Málaga

Las vacunas noquean a las patologías típicas de la infancia

  • Enfermedades como la poliomelitis o la difteria, hace años que no se registran · Otras, como el sarampión, la rubéola, la parotiditis o la tosferina han pasado de miles de casos a unos pocos

Las vacunas contra las enfermedades típicas de la infancia funcionan. En los 27 años en los que en la comunidad autónoma se inmuniza de forma sistemática a los niños, estas patologías han pasado de sumar miles de casos a ser prácticamente anecdóticas. Tanto, que los pediatras veteranos comentan que los nuevos especialistas no han visto nunca un caso de sarampión. Las estadísticas confirman su eficacia. De los 4.128 casos de rubéola registrados en la provincia en 1982 -el Programa de Vacunación de Andalucía comenzó en 1984- se ha pasado a uno en 2010. En el caso de las paperas la caída es similar; de los 4.878 de entonces a los 39 del año pasado. Con la tosferina pasa otro tanto; de 7.028 en 1982 a seis en 2010. Incluso hay patologías -como la poliomelitis o la difteria- en la que no se registra ningún caso desde hace años. Las vacunas han noqueado a las enfermedades típicas de la infancia, aunque no se puede hablar de erradicación porque todavía se presentan algunos casos. Incluso en dolencias que año tras año marcan cero en los registros tampoco la Organización Mundial de la Salud (OMS) las da por erradicadas en Europa porque aún se presentan algunos casos en el continente. Es lo que ocurre con la polio. Los dos últimos casos en España fueron en 1989. Uno de ellos, en Málaga. Pero hay países europeos en los que de vez en cuando se produce algún caso. Con la difteria ocurre lo mismo. No hay ningún caso en España desde 1987, pero el hecho de que se detecte alguno en países del entorno europeo impide que la OMS la declare como erradicada en el continente.

El Servicio Andaluz de Salud inició su calendario vacunal en 1984 inmunizando a los niños contra cinco patologías. Desde entonces, se ha ido ampliando hasta incluir la inmunización contra 12 enfermedades. Para mejorar los resultados, también se ha adelantado la vacunación en algunas dolencias y se han incorporado nuevas variantes más eficaces y con menos efectos secundarios. El calendario incluye inmunizar desde recién nacidos (hepatitis B) hasta niñas de 14 años (virus del papiloma humano). Esta prestación sanitaria es gratuita para los usuarios. Se trata de una labor de prevención no siempre valorada, pero que evita cuadros patológicos que hace tres décadas castigaban a la población infantil .

La jefa del Servicio de Salud de esa delegación, Yolanda González, explica que para incluir una nueva vacuna en el calendario vacunal se han tenido que hacer muchos estudios y es una decisión compleja desde el punto de vista de salud pública. La razón es que a veces el nuevo fármaco cierra el paso a un serotipo (una variante) de la enfermedad, pero no a otro. Vacunar contra uno puede provocar que otro serotipo para el que no hay ninguna inmunización se haga más resistente y sea peor el remedio que la enfermedad. "El efecto de una vacuna de manera global sobre una población tiene unos efectos epidemiológicos y tenemos que tener la garantía de que ese efecto no sea peor que el que tratamos de solventar", dice González.

Además, las autoridades sanitarias tienen que tener la certeza de que las vacunas que se incluyen en el calendario son eficaces y seguras. "Porque al incluirlas están siendo avaladas por la Administración", acota la jefa de Salud.

La inmunización de los niños nunca es total. En Málaga, ronda el 95%. Pero siempre hay un porcentaje que no se vacuna por ideas religiosas o naturistas de sus padres o bien por dejación. Una tasa de vacunación elevada es la clave para impedir que los gérmenes circulen.

También es decisiva la eficacia de las vacunas. La mayoría superan el 90%. En el caso de la parotiditis esa eficacia es algo más baja y se refleja en las estadísticas. Mientras hay patologías con menos de una decena de casos -como la rubéola o la tosferina-, las paperas registran un número algo mayor. El año pasado hubo 39 de esta enfermedad. Aunque hay que aclarar que el 60% de esos niños no estaban vacunados. Pero el 40% sí lo estaba.

González resalta la labor de la administración para que la población esté bien vacunada. La población está muy concienciada y es un pilar fundamental para que los dispositivos funcionen. Pero también está el trabajo de pediatras, enfermeros y de todo el sistema sanitario para la captación activa de aquellos niños que no se han vacunado. La movilidad geográfica de estos tiempos complica la labor, pero los profesionales se esfuerzan en que la cobertura vacunal sea la más amplia posible. De hecho, muchas veces los enfermeros van a los colegios a inmunizar a los críos y no esperan a que vengan al centro de salud.

González sostiene que "sin esa actitud activa es imposible alcanzar la cobertura actual. Pero la gente no se debe confiar porque en cuanto se bajara la guardia, esas enfermedades reaparecerían". Hay una película precisamente para niños, Merlín el encantador, en el que este protagonista mantiene un duelo con la mala, Madame Mim. Uno y otro se van derrotando convirtiéndose en algo más grande. Pero la victoria final es para el mago que se transforma en el germen de una enfermedad eruptiva y es que aunque microscópicos, son organismos que pueden vencer a un gigante.

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