Málaga

"Un padre no tiene que ser colega de su hijo, sino enseñarle normas"

  • Conocedora de los adolescentes tras dos décadas impartiéndoles información sexual, esta médico insiste en que los progenitores no deben delegar en los colegios la enseñanza del respeto hacia las personas

Tras 20 años trabajando en reproducción y sexualidad, María Jesús Alonso es un referente en Málaga en ambos campos. Fue la impulsora del Centro de Orientación Sexual Juvenil de la Junta que coordina y es la presidenta de la Sociedad Andaluza de Contracepción.

-¿Qué le parece la manifestación contra el aborto?

-Vivimos en una democracia y todo el mundo tiene derecho a manifestarse, pero creo que es una manifestación política. Pero insisto, cualquiera puede manifestarse. Es un derecho que antes no había.

-¿Qué cambia con la nueva ley?

-Esta ley [del aborto] no obliga a nadie. Es una opción legal. Lo único que va a cambiar esta ley es que va a amparar más tanto a los profesionales como a las mujeres que accedan a ese derecho legal que hoy en día se lleva a la práctica con una desprotección legal muy grande. Y por otro lado, va a dar derecho a la mujer a decidir sin tener que estar expuesta a que haya un médico que tome la decisión por ella de si está dentro de los supuestos legales. A partir de ahora, una mujer va a decidir en las primeras 14 semanas sin que un profesional tenga que opinar por ella.

-¿Qué les diría a los manifestantes?

-Que ha habido una hipocresía muy grande porque muchos de los detractores de este cambio legal son personas que en su momento tuvieron la capacidad de modificarla y no lo hicieron. Además, entonces se siguieron haciendo los mismos abortos que ahora. Si tú estás en contra, toma las decisiones cuando tú gobiernas, igual que se ha atrevido por primera vez un gobierno socialista a tomar esta decisión, que tiene un coste político muy grande.

-El aborto aumenta. ¿Es un fracaso de la educación sexual?

-No supone mucho fracaso porque en España, en educación sexual, estamos muy, muy mal. No es que fracase, es que hay una ausencia de una adecuada educación sexual. Eso es lo que nos está llevando a estas cifras [de abortos] No es que sea mala la educación sexual, es que en muchísimos de los casos no se hace. Pero no echemos solo la culpa a las escuelas. No se hace en las familias. Cuando la gente se escandaliza de que una niña con 16 años decida abortar sin contárselo a los padres, el escándalo es la falta de diálogo porque en unas circunstancias tan terribles no se atreve a contar contigo. Eso es lo que hay cuestionarse como padre, no que tenga la libertad, sino que en una situación tan dramática no sea capaz de contar contigo.

-¿Habría que incluir educación sexual en los institutos?

-La Ley Orgánica Educativa establece que en el currículum académico exista educación sexual, pero como también establece una autonomía de centros, depende mucho de cada sitio. Algunos profesores, como también tienen autonomía, hacen lo que pueden. Aquí se hace aisladamente, como cuando nosotros vamos a dar una charla y con eso ya creen que han hecho educación sexual.

-¿Debería ser una asignatura?

-La idea en los últimos años era que se incorporara de forma transversal. Con lo cual es de todos y de ninguno. Y las transversales han fracasado la mayoría de las veces, porque no es de nadie. En Primaria, como es el mismo profesor todo el tiempo, lo haga de forma única en una asignatura o de forma transversal, lo tendría que hacer él. En Secundaria es mejor que fuera un tema troncal. La transversalidad no ha sido eficaz, ni en este tema ni en otros que tocan aspectos morales o éticos.

-¿Las familias se desentienden de educar en este aspecto?

-Esas familias las componen personas a las que no les hablaron de nada y que creen que sus hijos lo saben todo. Hay de todo, pero la familia no se involucra lo suficiente porque no se siente preparada. Pero el papel de la familia no es transmitir conocimientos, eso es más del colegio. La familia tiene que transmitir su experiencia, sus afectos, sus sentimientos.

-¿Pero la familia no educa en este aspecto porque no se siente preparada o porque es un tabú?

-Las dos cosas. Aunque hay familias para las que ya no es tabú, si van expertos al colegio prefiere que lo hagan ellos. Pero no se dan cuenta de que la educación sexual se hace siempre. No hay que sentar a un niño para enseñarle de sexualidad. En el día a día, en tus gestos, en tus caricias con tu pareja, en cómo se vive el desnudo, en los roles. Buena o mala, pero siempre estás haciendo educación sexual.

-Choca que una niña de 14 años pueda comprarse la poscoital.

