Discapacidad

Atención temprana

  • Son intervenciones decisivas ante el desconocimiento de los afectados · Las ayudas a la población infantil con problemas de desarrollo parece que ahora se quieren rebajar de cinco años a cuatro

EXISTEN momentos en los que todos nos asustamos y por más que intentemos mantener la calma es imposible. El desconocimiento y la inexperiencia son causantes de algunas de estas situaciones y realmente son pocos los que ante las mismas reaccionan de forma coherente. Jamás olvidaré la cara de aquella madre, solamente con su mirada trasmitía la angustia que estaba viviendo. La respiración jadeante apenas le posibilitaba hablar y sus piernas inquietas la hacían desplazarse continuamente por la sala de espera. Fue una de mis primeras visitas a un centro de atención temprana, donde desde las asociaciones se lleva a cabo un servicio que las administraciones jamás podrían abonar, al menos con dinero.

La atención temprana es el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de entre 0 y 6 años, a la familia y al entorno que rodea al menor, y que tienen por objeto dar respuesta en el más corto plazo de tiempo a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con problemas del desarrollo o con riesgos de padecerlos, como los auditivos, sensoriales o motores, entre otros. Dichas intervenciones tienen como marco de acción los servicios sanitarios, los educativos y los sociales.

Aquella mujer no sabía dónde acudir, ser primeriza la convertía en una verdadera incógnita, y tras algunos gestos raros a su hijo de tan sólo siete meses se le había bloqueado el cuello, impidiendo que la criatura pudiera girar su cabeza. Parecía haber perdido la mirada, y su madre desde hacía unos días andaba demasiado nerviosa por esta causa.

Los malagueños somos afortunados porque en nuestra ciudad existen más de media decena de centros donde se imparte la atención temprana. Amappace, Autismo, Virgen de la Victoria, Aspahidev, grupo Sidi, Aspansor y el centro de desarrollo infantil y atención temprana Dr. Miguel Linares Pezzi son algunos de ellos. Sin duda el carácter asociativo de éstas permite que muchos padres vean atendidos a sus hijos con ciertas garantías, pese al trato que por parte de las administraciones responsables se les brinda.

Después de visitar el hospital de urgencias había sido derivada al centro de atención temprana más cercano a su vivienda, y desde allí atendían las previsibles anomalías que padecía el bebé a la vez que personal especializado del centro tranquilizaba a la madre.

Estas entidades funcionan mediante subvenciones de la administración, que se publican en el primer trimestre del año, y que se justifican y por ende, se cobran al final del mismo. Hasta ahora se atiende a la población de entre 0 y 5 años, dejando sin atención a partir de esta edad. Sin embargo, en estos días hemos visto cierta movilización con ánimo de protesta de cientos de padres ante la aparente propuesta por parte de los competentes en esta materia, de rebajar la edad de atención de la población infantil hasta los 4 años.

No sólo es difícil llevar a cabo la actividad adelantando los costes durante todo un año, sino que se complicará de modo alarmista la atención si se suprime a los 4 años. Todos sabemos y entendemos las situaciones que se viven en nuestro país, pero sin duda también conocemos la importancia de las acciones que se hacen. La atención temprana, como casi todo lo que en su nombre incluya la palabra temprana, suponen el bienestar futuro no sólo de un individuo, sino también del entorno familiar y social que le rodea.

Seguramente porque nadie está libre de necesitar a estos profesionales, y aunque sólo sea por egoísmo personal, todos hemos de luchar por dignificar las condiciones laborales de estos centros, y sobre todo, para que se prolonguen los intervalos de edades de atención, y no minorarlos, como parece que puede ocurrir.

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