Educación · Estudiantes con necesidades especiales

Alta capacidad: talento por descubrir

  • El riesgo de la frustración y el fracaso escolar planea sobre el inmenso talento de alumnos con altas capacidades. No todos están identificados, pero el protocolo de Educación iniciado en 2011 ha dado un giro en su detección.

A los dos años y medio, Alberto cantaba en italiano las arias de Pavarotti que había escuchado en el reproductor de su padre. Era un niño tan espabilado que en la escuela infantil un psicólogo ya puso el acento en sus posibles altas capacidades. El estudio posterior certificó que tenía 152 de coeficiente intelectual, muy por encima de los 100 establecidos como media. Su sobredotación, tan evidente, le hizo flexibilizar un curso y pasar de 2º de Infantil a 1º de Primaria. La operación se repitió una vez más y con 10 años ya cursa primero de Secundaria. Nunca ha tenido fracaso escolar porque "le hemos puesto las medidas antes de que pasara, el niño está donde debe por su grado de inteligencia y madurez, ahora le cuesta lo mismo que a sus compañeros", comenta José Cabello, padre de Alberto. Pero no siempre ocurre lo mismo, no todos están identificados ni llevan una vida escolar sin problemas.

Desde que en 2011 la Consejería de Educación activó un protocolo para detectar altas capacidades se ha dado un giro en los colegios con respecto a estos alumnos y de los 180 sobredotados en Primaria y Secundaria (como se recogía en las estadísticas del curso 2010/2011) se subió en cuatro cursos a 1.307 menores. La prueba se realiza a los 5 años y en 6º de Primaria. "Este protocolo ha creado un ante y un después, hay muchísimos más casos detectados y mucha más intervención en los centros para estos niños", dice Susana Trujillo, directora del Centro Psicológico AS, con sede en Málaga y Marbella. Sin embargo, afirma la experta, "un 60% de niños con altas capacidades suelen presentar bajo rendimiento académico, por lo que es muy importante que el sistema se adapte a sus necesidades y su elevado ritmo de aprendizaje, principalmente a través de un cambio metodológico a la hora de enseñar".

Las lecciones magistrales a la vieja usanza no suelen encajar bien con estos alumnos. "El niño con altas capacidades necesita ser activo en su aprendizaje, aprender por descubrimiento, por investigación, que el docente sea una simple guía, que se fomente su creatividad en clase, que se presenten desafíos, retos, que los mantengan motivados", explica Susana Trujillo. Por eso, Alberto siempre contó con "material más avanzado que le proporcionábamos su tutora y yo para que estuviera tranquilo en clase y no se aburriera", confiesa José Cabello. Otras familias "necesitan orientación sobre medidas educativas que tienen a su alcance", comenta la directora del Centro Psicológico AS.

Al psicólogo infantil Sergio García Gutiérrez, especializado en altas capacidades, los padres que acuden a su consulta le piden "que sean felices, porque observan que no son niños satisfechos con su labor diaria, que no son valorados, notan su diferencia pero no saben definirlo y se sienten muy desorientados". La falta de interés en el trabajo diario repercute, según explica el psicólogo, en "una falta de hábito que puede hacer que crean que no saben o no son capaces de trabajar al ritmo de sus compañeros". Y detalla que "hay un nivel importante de niños con altas capacidades que tienen desinterés por la tarea, por el tipo de enseñanza que reciben, se aburren, no entienden las labores repetitivas tan típicas de este sistema escolar y tienen malos resultados".

Y todo ello a pesar de los intentos de motivación de sus padres. "Saben que algo les pasa, que no rinden aunque conocen perfectamente que son listos, que saben comprender, memorizar y razonar, y ven que poseen intereses desajustados a su edad", subraya Sergio García Gutiérrez. A la consulta de este psicólogo acuden las familias para obtener un informe privado que pueda activar el protocolo de identificación de altas capacidades en los centros, a veces, con departamentos de orientación demasiado saturados por la acumulación de necesidades del colegio. "A nivel curricular estos alumnos necesitan que se adapte el currículo a su demanda, que profundicen en lo que más les gusta para que se motiven por el trabajo bien hecho", dice el psicólogo infantil. "Si se les interviene adecuadamente, con programas de enriquecimiento específicos y materiales motivadores, estos niños pueden desarrollar un talento inusual".

