La semana pasada, la prisión estuvo tres días sin agua potable. El pozo del que se surte no da a basto: el recinto se creó para 900 presos y ya alberga a alrededor de 2.100. Hay módulos que apenas están vigilados por un funcionario, que deben llevar más de 50 juegos de llaves diferentes: las que abren cada una de las puertas de cada recinto. Y hay días que ni les llega para comer: el comedor cierra los domingos y la falta de un sustituto les impide dejar su puesto para almorzar. También hay celdas compartidas por hasta tres reclusos.

Son algunas de las 30 razones con las que los sindicatos Acaip, Comisiones Obreras y UGT han argumentado la huelga de 30 minutos prevista para el próximo miércoles. Eso sí, como les han prohibido manifestarse frente a la barrera de entrada del centro penitenciario, lo han sustituido por una concentración a las puertas de la sección abierta, en Cruz de Humilladero. "Ha habido protestas a favor de alcaldes corruptos, de Gil o de familiares de etarras, pero a nosotros no nos dejan", explicaba ayer un funcionario de prisiones.

A sus motivos habituales de protesta (el hacinamiento alcanza un 222%, la escasez de plantilla o las condiciones de insalubridad) esta vez han unido una amplia lista centrada en clasificaciones -siempre de aspectos negativos- que lidera la cárcel alhaurina frente al resto de prisiones de España. En ella, las condiciones laborales, los accidentes de trabajo, la gran cantidad de movimientos nocturnos de internos o las inundaciones cuando llueven, son sólo detalles. "Es increíble que, por ejemplo, las obras de la cocina y la enfermería lleven ya más de año y medio cuando iban a durar tres meses", dice un trabajador. Como consecuencia, hay presos enfermos psíquicos o físicos en el módulo de aislamiento que también llevan allí 15 meses.

Otro de los aspectos que subrayan los sindicatos es el hecho de que los reclusos se vigilen entre ellos en diversas actividades. "Esta cárcel tiene un montón de iniciativas para que los presos no estén encerrados todo el día. Pero como falta gente, al final son ellos los que se vigilan", asegura otro funcionario, que afirma además que los internos también hacen labores de mantenimiento. "Hay que ir al día, así que si surge un problema ellos mismos los deben solucionar. Y se les deja ir por ahí solos con herramientas sin problemas", añade.

La utilización de viejos colchones rasgados para ser usados como almohadas, los dobles turnos a la hora de comer por falta de espacio en el comedor o los "constantes" acompañamientos de los funcionarios a los reclusos hasta el hospital son otras de las quejas de la plantilla de la prisión. Incluso critican que hay discriminación a las mujeres: "a las presas y a las funcionarias, porque están en un módulo aparte y todo es más complicado". La conclusión sindical es clara: "Es la cárcel de España más abandonada por Instituciones Penitenciarias".