Málaga

Torremolinos, mosaico de culturas

  • La localidad celebra el XV Día del Residente Extranjero con una veintena de asociaciones participantes

Conocer la cultura y los rincones más exóticos del mundo es algo que no está al alcance de todos. Pero ayer la plaza de La Nogalera de Torremolinos se convirtió en el punto de encuentro de más de una veintena de países diferentes con motivo de la celebración de la XV edición del Día Internacional del Residente Extranjero, que se ha convertido en una de las citas más esperadas de la primavera.

El alcalde del municipio, Pedro Fernández Montes, acompañado por su equipo de gobierno, fue el encargado de dar la bienvenida a las asociaciones participantes en esta actividad, que este año han llegado de toda la provincia de Málaga. El alcalde visitó cada uno de los puestos, para justo después dar el discurso de inauguración en el que explicó que este municipio de la Costa del Sol se ha convertido en un referente turístico internacional: "Hoy 22 asociaciones de los cinco continentes nos muestran su cultura y tradiciones. Torremolinos es un ejemplo de interculturalidad, ya que en esta municipio conviven más de 125 nacionalidades distintas, con respeto y cordialidad", explicó. Fernández Montes también quiso rendir un homenaje a Ernesto Salas, presidente de la Asociación Filipina Afiproma, que participa este año por última vez en esta jornada, puesto que vuelve a su país.

Sin embargo, aunque La Nogalera se convirtió en el principal punto de encuentro, la fiesta había comenzado mucho antes. Las entidades participantes realizaron un desfile por las calles más céntricas acompañadas por la Banda Municipal de Música. Tras realizar el paseo, los participantes llegaron a la plaza donde la jornada se llenó de colorido, y sobre todo de mucho baile y música. "Venimos todo los años porque es increíble el ambiente que se respira aquí. Puedes pasear entre los puestos para comprarte desde un sombrero de Panamá hasta una pulsera de Marruecos o incluso bisutería peruana. Es como un mercadillo multiétnico, pero convertido en una fiesta", explicaba Elizabeth Marrow, llegada desde Vélez-Málaga.

Este año, como principal novedad, destacó la presencia del colectivo Sol y Carbón de Uruguay, una asociación creada en 2007 que participa por primera vez en la fiesta. "Este tipo de actos nos muestran que podemos convivir sin problemas. Aquí nos sentimos verdaderamente como en casa, nos han acogido muy bien y de hecho la costa uruguaya se parece muchísimo a la de Málaga", apuntaba el presidente de la asociación, Willy Correa. Además la solidaridad también tuvo su hueco, y asociaciones como Cudeca instalaron un mercadillo benéfico para recoger fondos.

No obstante, los puestos de comida fueron los que congregaron un mayor número de personas, ya que la mayoría de los participantes querían dar a conocer sus platos típicos. Desde el tradicional asado argentino, hasta quesadillas, pasando por rollitos de primavera, salchichas alemanas, tartaletas de manzana, dulce de leche… hasta un centenar de platos distintos se pudieron degustar ayer en unos pasos. Sin embargo, a la hora del postre una de las casetas más visitadas fue la de la Comunidad Musulmana Assadaka (Amistad) de Torremolinos que ofrecía una decena de dulces típicos árabes, elaborados todos ellos de manera artesanal: "Son dulces hechos con almendras, pistachos, miel o nueces. Antes los traíamos directamente desde Marruecos, pero ahora como hay varias comunidades asentadas aquí los hacemos directamente. Son parte de nuestra cultura y queremos mostrársela a los visitantes", aseguraba el vicepresidente, Faxid Yharchi. Un día para aprender que la convivencia y solidaridad son posibles entre los pueblos del mundo.

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