El teniente que está al frente de la unidad antidrogas de la Guardia Civil de Málaga fue detenido ayer por su presunta implicación en el tráfico de estupefacientes. Este mando dirige el EDOA (Equipo Contra la Delincuencia Organizada y Antidroga), del que dependen los diferentes grupos especializados en la persecución y lucha contra el narcrotráfico en la provincia.

Agentes de Asuntos Internos registraron ayer su despacho en la Comandancia de la Guardia Civil, según informaron las fuentes consultadas. Anoche todavía no había sido puesto a disposición judicial ni ingresado tampoco en los calabozos. Entre otras acusaciones, al teniente se le atribuye omisión del deber de perseguir delitos.

La detención del teniente del EDOA, considerada una unidad de élite de la Guardia Civil, forma parte de la operación en la que el pasado miércoles fueron arrestados otro agente con destino en el cuartel de Mijas y un guardia civil ya retirado del cuerpo.

Estas tres detenciones, según los primeros datos que ayer salieron a la luz, supuestamente están relacionadas con una operación contra el tráfico de hachís que arrancó en septiembre y concluyó en noviembre con la detención de 12 personas, entre ellas tres agentes de la Guardia Civil y dos abogadas, una de ellas esposa de un agente. En esta actuación se intervinieron 1.400 kilos de hachís en las playas de Marbella.

Uno de los guardias arrestados entonces pertenecía a la Policía Judicial de Málaga y en aquellas fechas se encontraba de baja. Los otros dos formaban parte del EDOA, uno con destino en Málaga y otro en Córdoba, aunque previamente había trabajado también en la Comandancia malagueña.

En octubre fue arrestado otro miembro del EDOA en la playa de Guadalmar. Presumiblemente fue interceptado con estupefaciente en el interior de una furgoneta. En los últimos 15 meses han sido detenidos en Málaga 14 miembros de la Guardia Civil.

A principios de diciembre fue arrestado otro guardia civil de la Comandancia de Málaga en Algeciras, porque presumiblemente se encargaba de dar escolta y asegurar los traslados de hachís que partían del puerto algecireño.

A comienzos de octubre del año pasado cayeron cuatro agentes más del instituto armado en una operación antidroga que se desarrolló en Nerja y Torrox. Dos pertenecían al cuartel nerjeño y los otros desempeñaban su labor policial en las costas granadinas.

Los dos agentes de Nerja fueron sorprendidos in fraganti cuando presumiblemente colaboraban en el transporte de 2.000 kilos de hachís en Torrox.

El 20 de octubre de 2009, o sea apenas unos días después de la operación en la Costa oriental de Málaga, fueron arrestados en la zona de Guadalmar otros dos agentes de la Guardia Civil en otra operación contra el tráfico de drogas que se saldó con la aprehensión de 1.500 kilos de hachís. Esta vez los detenidos fueron un sargento y un cabo con destino en el cuartel de Rincón de la Victoria.

El abultado número de detenciones en la Guardia Civil y, expresamente, en el seno del EDOA, ha sido relacionado con el clima de opacidad del instituto armado. Esa naturaleza cerrada favorece, según las fuentes consultas, que se extienda el clima de impunidad puesto que no existe ni se permite presión social interna capaz de prevenir determinadas conductas. En los casos investigados se ha detectado la presunta colaboración de los agentes en tareas de seguridad y apoyo a los traslados de remesas de hachís.