Precisamente como un programa de enriquecimiento extracurricular para el alumnado identificado de altas capacidades desde 3º de la ESO hasta Bachillerato y Ciclos Formativos, nació hace cuatro años y de forma pionera en Andalucía el Programa de Talleres Mentor-AC-UMA. María Dolores García Roldán ha coordinado la cuarta edición, clausurada este mes de octubre. "Uno de los objetivos es que el alumnado tenga confort a nivel intelectual, que conlleva también el emocional", señala García Román. "Se trata de enriquecer más aquellos potenciales tan alto que tienen este alumnado, además conocen la Universidad en edades tempranas, se ponen en contacto con el método científico, y la UMA a su vez se beneficia porque tiene conocimiento de este alumnado y la sociedad en su conjunto también, por que al final revierte en la sociedad. Las familias están felices viéndolos felices a ellos", agrega la psicóloga que trabaja codo con codo con Serafina Castro Zamundo y Diego Tomé Merchán en este programa insertado dentro del proyecto de Encuentros con la Ciencia que financia el FCYT, coordinado por el profesor Enrique Vigueras Mínguez, también mentor de uno de los talleres.

En esta edición, se ofertaron 29 talleres, han colaborado 25 mentores (doctores de la Universidad de Málaga) y han participado 151 alumnos de unos 50 centros de Secundaria. La Delegación de Educación y su red de Orientación de Secundaria colabora con el programa ofertando los datos del alumnado para llegar a él. "Había algunos alumnos que estaban desmotivados por el aprendizaje y han encontrado un nuevo sentido y rinden más, son alumnos que necesita más y cualquier programa de enriquecimiento constituye un medio eficaz para dar ese confort", considera García Roldán.

En el Centro Psicológico AS cuentan con dos programas de enriquecimiento en horario extraescolar. "Uno se llama Inteligentemene y es un programa de enriquecimiento cognitivo, creativo y socioemocional", explica la directora del centro, Susana Trujillo. "La idea es fomentar un desarrollo integral en el niño, en todo el área social y emocional. Al otro le llamamos Talentarte", agrega. En el centro invitan a expertos para que imparta talleres de tres o cuatro sesiones, los sábados por la mañana alternos. Astronomía, magia, experimentos científicos, interpretación, huerto ecológico, primeros auxilios... Todo es susceptible de llamar la atención de aquellos que quieran ampliar sus conocimientos.

De esta forma, con expertos, quizás se pueda dar respuesta a las preguntas que sus progenitores no alcanzan a contestar. "A Alberto le gusta la pelota, le encanta el fútbol, practica hockey hierba, y también le gusta muchísimo leer. Es un niño absolutamente normal, solo cuando habla notas la diferencia, las preguntas que te hace y a dónde llegan sus reflexiones", asegura José Cabello. Alberto está perfectamente integrado con sus compañeros, nunca ha tenido problemas de relación y cuenta con las habilidades sociales propias de cualquier niño simpático. Pero a su padre le preocupaba que pudiera sufrir algún tipo de acoso en el instituto y lo cambió a un centro más pequeño.

Según el psicólogo Sergio García Gutiérrez, "algunos menores presentan problemas de desajuste socioemocional, le aburre hablar con sus iguales, en vez de jugar prefieren ir a la biblioteca y los etiquetan como frikis, raros". José Cabello siempre ha estado muy pendiente del contacto de su hijo con sus iguales y de darle disciplina de trabajo. "No me gusta que por saber más que los demás en ciertos aspectos tenga problemas sociales", dice José que intenta normalizar al máximo la vida de su hijo.

Más alumnos con altas capacidades en las aulas

Las estadísticas de la Consejería de Educación apuntan a un salto en el diagnóstico muy destacado en los últimos años. En la provincia de Málaga, en el curso 2010-2011 se contabilizaron 227 alumnos sobredotados (como se denominaba entonces a este alumnado) entre las etapas de Primaria, Secundaria y Bachillerato. En el último curso del que se tienen datos (2014-2015) eran ya 1.383 los estudiantes con altas capacidades intelectuales en los mismos niveles. La Consejería cuenta desde 2011-2012 con un protocolo que consiste en dos cuestionarios, el primero se realiza cuando el alumno tiene 5 años y el segundo en sexto de Primaria. La consejera de Educación, Adelaida de la Calle, aseguró el pasado curso en el Parlamento andaluz que "la práctica totalidad" de los centros pasan esos cuestionarios. Además, anunció que se está elaborando una orden que regule la atención a estos alumnos en los centros andaluces.

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