Málaga

"Se están regalando títulos de la ESO a chavales que no saben leer y escribir"

  • El escritor y orientador pedagógico en dos centros de Marbella considera que la sociedad actual sufre un "infantilismo" que le impide aceptar las limitaciones de su existencia y que no es el centro del universo

"No escribo para borregos que tengan el encefalograma plano". Con estas palabras, el escritor Ignacio García-Valiño (Zaragoza, 1968) advierte al público que en sus obras no se van a encontrar "recetas" para ser feliz ni historias esotéricas ambientadas en épocas lejanas. Nieto del general Rafael García-Valiño, notable aliado de Franco en la Guerra Civil, se convirtió en uno de los autores jóvenes más prometedores de nuestro país cuando en 1998 quedó finalista del premio Nadal con su tercera novela La caricia del escorpión. Durante la gira promocional del mismo tuvo que aplicar todos sus conocimientos de psicología para soportar los excesos de Lucía Etxebarría, que ese año resultó la ganadora de tan prestigioso galardón. En la actualidad, García Valiño ejerce como orientador psicopedagógico en dos centros educativos públicos de Marbella, donde reside desde hace seis años con su esposa y sus dos hijos. Para el autor la enseñanza es una de sus principales preocupaciones, ya que en el colegio fue acosado durante años por un compañero. Esta "dramática" experiencia fue recogida en Querido Caín, que este verano será llevada al cine.

- En su novela Las dos muertes de Sócrates el protagonista es un agnóstico y pragmático en una sociedad muy religiosa. ¿Se identifica con este personaje? ¿piensa que la España actual puede recordar a la Grecia de esa época?

-Me considero escéptico con todo lo que tenga que ver con religión, misticismos, energías, parapsicologías y otras cuestiones de nueva espiritualidad. Sobre las similitudes con la Grecia clásica, creo que seguimos siendo muy niños en cuanto a que tenemos muchos pensamientos mágicos, a pesar de que estamos en una sociedad muy avanzada tecnológicamente.

-"Sócrates era arrogante, dogmático y tenía ideas políticas reaccionarias y antidemócratas", ¿por qué siente tanta inquina hacia este filósofo?

-Me apasiona mucho este sabio y he leído mucho sobre él, pero he llegado a la conclusión de que era un vendedor de dogmas que tenía una receta de la felicidad envuelta en un lenguaje lleno de parábolas, tal y como hacen otros impostores actuales como Paulo Coello o Jorge Bucay. Se supone que no te dan respuestas y te hacen pensar, pero lo cierto es que te llevan a donde ellos quieren porque son líricos y hábiles en el manejo de la retórica. Además, creo que Sócrates era un iluminado reaccionario porque no creía en la democracia ateniense sino en un gobierno de sabios, es decir, una especie de aristocracia.

-En su última obra, El corazón de la materia, desconfía y planta cara a los gurús y los predicadores que aseguran que hay una verdad salvadora en el interior de cada uno.

-Vivimos en un infantilismo moral que nos lleva a buscar recetas para adelgazar, hacer amigos, ligar, triunfar en los negocios o ser feliz. Ante esta demanda de autoayuda y misticismo se están creando unas corrientes culturales que son un gran negocio y que embaucan a la gente. Por este motivo, en la novela traté de explicar porqué nos aferramos a determinadas creencias irracionales como son las energías o las auras. El fondo está en que no podemos aceptar que somos animales con una existencia limitada y que nuestra mente no es el centro del universo.

-¿Piensa que las religiones tradicionales han podido tener algo que ver en el boom de lo new age?

-Está claro que hay un desencanto con la religión católica porque se ha mostrado contraria a cuestiones como los avances científicos o las medicinas genéticas. Como la gente se ha dado cuenta de esto pero necesita seguir creyendo en algo, han surgido disciplinas como el misticismo cuántico donde parece que religión y ciencia encuentran un punto común. Es otra gran mentira.

-¿Continúa siendo un defensor de la educación pública a pesar de que su calidad está siendo cuestionada diariamente?

-Casi todos los educadores que trabajamos en la escuela pública vivimos en una escisión porque sabemos que está mal pero teóricamente creemos en ella porque pensamos que brinda las mismas oportunidades a todos. Las razones de este pesimismo se debe a que el modelo actual ha fracasado estrepitosamente por la falta de responsabilidad de los políticos, los padres y la propia sociedad.

-Y parece que a los profesores se les exige cada vez más.

