Popularizaron el término las empresas de internet pero ahora pueden verse prácticamente en cualquier tipo de negocio a pie de calle. La tarifa plana está ganado adeptos tanto entre los comercios y servicios profesionales de Málaga como entre los consumidores ya que, en plena crisis, es una buena fórmula para controlar el volumen de gastos. Sólo hay que dar un pequeño paseo por las calles de la capital para comprobar que cada vez es más frecuente encontrar este tipo de reclamos publicitarios en los escaparates, sobre todo en aquellos negocios bajo el modelo de franquicia. Enrique Gil, presidente de la Federación de Comerciantes de Málaga (Fecoma), así lo confirma e incluso le parece una "buena idea" pues "el comercio siempre busca nuevas fórmulas para no perder a sus clientes y para beneficiar al consumidor. La tarifa plana es una idea fabulosa para mantener el número de clientes y no está fuera de la norma".

Uno de los primeros sectores en subirse a este carro fue el de las peluquerías. En Espejo, situada junto a El Corte Inglés, se puede ver un gran cartel que anuncia la tarifa plana desde 33,95 euros al mes. La encargada del establecimiento, Carmen Domínguez, explica que esta oferta la pusieron en septiembre de 2006 "porque la competencia abrió en Málaga varias peluquerías con este tipo de descuentos y nos quitaron muchos clientes, por lo que tuvimos que hacerlos nosotros también". En este local, la tarifa plana incluye la posibilidad de hacer cuatro visitas al mes para corte, peinado, tinte o mechas por 33,95 euros para las personas menores de 25 años y por 49,95 euros mensuales para los mayores de esa edad.

Domínguez afirma que, en estos momentos, tienen contratadas unas 140 tarifas planas, lo que viene a representar algo más del 10% de su clientela mensual. La encargada asegura que el servicio y los productos que utilizan "son los mismos" y justifica ese porcentaje tan bajo en el hecho de que "muchas personas sólo vienen a peinarse una vez al mes y les sale más barato pagarlo por separado". En cualquier caso, Domínguez subraya que la tarifa plana "no nos sale muy rentable y tuvimos que acudir a ella por necesidad, pero nos permite mantener a la clientela".

Otro sector en el que está de moda este tipo de fórmula comercial es el de la belleza. La franquicia malagueña d-pílate oferta una tarifa plana de 30 euros por visita tanto para sesiones de fotodepilación (eliminar el vello) como para fototerapia (tratamiento del acné, las manchas o el rejuvenecimiento). Patricia Fernández, empleada de uno de estos establecimientos en la capital, asegura que están teniendo éxito -la tienda abrió sus puertas hace apenas un mes- "porque hacerse antes el láser era muy caro pero ahora la tecnología ha cambiado y se puede ofrecer un buen servicio a unos precios mucho más asequibles". Fernández comenta que lo que más realizan es la fotodepilación y que los clientes acuden una media de entre 6 y 8 veces al mes, por lo que el tratamiento les puede costar en torno a 200 euros.

En servicios como la peluquería o la estética es más o menos fácil reducir sus servicios a un precio concreto. Pero, ¿cómo se puede realizar, por ejemplo, en un despacho de abogados? En John Lawyer, una franquicia a escala nacional que tiene despachos en Málaga y Marbella, también han elegido la tarifa plana para atraer clientes. Ignacio Blázquez, gerente de esta firma, destaca que ofrecen a los clientes tarifas planas y bonos. En el primer caso, dan sus servicios a un coste fijo a comunidades de vecinos, pymes (240 euros al año), familias (88 euros al año), nuevos residentes y en materia de tráfico (85 euros al año). En el segundo, disponen de bonos para particulares a 75 euros en el que se incluyen cinco consultas presenciales al año para cualquier persona que posea el abono (se incorporan primeros escritos, llamadas, etcétera pero no otros gastos como los de procurador o un posible juicio) y otro similar a empresas por un coste de 150 euros. Blázquez explica que los servicios más demandados son los de asesoramiento a familias y los de impago de morosos (en este caso cobran 90 euros por abrir un expediente y un porcentaje de la deuda en caso de que se cobre).

Alpha Málaga es una empresa informática creada por tres socios en 2000 y también han considerado oportuno establecer una tarifa plana a la hora de prestar sus servicios. Cobran 30 euros por la reparación de ordenadores a domicilio (incluyendo el transporte) que tengan lugar en Málaga capital, aunque si es necesaria la incorporación de piezas nuevas el cliente debe abonarlo aparte. Fernando de León, socio de la firma, apunta que implantaron este sistema de precios en el verano de 2006 "porque en esa época disminuía mucho la cartera de pedidos y era una forma de incentivar el consumo". Empezaron cobrando 25 euros y este año lo han subido a 30, si bien la oferta no es ya sólo para verano sino para el conjunto del año.

De León subraya que emplean una media de dos o tres horas por reparación y que, al tener un precio fijo, "los clientes tienen una mayor confianza porque saben cuánto les va a costar desde el primer momento". No obstante, este empresario reconoce que la tarifa plana "no es rentable pero nos permite no perder clientes. No hemos obtenido muchos nuevos clientes por esto pero los que mantenemos están más contentos".

La tarifa plana ha llegado incluso a las bodas. Juan Cereto es el propietario de una floristería especializada en el diseño de ramos de novia y ha puesto todos a 150 euros, independientemente del tipo de flor o de adornos que lleve. De hecho, según afirma Cereto, si se quiere se le pueden incorporar cristales de Swaroski. "Empecé esta promoción el año pasado para la feria Celebra Málaga [especializada en bodas] y fue muy bien por lo que lo mantengo tanto en la feria como a cualquier cliente que venga a la tienda", afirma el empresario, quien apunta que, además del ramo, ofrece el asesoramiento.

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