Por menos de lo que cuesta un café o una barra de pan podría recorrer una distancia de cien kilómetros si tuviese un coche eléctrico. Eso y un poste de recarga como el que ayer se inauguró en la zona de La Misericordia de la capital y que es el primero de la provincia que estará a disposición de todo aquel que lo quiera utilizar. Es como cargar la batería de un teléfono móvil. Basta con enchufarlo a la red eléctrica y esperar unas ocho horas para que el coche obtenga la energía necesaria para recorrer unos cien kilómetros por un precio aproximado de un euro. Puede parecer algo utópico pero es uno de los objetivos marcado dentro del proyecto Smartcity que la compañía Endesa desarrolla en la ciudad de forma experimental para lograr la implantación de nuevas formas de energía más sostenibles.

Sólo hace falta disponer de una tarjeta personalizada que el director provincial de la empresa eléctrica, Alfredo Rodríguez, aseguró que se puede obtener con un simple trámite para poder hacer uso de los postes de recarga que incluso se plantea trasladar a largo plazo a los parking públicos y privados que lo demanden. Hay quien piensa que son los vehículos del futuro, pero lo cierto es que hoy por hoy la presencia de coches eléctricos sigue siendo aún algo testimonial y utópico.

El director provincial de Endesa señaló que el problema es que el Gobierno central debería iniciar una regulación para fijar las tarifas y la mejor hora de recarga para que la demanda de este tipo de vehículos se empiece a generar. Pero dentro de este ambicioso proyecto, que únicamente se lleva a cabo en menos de una decena de ciudades de todo el mundo, también está prevista el año que viene la instalación de farolas en el barrio de La Misericordia que funcionen con placas fotovoltaicas y con microgeneradores de energía eólica.