El 2009 terminó como empezó. Con aumento del paro en la provincia, poniendo así un broche negro a un pésimo año para el empleo. Se veía venir, pero no por eso consuela más. El desempleo sólo disminuyó en los meses de mayo, junio y julio y, en el resto, fuertes subidas y decepción. En diciembre, las listas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) contabilizaron a 1.396 nuevos parados en la provincia, un 0,83% más, hasta sumar un total de 170.602 personas sin trabajo, el peor dato en la historia de Málaga.

El año arrancó con un dato desgarrador. De golpe y porrazo, entre enero y diciembre se apuntaron al paro 7.552 personas. Había 146.123 desempleados. Parecía una barbaridad. Ahora sería una buenísima noticia alcanzar ese número. Los expertos lo preveían. Hablaban que, dada la vertiente que estaba tomando la economía local, nacional y española, se podría incluso superar la barrera psicológica de los 200.000 parados. En los datos del SAE -que mide parados registrados en oficinas- no se ha llegado, pero sí se batió en las oleadas del primer y segundo trimestre de la Encuesta de Población Activa (EPA).

Málaga vive del sector servicios y de la construcción. Se reclama un cambio de modelo productivo pero eso no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana. Mientras tanto, hay que seguir agarrándose a los dos principales sectores. Y ambos parece que se pelean por liderar el número de parados. Cuando uno funciona bien, el otro falla. Eso siempre que no fallen los dos, que también ha sido algo habitual este año. La campaña de Navidad ha provocado que en diciembre disminuyera el paro en el sector servicios en 100 personas. Sin embargo, en la construcción se disparó en 1.689, siendo el principal causante del aumento del desempleo en diciembre. La finalización de obras pertenecientes al Fondo Estatal de Inversión Local -conocido como Plan Zapatero- y la paralización en la construcción de viviendas ha supuesto que este sector, el segundo motor de la economía malagueña, finalizara el año con 43.353 desempleados.

Málaga es, en estos momentos, la segunda provincia con mayor número de parados, por detrás de Sevilla, y la sexta de España tras Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Alicante.

Los sindicatos, hastiados, repiten su discurso mes tras mes. La secretaria de Empleo y Acción Sindical de UGT en Málaga, María Auxiliadora Jiménez, aseguró que "la valoración de UGT es muy negativa porque siguen destruyéndose numerosos puestos de trabajo en la provincia", reclamó más inversión en Investigación y Desarrollo, el fomento de políticas activas de empleo o vincular cualquier tipo de ayuda pública a las empresas a que éstas mantengan o creen empleo. Desde CCOO, más de lo mismo. El secretario general de este sindicato en Málaga, Antonio Herrera, calificó el 2009 como "un año malo para el empleo y nos preocupa enormemente que, en tan sólo dos años, se hayan destruido cerca de 76.000 empleos". Herrera vaticinó, además, "que no se vislumbra que en 2010 vayan a mejorar estas cifras".

El papel de los sindicatos suele ser de corte tremendista. El problema es cuando los economistas dicen lo mismo, e incluso son más negativos. Francisco Villalba, director de Analistas Económicos de Andalucía, afirmó ayer que el dato de paro "era más o menos lo esperado" y temió que el número de desempleados "aún podrá subir al menos hasta verano". En el último informe del Colegio de Economistas de Málaga, sus responsables afirmaron que no se crearía empleo hasta 2012.

Buena parte del sistema económico se sustenta en la confianza y, ahora, hay muy poca. Se prevé que el paro siga creciendo y marcando nuevos récords históricos.