Málaga

El flamenco desde el prisma de un burdel

  • Dos jóvenes diseñadores flamencos presentan una original colección de vestidos en los que se hace un recorrido por la historia del siglo XVIII, donde los prostíbulos ocupaban un importante papel

Lunares y volantes ha sido siempre la forma más tradicional de entender la moda flamenca. Pero Alejandra Pérez y Raúl Román, dos jóvenes diseñadores malagueños, han querido romper con la tendencia más recurrente y demostrar que se puede ser original y lograr la más sofisticada y elegante distinción con una colección de trajes de flamenca que tiene en los burdeles del siglo XVIII su principal fuente de inspiración.

Flamenco e historia se han fundido de la mano en esta ocasión para dar como resultado una amplia variedad de vestidos, camisas y faldas que reflejan con cada movimiento la exquisita y a la vez descuidada elegancia de aquella época. Chapetas con botones, camisería al estilo capitán propia del siglo XVIII y vestidos en los que la seda salvaje, los encajes bordados, las gasas, la batista y la organza se han unido para imprimir el carácter tan particular a esta colección de flamenca llamada El Burdel.

Pero también tienen su hueco de protagonismo los puertos donde se desarrollaba buena parte de la vida de aquel entonces y las lavanderas de la época con un homenaje a las tradicionales rayas marineras que impregnan el estilo de algunos de los vestidos flamencos de la colección. Los colores son quizás los que más diferencian el estilo de estos trajes de flamenca en los que el rojo o el blanco más recurrente han dado paso al oro viejo, distintos tonos de marrones, el verde oliva y el turquesa más propios del ambiente militar que impregnaba la sociedad del siglo XVIII.

Anoche fue la puesta en largo de esta obra de arte que sus diseñadores quisieron presentar en un típico cortijo andaluz donde más que un desfile se vivió un verdadero espectáculo. Es lo que pretendían, según Alejandra Pérez, “hacer una representación de la historia de los últimos siglos hasta nuestros días a través de la moda flamenca”.

Actores que representaron a militares y mujeres de la época, caballos, música y luces fueron el complemento de un desfile original que logró recrear durante una media hora el ambiente de los antiguos burdeles en los que se han basado sus creadores.

Para Alejandra Pérez es la primera vez que presenta una colección como ésta, aunque el flamenco que ella misma reconoce que le corre por las venas ha hecho que le resulte relativamente sencillo lograr un resultado así. Dirige una empresa de catering y “eso quizás me ha ayudado a probar muchas cosas nuevas y no a sorprenderme tan fácilmente”. Se considera sólo una aficionada pero lo cierto es que junto con Raúl Román, que sí es diseñador de alta costura y que había tenido algún contacto previo con la moda flamenca, han logrado crear una colección “completamente diferente” pensada principalmente para todas aquellas mujeres que “quieran vestirse de flamencas en la feria sin ir demasiado recargadas”.

Y es que muchos de los vestidos “no son nada ostentosos”, explicó esta diseñadora, sino “elegantes y más propios para una fiesta o una tarde de paseo”. La búsqueda de una línea elegante ha marcado el diseño de la colección, pero también “el tono irónico de aquellos burdeles que tanto protagonismo tuvieron en otra época” .Hasta las peinetas y los pendientes han sido diseñados por ellos en un intento de hacer la colección más propia y auténtica.

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