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Málaga

La Junta prevé verter agua depurada al Guadalhorce por los malos olores

  • El Gobierno andaluz estudia una propuesta de Emasa para poder derramar de la depuradora directamente al canal de vez en cuando para limpiar el agua estancada

Los malos olores que rodean siempre a los canales de aguas pluviales de la desembocadura del río Guadalhorce de la capital malagueña acabarían, al menos en parte, si periódicamente la depuradora de la zona vertiera el agua depurada en superficie en lugar de hacerlo por el emisario submarino. Es lo que está estudiando la Delegación provincial de Medio Ambiente a raíz de una propuesta de la Empresa Municipal de Aguas (Emasa), que considera que así se limpiaría el agua estancada que se acumula cuando no llueve.

No sería un proyecto complejo porque la empresa municipal dependiente del Ayuntamiento de Málaga ya ha llevado a cabo una pequeña obra para poder verter el agua residual ya tratada directamente al canal de la margen izquierda en el caso de que al final la Junta de Andalucía acepte. La actuación ha consistido en colocar un juego de compuertas que permitirán cerrar o abrir una u otra salida en función de la necesidad e instalar una tubería de unos cien metros de longitud para transportar el agua hasta el canal.

De autorizarse finalmente esta opción, Emasa prevé verter el agua una vez que ha sido tratada en superficie para "contribuir a mantener limpia la zona" siempre que fuera necesario para reducir los malos olores que se concentran de forma habitual en los alrededores de la urbanización Sacaba Beach de la capital, donde desembocan los dos canales encargados de recoger las aguas pluviales que arrastra el río Guadalhorce desde los polígonos industriales de la zona.

El mal olor que se agudiza cuando no llueve ha provocado numerosas quejas que muchos achacan a la cercanía de la depuradora de aguas residuales del Guadalhorce, que en los últimos años ha sido cubierta en más de la mitad de sus instalaciones para evitar precisamente molestias en el exterior.

La planta, que recibe las aguas residuales de la mayoría de la población de la ciudad, vierte de media alrededor de metros cúbicos por segundo a través del emisario submarino que tiene la salida a 1.800 metros de la línea de costa para no afectar el agua de baño de las playas de los alrededores. Además de evitar que se acumulen las aguas estancadas en el canal, la Empresa Municipal de Aguas también prevé que de esta forma se pueda usar durante los días que los técnicos se ven obligados a cerrar el emisario submarino para limpiarlo.

En cuanto a los posibles impactos que la idea pueda conllevar en la desembocadura del río Guadalhorce y las playas de alrededor, Emasa considera que no hay de qué preocuparse porque el agua que se vierte desde la depuradora está tratada con el sistema terciario que elimina cualquier componente contaminante.

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