Málaga

Los administradores judiciales asumen la gestión de Evemarina

  • El juzgado resuelve unir el concurso de acreedores de la inmobiliaria al de la constructora Borca 2000 y que sean los gestores concursales los que dirijan el grupo

El presidente de la inmobiliaria Evemarina, Borja Ramos, y el equipo directivo de la compañía que simbolizó el auge del ladrillo en la provincia de Málaga han perdido la capacidad para administrar la empresa y disponer de su patrimonio. El titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Málaga, Antonio Fuentes, acordó en un auto dictado el pasado 30 de octubre, que la gestión del grupo la asuman los administradores concursales.

Esta decisión tiene, fundamentalmente, razones técnicas, puesto que el proceso concursal de Evemarina, que es de carácter voluntario al haber sido instado por la propia empresa, se ha unido al de Borca 2000, la constructora del grupo, que fue solicitado por los acreedores y, por tanto, dio lugar a un proceso necesario declarado en julio de este año en el que los gestores de las empresas quedan suspendidos de sus funciones. Al sumarse ambos procedimientos, el magistrado ha decidido que sean los mismos administradores judiciales los que dirijan tanto la promotora como la inmobiliaria.

Fuentes próximas a la compañía han asegurado que la suspensión de las funciones ha sido ya recurrida. También han precisado que en el momento de pedir el concurso voluntario de acreedores Evemarina presentaba un pasivo que se situaba "alrededor" de los 400 millones de euros. Desde la compañía se observa la actual crisis económica y financiera como la absoluta responsable del declive de la empresa que en los cinco meses previos al concurso tuvo que hacer frente a la devolución de pagarés y otros efectos de pago "por un valor próximo a los 35 millones de euros".

A ello se ha sumado el progresivo bloqueo de bienes, embargados judicialmente para responder en su momento a las demandas interpuestas por trabajadores despedidos o proveedores. Estas circunstancias "han dejado a la empresa sin margen de maniobra", de ahí que se haya visto el concurso de acreedores como la opción más viable para garantizar la supervivencia de la compañía. De los 400 millones en los que la compañía sitúa el pasivo, aproximadamente 150 millones corresponden a deuda financiera que cuenta con garantías hipotecarias, por lo que son de ejecución preferente para los bancos frente a otros acreedores como trabajadores o proveedores.

De los más de 500 trabajadores permanentes que llegó a tener Evemarina en los buenos tiempos, apenas si permanecen en la compañía medio centenar. El resto han sido despedidos sin la mediación de expedientes reguladores de empleo (ERE). No obstante, desde la empresa se admite que algunos pudieron ser indemnizados de inmediato, mientras que con otros se negociaron aplazamientos de los pagos que en unos casos se pudieron cumplir y en otros no.

Gran parte de los trabajadores que permanecen en la firma están empleados en el mantenimiento de los campos de golf que Evemarina posee operativos en Málaga y Las Palmas de Gran Canaria. Además, y a pesar de la crisis, la empresa mantiene la actividad en las promociones Marinas de Doña Julia, en Casares, Altos de Monte Castillo, en Jerez, y el edificio Neo en Canarias.

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