Audrey Fitzpatrick muestra una y otra vez la foto de su hija Amy, la joven irlandesa desaparecida hace poco más de un año en Mijas. No quiere que nadie olvide su cara. Amy cumplió 17 años el pasado 7 de febrero y la vida de su madre se centra ahora en buscarla. "Al principio no piensas que esto vaya a durar mucho tiempo, sólo unas semanas, y así van pasando los días". Pero no está dispuesta a quedarse en casa sin hacer nada. Hace unas semanas participó en un acto en Canarias con las madres de los también desaparecidos Yeremi Vargas y Sara Morales. "Sus edades son diferentes, pero los casos son similares porque los tres desaparecieron cerca de casa, y creo que fue buena idea repartir carteles con sus rostros para que no se olviden", explica en inglés. Pasan los meses, pero ella lo tiene claro: "Es bueno mantener la esperanza todo el tiempo, hay que pensar en positivo".

El mejor apoyo de Audrey es su pareja, David Mahon, que no se separa de ella. Con su ex marido, que vive en Irlanda, no mantiene contacto, pero él también ha puesto en marcha una campaña de búsqueda en su país. Las autoridades irlandesas están al tanto de todo y aquí en España, Audrey mantiene reuniones mensuales con el grupo de la Guardia Civil encargado de la investigación. "El presidente [José Luis Rodríguez] Zapatero contestó muy rápido a una carta sobre el caso que le había mandado el presidente de Irlanda, Brian Cowen, y le decía que se estaba trabajando con la mayor diligencia posible", explica Audrey. "La verdad es que nos gustaría citarnos con Zapatero".

La próxima semana quieren ver a los padres de Marta del Castillo para ofrecerles su apoyo después de que ayer su ex novio reconociera que la mató. "Ahora tienen la misma edad, 17 años, y se parecen físicamente". También le gustaría conocer a Juan José Cortés, el padre de Mari Luz. La madre de Amy también comunicó la desaparición de su hija a la reina de Inglaterra, Isabel II, para que el caso tuviera más difusión en los medios británicos. "Desde Buckingham Palace nos comunicaron que harían todo lo posible para que circulara la noticia y ahora intentamos contactar con artistas irlandeses, como Bono, de U2, para que dediquen unos minutos de sus conciertos a la desaparición de Amy". Para que no se olvide, insiste una y otra vez.

De piel pálida y muy delgada, Amy llevaba el pelo oscuro cuando desapareció. Vestía un abrigo negro, una camiseta negra de la marca Diesel y un jersey oscuro. En un caso de estas características, las primeras horas son fundamentales para recabar cualquier indicio, y la Guardia Civil desplegó a su grupo de élite, de la Unidad Central Operativa (UCO), para participar en las batidas que se realizaron en los días posteriores a la desaparición de Amy. No hubo resultados.

"Para la gente es fácil olvidar, hay incluso quien quita los carteles porque piensan que la chica ya ha aparecido, y entonces hay que pegarlos de nuevo". El año pasado se repartieron 500.000 fotos de Amy por España, Francia, Gibraltar y Alemania, y su madre pretende conseguir la colaboración del Ayuntamiento de Mijas para, por ejemplo, pegar grandes carteles en las paradas de los autobuses o sobre los puentes de la autovía.

Audrey no ceja en su empeño de encontrar a su hija. Se han gastado 250.000 euros en su búsqueda, de los que 15.000 se han ido en teléfono, y eso ha provocado que no puedan afrontar el pago de la casa donde viven. "Es posible que la perdamos, pero no queremos, es el hogar de Amy y si vuelve, necesita saber que estamos aquí". Su hijo se ha marchado a Irlanda porque "no soportaba ver el cuarto de Amy vacío". "Queremos creer que se escapó y que va a volver", dice Audrey. Pero está convencida de que su hija no se fue por voluntad propia.