Málaga

La cirugía del futuro

  • El Carlos Haya y el Clínico han hecho ya casi 200 operaciones con un robot · El aparato reduce la incisión, aumenta la visión del cirujano y gira tanto como la muñeca humana

Operar metiendo en el cuerpo una cámara y un bisturí a través de pequeñas incisiones -la llamada laparoscopia- supuso un gran avance con respecto a la cirugía abierta porque se reducía el dolor, se acortaba el postoperatorio y se evitaban muchas complicaciones. Ahora los cirujanos están dando otro gran paso: la cirugía robótica. El Hospital Carlos Haya y el Clínico han hecho ya cerca de 200 intervenciones con el robot Da Vinci, un aparato que cuesta alrededor de dos millones de euros y que en 2007 fue adquirido por el sistema sanitario público. Hay dos equipos, uno en Málaga y otro en Sevilla.

Para contrastar resultados, unos hospitales andaluces operan de la forma tradicional y otros lo hacen con el Da Vinci dentro de un proyecto de investigación subvencionado por el Ministerio de Sanidad que comenzó por un año, pero que se ha ampliado a dos. Aunque todavía no se han cerrado conclusiones, el coordinador de cirugía robótica de Málaga, Víctor Baena, adelanta: "Los resultados son incuestionables".

El robot no opera; es sólo una máquina con patas semejantes a las de un pulpo gigante que se convierten en las manos del cirujano dentro del enfermo. Tiene ventajas con respecto a la cirugía abierta porque permite operar a través de pequeños cortes. Pero además supera a la laparoscopia porque elimina el temblor del cirujano, amplía su visión, le permite ver el interior del organismo del paciente en 3 D y tiene una capacidad de giro similar a la de la muñeca humana.

Baena explica que todas estas mejoras se traducen en un menor daño de los tejidos internos, lo que a su vez supone un postoperatorio menos doloroso y menor pérdida de sangre durante la intervención. "Solo hemos tenido que hacer transfusiones en el 1% de los casos. Es el futuro en cirugía. Es como si tuvieras las manos dentro del paciente", precisa. Esto se debe a que al tener una visión aumentada, el cirujano puede controlar mejor los vasos sanguíneos de la zona que opera.

Baena apunta que la única pega de la cirugía robótica es el coste económico. La patente es de una empresa estadounidense que tiene en exclusiva su comercialización. Pero este urólogo apunta que a la larga su generalización reportará un ahorro de costes. En una operación de próstata, la sutura con laparoscopia tarda 45 minutos. Con el Da Vinci, coser al enfermo lleva en torno a 15 minutos.

El robot se emplea en determinadas especialidades y en ciertas intervenciones. El proyecto de investigación se centra en su uso en Ginecología, Cirugía General y Digestiva, Cardiovascular y Urología. Se utiliza para extirpar el útero, para algunos casos de cáncer de colon y en el cáncer de próstata ( Más de la mitad de las intervenciones realizadas con el robot corresponden a esta patología). También se usa para by-pass coronario y sustitución de válvulas. En estos dos últimos casos, se abre al paciente al modo tradicional aunque luego la operación se realiza con el robot. Así, si surge alguna complicación la intervención se continúa a la antigua usanza. "Queremos mejorar, pero con seguridad para el paciente", aclara el especialista que además es el director de Urología del Hospital Carlos Haya.

El Da Vinci se reserva para aquellas cavidades del cuerpo pequeñas o de difícil acceso por laparoscopia donde el cirujano tiene sus movimientos limitados. Como en el extremo del brazo el robot lleva una pinza que tiene tanto giro como la muñeca del ser humano, la intervención se simplifica con respecto a la laparoscopia. Parece ciencia ficción, pero es realidad y en Málaga.

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