El gasto español en medicamentos representa el 5% del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que la medicina preventiva apenas si alcanza el 0,7%. España, además, está denunciada ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) por el uso y abuso que se hace de las medicinas. Se calcula que se consumen entre dos y tres veces más antibióticos que los países vecinos, a pesar de tener una gama de enfermedades prácticamente idéntica.

En este contexto, las tendencias que abogan por el uso racional de los medicamentos se han impuesto, aunque esto signifique necesariamente "ahorro", sino "gastar mejor", midiendo el impacto social de las decisiones que se toman, explica el profesor de la Facultad de Medicina Antonio García, durante la presentación de la Cátedra de economía de la salud y uso racional del medicamento.

Esta cátedra la han puesto en marcha los departamentos de Hacienda Pública y de Farmacología de la Universidad de Málaga, gracias a un acuerdo alcanzado con la compañía farmacéutica Janssen Cilag, del grupo estadounidense Johnson and Johnson.

La multinacional aportará 30.000 euros anuales para fomentar la investigación, formación y difusión de los aspectos vinculados con el uso racional de las medicinas en la Universidad de Málaga. Estas acciones se combinan con el máster oficial en Economía de la Salud que se ha puesto en marcha este año dirigido a titulados en Económicas, Farmacia, Medicina y Ciencias de la Salud. Esta enseñanza de posgrado se quiere, además, combinar con un título de experto en calidad asistencial sanitaria.

El catedrático de Hacienda Pública José Sánchez Maldonado, que elogió la presencia de Janssen-Cilag en un proyecto dirigido a analizar el uso racional de las medicinas, subrayó el lastre que supone para las arcas públicas, tanto estatales como autonómicas, el coste farmacéutico. ¿Quién es responsable de la magnitud de este gasto? "Ni es la sociedad, ni son los médicos ni es el sistema pero todo tiene algo que ver", apuntó el profesor Antonio García, quien recordó, por una parte, que actualmente los medicamentos transciende el mero tratamiento de las enfermedades. "Si estoy gordo, me duele la cabeza o quiero estar más guapo tomo una pastilla", mientras que apenas se hace medicina preventiva.

Antonio García recordó, por ejemplo, las campañas sobre seguridad vial que se realizan, pese a que la cifra de fallecidos a consecuencia de los accidentes de tráfico se sitúa por debajo de las 7.000 personas y, sin embargo, no se hacen campañas para promover una vida cardiosaludable cuando los infartos se cobran anualmente 130.000 vidas.