-En mi época de estudiante era pan comido ser profesor. Ahora están desbordados porque nadie los ha preparado para estas generaciones de adolescentes, que les exigen saber sobre bulimia, anorexia, acoso escolar y estrategias para la paz. Además, tienen que saber divertir a la par que enseñar, mediar en conflictos, trasmitir valores... vamos, tienen que ser como Superman.

-Por su experiencia en colegios e institutos, ¿es cierto que los chicos salen casi analfabetos de la ESO o se trata de una frase hecha que repetimos sin cesar?

-Es absolutamente cierto. Se están regalando títulos de la ESO a chavales que no saben leer ni escribir por una simple razón: cuando tienes un aula donde el 90% son analfabetos, no hay profesor que pueda suspenderlos a todos. Por otro lado, los inspectores de educación exigen que debe haber un porcentaje de aprobados y que hay que sacarlos de donde queramos, como si nos los inventamos, porque quieren estadísticas favorables.

-Fue víctima de la violencia escolar durante dos años, ¿Querido Caín era una forma de ajustar cuentas con el pasado?

-El acoso escolar es algo muy viejo y resulta una experiencia muy dolorosa. Eso me llevó a crear una novela donde el protagonista fuese un menor taimado, muy cruel e impío que acosaba a su familia. En parte sí es un ajuste de cuentas con los fantasmas de mi pasado porque mi maltratador también era uno de los más listos de la clase y siempre me agredía cuando no había testigos, por lo que me decían que estaba loco cuando lo contaba. Eso era infernal, porque nadie creía que esa mosquita muerta me esperaba siempre a la salida para ponerme el ojo morado.

-Sin embargo, parece que hasta hace poco no sabíamos que esto sucedía en las aulas.

-El acoso entre iguales siempre ha existido pero en la actualidad hay otras variantes como son las agresiones a padres y profesores. Son pequeños caínes que ya lo han visto todo por televisión y que manipulan a sus padres para conseguir lo que se proponen. Algunos de estos niños han crecido en ambientes elitistas y no en barrios marginales como se pensaba antes de los que resultaban conflictivos.

-¿Es fácil encontrar las razones que explican a un niño cruel y sádico con sus compañeros de clase?

-La mayoría de las veces el origen está en la educación que reciben de los padres, del entorno en el que han crecido, lo que han visto, si han sido consentidos o si no se les han puesto normas. Pero también está demostradísimo que hay una predisposición genética a ser violentos, aún cuando los niños han recibido una educación perfecta. En estos casos se necesita el abordaje clínico y medicación porque estamos ante una enfermedad que les impide actuar de forma controlada.

-Usted es un miembro reconocido del círculo escéptico, ¿a quiénes invocan?

-Es una asociación que fomenta el pensamiento racional alternativo a la pseudociencia y a las creencias irracionales porque no sabes hasta qué punto estamos engañados. Por ejemplo, ¿eres consciente de que la homeopatía es un fraude? Varias eminencias de bioquímica y farmacología han hecho un manifiesto para advertir de que es inocua, pero es una verdad que no se ha contado porque no genera negocio.

-El paleontólogo Juan Luis Arsuaga dijo en la presentación de su última novela que el amor y los sentimientos son un terreno mágico insondable que hay que investigar, ¿lo comparte?

-Sí, porque el amor y los sentimientos siempre se han considerado atribuciones del alma por culpa del dualismo cartesiano, que establecía una diferencia entre la mente y el corazón. Los sentimientos no dejan de ser una función del cerebro y si por un accidente el hipocampo, la amígdala o alguna otra zona del cerebro que las regula queda dañada, éstas se dispararán. Por lo tanto, hay que tener claro que la emoción y el conocimiento están ubicados en el cerebro físico. Sin embargo, todavía desconocemos el circuito neuronal del sentimiento y el de las ideas, ya que sabemos muy poco de un campo tan rico como es el cerebro.

-"La estupidez es letal, nos lleva a la autodestrucción", ¿cómo la combate en su día a día?

-Es letal porque la mayoría de nuestros fracasos personales y nuestra incapacidad de adaptarnos a este mundo (depresiones, falta de autoestima, negligencia, pasividad, apatía...) se debe a que no hemos comprendido nuestro verdadero potencial y tampoco revisado las cosas que nos llegan como verdades objetivas y que van desde tener un gran coche a hacer pilates o comprarse una pantalla de plasma. Habrá que revisar si es verdad que estamos más contentos pasando un día con la marabunta en La Cañada que paseando por la playa al atardecer.

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