-La poscoital no tiene ninguna contraindicación. Según la Organización Mundial de la Salud, es un medicamento que lo puede utilizar cualquier persona. Sus efectos secundarios son pocos y siempre leves. Por eso se ha permitido la libre dispensación. Hay productos de libre dispensación que tiene muchísimos más problemas. La píldora anticonceptiva habitual tiene muchísimas contraindicaciones y eso no preocupa. Sin embargo, la anticoncepción de urgencia [la poscoital], sí. La diferencia es que los detractores ven en la anticoncepción de urgencia un componente abortivo, a pesar de que los organismos científicos internacionales han establecido que el mecanismo de acción es anticonceptivo, no abortivo. Además, siempre hablamos de adolescentes, pero quienes más van a ir a adquirirla sin receta van a ser mujeres que tienen los 20 euros para comprarla. Las adolescentes irán al centro de salud donde se les da gratis. Hay mujeres que por su horario laboral no tienen tiempo. Ahora irán con 20 euros y la podrán comprar. Eso es lo que pretende la libre dispensación, mejorar y facilitar el acceso a mujeres que antes tenían que dar muchas vueltas , hacer colas y dar muchas explicaciones para que se la dieran.

-¿Y que una chica de 16 años aborte si que lo sepan sus padres es lógico?

-La Ley de Autonomía del Paciente bajó la mayoría de edad para tomar decisiones médicas de 18 a 16 años en casi todos los temas excepto en tres, uno de ellos es el aborto. Con esta ley se incorpora el aborto como una decisión libre de una chica mayor de 16 años que ya la tenía para intervenciones médicas mucho más importantes. Si alguien se ve herido en su patria potestad con respecto al aborto, más herido tendría que sentirse si su hija con 16 años tiene un cáncer y dice que ni se interviene ni se pone la quimioterapia en contra de la decisión de los médicos y de los padres. ¿Eso no sería más cuestionable? Menos graves es el aborto. Con menos de 16 años tiene derecho a ser escuchada y con más de 16 años, la chica decide de lo que se opera y de lo que no se opera. Y ahí no hubo manifestación en contra.

-¿Ve entonces un interés político en esas posiciones contrarias a la píldora poscoital y el aborto?

-En todo lo que afecta a la salud sexual y reproductiva de las mujeres decide mucha gente que no es la interesada. Ha habido una manifestación contra la pobreza que mata a millones de personas en el mundo y apenas había decenas de personas. La Iglesia debería promover que todos estuviéramos luchando contra la pobreza. La Iglesia, en primer lugar, debería defender a los ya nacidos que se están muriendo de hambre a miles y no mantener esa defensa a ultranza de los que todavía no han nacido. Aunque respeto esa defensa. Sigue opinando sobre sexo mucha gente que, teóricamente, no puede practicarlo.

-¿Cuando dais charlas sobre sexualidad en los centros educativos tenéis problemas?

-Casi nunca. Es anecdótico. Las familias están esperando que alguien lo haga.

-Siguen los casos de corrupción urbanística. ¿Como lo ve?

-El descrédito de la clase política viene en parte originado por todos estos casos. La política tendría que estar en manos de profesionales de la política. Hay gente que se mete en política para medrar y vivir bien. Pero un político es la persona que quiere mejorar el funcionamiento de los servicios públicos. Los partidos políticos tienen que depurar y dejar en los partidos a personas que realmente estén interesadas en el bien público. Cuando estos casos se destapan, todo el mundo lo sabía. Pongo un ejemplo, un médico que trabaje en la privada, no puede colar en el hospital a sus pacientes de la privada. Pero es responsabilidad no sólo de él. Sus compañeros que lo saben y no lo denuncian están entrando en su juego. Y luego está el argumento de los ganan por mayoría absoluta... Pasó en Marbella, con Gil. La gente prefiere estar segura aunque le estén quitando el dinero de sus carteras, porque es el dinero de todos. Y un dinero que nunca va a aparecer. Cada pueblo tiene los dirigentes que se merece. Porque si cada cuatro años se los puede echar y poner a otros ¿por qué sigue arrasando un señor en Alhaurín el Grande que está imputado? Me parece una falta de ética personal y de partido.

-¿Qué deficiencias existen en Málaga?

-Aquí se gasta mucho en un Festival de Cine imitando a Hollywood pero de andar por casa, que tiene unos recursos tremendos y luego no hay ni cinemateca, ni cine en versión original, ni donde se hagan obras de teatro alternativo. Como tenemos playas y clima, no nos hemos esforzado en mejorar otras cosas. Además, los precios no son asequibles a cualquiera. Hay gente que se burla de los que hacen cola el domingo que es gratis el Museo Picasso, pero es que hay familias que les supone un coste muy grande.

-Va a centros educativos ¿Cómo ve la violencia en los centros?

-Hay de todo. Los estereotipos que se transmiten, se cumplen. Los padres no podemos delegar en los colegios que enseñen respeto hacia las personas. Si un padre porque le dice que el profesor lo ha mirado mal, va y le pega, ya le ha transmitido para toda su vida lo que hay que hacer. Los profesores, por acercarse al alumnado, han perdido puntos en su autoridad. Y cada persona tiene que buscar su sitio. Un padre nunca debe ser un colega de su hijo. Tiene que enseñarles normas. Mucha gente coleguea con sus hijos. Y paradójicamente, muchos adolescentes creen que cuando no les ponen límites es porque no les importan a sus padres. En los colegios, no creo que haya que volver a lo de levantarse, a lo de don no sé cuanto. Pero tiene que haber autoridad; paterna, docente. Cada uno está a un lado de la mesa.

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