Málaga

La crisis empuja al abandono de caballos sin que haya un lugar donde acogerlos

  • La situación se ha agravado en los últimos cinco meses y los picaderos y clubes hípicos no saben qué hacer con los animales de los clientes que dejan de pagar por su mantenimiento y manutención

En tiempos de crisis todo el mundo intenta ajustarse el cinturón y prescindir de los lujos y caprichos. Y desgraciadamente muchos entienden que un caballo lo es. Sólo en los últimos cinco meses ya han sido abandonados decenas de ellos. Picaderos y clubes hípicos se están encontrando con una situación insostenible al optar los propietarios de los animales por no seguir haciéndose cargo de los gastos de su cuidado. Lo peor son aquellos que dejan de alimentarlos hasta que mueren o los abandonan a su suerte por no tener medios para mantenerlos ni posibilidad de venderlos.

Las pocas asociaciones dedicadas a la recogida y custodia de los équidos abandonados o maltratados no dan abasto para atender las numerosas llamadas que están recibiendo en los últimos meses. Pero el problema es que no reciben ayuda económica por parte de las distintas administraciones por hacerse cargo de ellos ni tampoco existe un centro público al que poder llevarlos.

La asociación CYD de Santa María es el único albergue para caballos maltratados y abandonados que existe en toda España. Está ubicado en el término municipal de Alhaurín el Grande desde hace siete años y nunca ha tenido tanto trabajo como ahora. Su presidenta y encargada del centro, Concordia Márquez, asegura que "está habiendo abandonos masivos y el problema es que no hay quién pueda hacerse cargo".

Los mayores problemas se están dando en centros de equitación, muchos de ellos de reconocido prestigio, donde los dueños de los caballos están optando por dejar de pagar sus cuidados y manutención sin previo aviso y sin responsabilizarse de su futuro.

La situación se agrava por culpa de los requerimientos a los que obliga la Ley de Protección Animal de 2003, como es la obligatoriedad de los propietarios de los caballos de ponerle con microchip a pesar de que la misma legislación no los considera como animales domésticos con las limitaciones que eso conlleva para su venta o destino al mercado de la carne.

"Los dueños de los picaderos no pueden asumir los gastos para seguir cuidando a estos animales y como en algunos casos no pueden localizar a su verdadero propietario los dejan morir de hambre o buscan a asociaciones como la nuestra para deshacerse de ellos, pero ya no tenemos más capacidad", señaló.

La crueldad de algunos no tiene límites y hace apenas cuatro meses que la asociación que dirige recibió el aviso de una familia que aseguraba que el propietario de un club de equitación de la provincia de Sevilla mantenía encerrados desde hacía un mes y medio a dos caballos, cuyos propietarios habían desparecido, en un cuarto de pequeñas dimensiones dándoles sólo el agua y la paja necesaria para mantenerlos con vida. "Decía que lo hacía como escarmiento y para que sirviera de ejemplo al resto de los clientes que intentaran dejarle los animales colgados", explicó.

Peor es el caso de los que tienen caballos sin documentación y que en cuanto ven que no pueden alimentarlos simplemente los dejan morir al no poder ser identificados. Hace dos meses el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona de) de la Guardia Civil intervino en una finca de la Axarquía 25 caballos que estaban desnutridos y abandonado por su criador, un constructor en bancarrota que alegó que no podía hacer frente al gasto de cuidarlos.

En los últimos meses el centro de la asociación CYD de Santa María, ha recogido 30 équidos de las provincias de Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla y tiene más de cien en lista de espera para una de las cien plazas con las que cuenta.

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