Los agricultores de la comarca del Guadalhorce llevan décadas con autorización para poder regar sus cultivos y ahora no entienden por qué la Agencia Andaluza del Agua les obliga a renovar su concesión mediante la presentación de documentación que aseguran no tener medios económicos ni personales para asumir.

Las comunidades de regantes de esta comarca malagueña pusieron el grito en el cielo hace unas cuantas semanas cuando comenzaron a recibir una carta en las que se les notificaban los nuevos requisitos que debían cumplir para poder continuar regando sus parcelas según lo establecido en el nuevo plan hidrológico de la cuenca Sur. Un informe agronómico de la finca, un plano detallado con sus datos catastrales y hasta un mapa con la localización de todas las tomas de agua y acequias que discurren por ella son algunos de los documentos que los regantes de la zona deberán presentar en el plazo de 10 días desde que han sido notificados si quieren seguir regando, según explicó a este periódico el secretario de la Asociación de Comunidades de Regantes de la comarca del Guadalhorce (Aprema), Juan Antonio Aguilar, que ayer se reunió con la delegada provincial de Medio Ambiente, Remedios Martel, para pedir una solución "por la imposibilidad de cumplir con lo que se nos pide después de llevar 40 años regando".

La obligación de renovar la concesión será tanto para las 17 comunidades de regantes de la zona que ya están constituidas como para las 17 que aún están pendientes de formalizar el trámite. Según Aguilar, "es una labor administrativa que no nos corresponde y lo que único que conseguirá es hundirnos más".

Ante las protestas de los agricultores, la Delegación Provincial de Medio Ambiente se ha comprometido a estudiar una posible flexibilización tanto del plazo fijado como de la exigencia de la documentación que deberán entregar para no perjudicar al sector, pero que aún no ha concretado.

Los regantes solicitarán además una reunión con la Delegación Provincial de Agricultura para exigir una solución.