por las corrientes de retorno generadas como consecuencia del viento de Levante y el fuerte oleaje. Un balance con el que la empresa Medios Acuáticos, adjudicataria de las tareas de salvamento en Málaga, Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola y Marbella, ya ha superado "todas las expectativas". Así lo indicó su portavoz, Jesús de Medinaceli, que reconoce que en sus 32 años de experiencia nunca había vivido semanas tan intensas. "La playa es un medio natural y el mar tiene una geografía interior que hace que no sea un elemento estable. En Tarifa, la gente está preparada y aquí los bañistas no ven que el riesgo está dentro. No hay olas de tres metros, pero sí desniveles. Pierden pie y no son capaces de salir. Esto se junta con los excesos", apostilla el profesional, preocupado, especialmente, por los mayores de 65 años, que se cansan "más rápido ante la adversidad y no pueden seguir adelante". Muchos de ellos tienen complicaciones para salir incluso de la orilla por los cambios bruscos de temperatura. También numerosos extranjeros se han visto en apuros. Los números, a juicio del responsable, "comienzan a ser suficientes como para que haya más conciencia".

El pasado día 7 hubo que salvar a varios bañistas. Ocurrió hora y media después de que un hombre muriera en la playa de la Carihuela, donde la bandera roja ondeaba por el oleaje. La provincia ha registrado en lo que va de año 11 muertes por ahogamiento: nueve en playas y dos en piscinas. La de la Carihuela ya se ha cobrado tres víctimas, mientras que las de El Palo, Los Boliches y Puerto Banús han contado con un caso. Los dos restantes se han producido en una piscina privada y en otra particular. "Nos fastidia que alguien pierda la vida en las playas que vigilamos", se lamenta el portavoz de Medios Acuáticos.

Bañistas que abroncan al encargado de la vigilancia por impedirle el baño en caso de peligro, veraneantes que desconocen o ignoran el significado de las banderas, cambiadas hasta en cinco ocasiones en un mismo día según el estado del mar. "Si pasa algo, la culpa es del socorrista. Nadie cuestiona a un bombero o a un policía", recalca. Los trabajadores del sector se han visto implicados en varios enfrentamientos con vecinos incapaces de acatar las normas. "Ni nos gusta ni nos divierte echar a la gente del agua cuando hay bandera roja. Ponen en riesgo su vida y la nuestra por su imprudencia. En un mes y medio he realizado 10 rescates, la mayoría después de haber estado todo el día pitando. Les advertimos y después no pueden salir. Terminamos sacando a los padres y a los hijos", recalca un vigilante de Benalmádena, que aboga por imponer sanciones a los bañistas que persistan en desafiar al mar. En localidades como Rincón de la Victoria, la ordenanza considera infracción grave el chapuzón con bandera roja, aunque este verano no ha habido multas.

La ruta continúa por otras playas de la capital, donde la tensión también es palpable. "No nos tienen respeto. Pedimos más vigilancia, si hay levante y la situación se complica, que venga la Policía. Cada 20 minutos tenemos que salir a rescatar a alguien", comenta otro trabajador de la zona de Huelin, crítico también con el vandalismo que sufre en su puesto de socorro. "Llego 10 minutos antes de mi hora para limpiarlo porque los niños se suben y lo llenan de arena", apostilla. La Misericordia se erige en una de las playas con más vigilancia por los peligros que los remolinos entrañan. Allí un socorrista tuvo que rescatar la semana pasada en 10 minutos a una pareja y a una menor. Una botella de vino y unos dulces le sirvieron de agradecimiento. Su responsable afirma que "no se buscan héroes sino gente capaz de actuar". También hubo que poner a salvo a una familia con ocho personas que se adentraron en el mar pese a la resaca.

Torremolinos, que ha adelantado en 15 días la vigilancia en las playas en la temporada de verano, es uno de los municipios que más incidencias está registrando. Entre el 8 de julio y el 16 de agosto se han realizado 276 intervenciones terrestres y 479 acuáticas. De estas últimas ha habido un total de 83 rescates, 359 avisos de personas y 37 de embarcaciones. La localidad no ha estado exenta de polémica desde que el 6 de julio el Ayuntamiento sacara a concurso con carácter urgente el servicio de socorrismo. La decisión se conoció después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) dictara sentencia contra la fórmula de pago en dietas a los voluntarios de Protección Civil que realizaban tareas de salvamento y socorrismo en las playas desde 1996.

Con turnos rotatorios de entre seis y ocho horas en distintas zonas para evitar "distracciones y caer en la monotonía", la labor del socorrista empieza con la prevención para frenar los rescates. Uno de los trabajos más importantes y "que no se contabilizan". El proceso de reciclaje es continuo. "Entrenamos como mínimo una vez a la semana. Se requiere formación física y conocimientos actualizados", destacan desde Medios Acuáticos.

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